Después de 13 temporadas, Cory Schneider cuelga los patines. El guardameta había alternado la AHL y la NHL durante los seis últimos cursos y se retira del hockey sobre hielo a sus 37 años.

Schneider disputó un total de 410 partidos en la NHL, con un récord de 171-159-58 y 2,43 goles encajados de media por partido. Además, su porcentaje de paradas fue de un 91,8 y registró 26 porterías a cero.

Seleccionado en el número 26 del draft de 2004 por los Vancouver Canucks, el cancerbero ha confesado en una entrevista al The Salem News que allí guarda los mejores recuerdos de su carrera profesional. “Me escogieron, y en la organización había grandes personas, tuve grandes compañeros y nos quedamos a un solo partido de traer la Stanley Cup por primera vez a la ciudad”.

Fuente: nhlpa.com
Fuente: nhlpa.com

Nueva etapa en la otra punta

En 2013 abandonó Canadá para mudarse a Nueva Jersey, a casi 5.000 kilómetros de distancia, donde, en 2014, firmó un contrato de siete años con los Devils. En las primeras temporadas se hizo con el puesto de titular gracias a sus buenos números e, incluso, en 2018, llevó a la franquicia a jugar los playoffs por primera vez desde 2012. Una lesión lo apartó durante la segunda parte del curso, pero llegó a tiempo para enfrentarse a los Tampa Bay Lightning en la primera ronda, firmando 1,78 goles de media y un 95 % de paradas en cuatro partidos, aunque no fue suficiente para plantarse en semifinales.

Tras aquella campaña, pasó por quirófano para ser operado de la cadera, así que su presencia en la temporada 18/19 fue mucho menor de lo habitual. Y, a partir de ahí, empezó su aventura en la AHL con Binghamton. En diciembre de 2020, los Devils ejercieron la opción del buyout (pagarle dos tercios del contrato restante) y Schneider firmó muy cerquita de allí, con los Islanders, donde solo llegó a jugar un partido… contra los Devils. Se pasó la mayoría del tiempo en la AHL con los Bridgeport Islanders, hasta que llegó un punto en el que ha decidido decir basta.

“No quería jugar otra vez en la AHL y sabía que la NHL estaba muy lejos. Creo que mi cuerpo dijo que ya era suficiente”, confesó el cancerbero.