En el espléndido escenario del Estadio Olímpico de Roma, Fiorentina e Inter de Milán disputaron una Coppa Italia de mucho fútbol y sentimiento. Dos equipos que, en unas semanas, se verán envueltos en dos finales europeas distintas. Los nerazzurri, en el partido de Champions League ante el Manchester City, mientras que los Viola, jugarán la Conference League ante el West Ham United. Listos y firmes, el Inter se quedó atónito, pero en pocos minutos empezó a ganar velocidad y a crear varias ocasiones de gol. No por casualidad, en el espacio de ocho minutos -entre el 29 y el 37-  los nerazzurri volcaron el resultado con un impecable Lautaro Martínez

Simone Inzaghi, experto en jugar finales y ganarlas, apostó por la mejor artillería posible, con Lautaro Martínez al mando. El camino para llegar a la final no fue fácil para el Inter ni para la Fiore. El Inter sufrió en octavos en la prórroga ante el Parma, venció por la mínima al Atalanta en la siguiente ronda, y en semifinales eliminó a la Juventus de Maximiliano Allegri a doble partido. En el otro lado, menos accidentado, pero no menos inferior, el camino de la Fiorentina fue más serio: La Viola eliminó  a Sampdoria (1-0), Torino (2-1) respectivamente en octavos y cuartos de final. En la semifinal, sin embargo, el equipo de Vincenzo Italiano se hizo con el pase a la final ya en la ida al imponerse 0-2 al Cremonese.

Aunque el premio era bastante alto, Fiorentina e  Inter ofrecieron un primer tiempo crepitante. A los cinco minutos, los Viola se adelantaron gracias al tanto de Nico González. El argentino, cebado a la perfección por Ikoné, tuvo que depositar un toque no tan complicado a portería para ilusionar a los suyos. Aturdidos por el gol inicial, los de Inzaghi pudieron meterse en el partido y avisaron con Edin Dzeko, quien desperdició una gran oportunidad cara a cara con Terraciano. Pero, cuando no está Dzeko, ahí aparece un toro llamado Lautaro Martínez para arreglar los asuntos.

Y es que, en ocho minutos, el internacional argentino marcó dos goles que permitieron al Inter de Milán acercarse mucho más al título copero. El gol del empate es un clásico de Lautaro: tiro raso cruzado al suelo que no deja salida al portero. No sólo se trató de un doblete, sino que el argentino sumó una cifra de 101 goles con la elástica milanesa. El Inter se marchó al descanso más motivado que nunca y los de Italiano -conscientes de la oportunidad que desperdiciaron- entraron cabizbajos al túnel de vestuarios.

Conformes y sin arriesgar

En la segunda mitad, al contrario de lo que sucedió en la primera parte, tanto Violas como Nerazzuros no subieron demasiado el ritmo.  El Inter se paseó por el campo, conforme con el resultado, no arriesgó para marcar la sentencia. Inzaghi e Italiano movieron sus piezas para cambiar el guion del partido: Romelu Lukaku entró por Dzeko para demostrar que todavía tiene cosas que ofrecer. Mientras que el técnico de los locales introdujo a Sottil y a un Luka Jovic, que tuvo más tarde dos ocasiones claras.

Los cambios no surtieron tanto efecto en el lado visitante y el peligro constante del combinado Viola siempre fue el mismo: Nico González. De hecho, el centrocampista probó desde la frontal con un buen disparo que atajó el veterano Handanovic. Poca brillantez y mucha aprensión en el Inter, sobre todo, Acerbi estuvo a punto de regalar el empate. La Fiore pudo marcar el gol del empate de no ser por el desvío de Matteo Darmian en la línea de gol.

Mucha emoción incluso en los minutos finales, sin embargo, finalmente fue el Inter de Simone Inzaghi quien se impuso a la Fiorentina con el resultado de 1-2. Para los nerazzurri, este es el noveno título de la Coppa Italia en su historia. En cambio, la Fiorentina lleva más de dos dos décadas sin levantar trofeos y tuvo que conformarse con llegar a la final y sentir el calor de su afición. Pero siempre hay segundas oportunidades en el fútbol y en la vida, y será en la final de la Conference League ante el West Ham inglés.