Toda trama tiene un punto de inflexión, y tras la llegada de Marcelino al banquillo del Villarreal ese punto parece estar claro en una temporada en la que todo parecía desmoronarse en la entidad castellonense.
La entidad amarilla piensa en la escalda hacia Europa, y todo pasa por mantener la dinámica que arrastran en los últimos partidos en los que el equipo ha jugado a un nivel que pocos pueden hacer frente.
Marcelino García Toral se puso a los mandos de un Submarino hundido y con pocas expectativas más allá de permanecer en primera, pero todo proyecto que pasa por sus manos sale a flote.
Con una situación crítica supo rearmar al equipo y volver a hacerlo competitivo, tanto, que ahora ya navegan hacia un puesto en Europa.
Europa a la vista
El Villarreal sigue con su escalada hacia la zona de prestigio europeo, pero el camino todavía es muy empinado. A falta de siete jornadas ligueras hay 8 puntos de diferencia con el Valencia, que ocupa el puesto de Conference League.
La diferencia no parece tan grande cuando se echa la vista atrás y se toman como referencia los últimos partidos del Submarino en los que ha estado en su mayoría sin conocer la derrota.
Si nos acogemos a la dinámica del club amarillo los equipos de la zona alta deberían tener al Villarreal como un claro candidato a pelear por volver a competiciones europeas.
Pelear con los mejores
El nivel del equipo ha vuelto a su cauce, gracias en gran medida a los métodos de Marcelino. Este nivel les ha permitido pelear de tú a tú con los mejores.
Al inicio de temporada nadie esperaba plantar cara a los equipos del top de la liga, pero en la etapa 'Marce' todo es posible. El club ha sacado victorias de mérito ante FC Barcelona, Real Sociedad o Betis, y ha plantado cara a huesos duros como el Atlético de Madrid.
Todos estos equipos son rivales directos si se quiere pelear por la zona europea, y tanto afición como los jugadores del submarino han demostrado que están a la altura de este desafío.
Competir hasta el final
Otro de los puntos clave tras la llegada del técnico asturiano es la mejora en competitividad, como se vio reflejado en Europa League donde casi remontan una diferencia de cuatro goles en contra ante el Olympique de Marsella.
Sin ir más lejos, esta garra se dejó ver también en San Mamés hace unos días. Jugando con uno menos el equipo supo apretar y forzar un penalti para rascar un punto valioso con el empate a uno en la catedral.
Racha europea
El deporte tiene la memoria corta, y antes de visitar al Almería, todos pensamos en que los de La Plana vienen de una derrota y un empate. Sin un contexto podría parecer un mal momento, pero si contextualizamos, hasta el tropiezo ante el Atlético, para ver el último partido perdido de los amarillos hay que irse hasta el 13 de enero frente a Las Palmas.
Entre derrota y derrota, el Villarreal se acercó a la cola de Europa con una racha de nueve partidos sin perder, con cinco victorias y cuatro empates.
Jornada a jornada
El submarino debe centrar sus esfuerzos en sumar, pero en esta recta final debe ir jornada a jornada porque todos los puntos son igual de importantes. A falta de siete jornadas todo puede pasar y cada punto cuenta para acercarse al objetivo.
Pensando en sumar, el equipo ya piensa en su rival del domingo, un Almería prácticamente descendido que venderá cara la victoria para recuperar el honor delante de su afición.
Lo que viene
LaLiga ya cuenta las jornadas para llegar a su desenlace, pero mientras, todavía quedarán seis jornadas por disputarse en las que el Villarreal deberá jugar tres partidos en su estadio y tres lejos de él.
Tras el partido en Almería quedarán tres salidas frente a Celta de Vigo, Girona y Osasuna, y entre estas jornadas habrá partidos en el feudo amarillo ante Rayo Vallecano, Sevilla y Real Madrid.