Leo Messi vuelve a calzarse con ilusión las botas para afrontar la nueva temporada que aguarda tras la esquina. Tras el fiasco de la campaña anterior dónde el equipo no sumo acompañar el gran nivel individual del rosarino, Leo Messi encara su decimocuarta temporada en el primer equipo con el ánimo de repetir los éxitos que coronen de nuevo al equipo de sus amores hasta lo más alto. Siempre fiel a unos colores, Leo vuelve alzarse como el máximo estandarte del navío azulgrana, todavía renqueante con la marcha de un ídolo que presumía postularse como heredero. Con sólo la Copa del Rey como único título conquistar el curso anterior, optar de nuevo a la hegemonía en el fútbol prevalece como objetivo vital de la mano del ‘crack’ argentino.

Leo Messi celebrando su gol en la final de la Copa del Rey. Foto: PhotoSilver, VAVEL

El inicio de una Leyenda

Bajo el amparo de una noche de San Juan vino al mundo Lionel Andrés Messi Cuccittini (24 de junio de 1987). En su Rosario natal Leo forjó sus sueños al galope de un esférico hasta que con la inocencia que atisban los 13 años el destino le haría volar rumbo a la Ciudad Condal para, sin saberlo, consagrase como el más grande en el Olimpo del fútbol. Argentina quedaba atrás para dar la bienvenida a una nueva ciudad que le brindaba la oportunidad de crecer y convertirse en el más grande. Su paso por La Masia forjó a Leo Messi con la gratitud y la humildad que todavía consagra por bandera, la base sobre la que decidió desplegar unas habilidades reservadas solo para unos pocos elegidos.

Messi jugó en Grandoli, Club Atlético Central Córdoba, Rosario Central y Newell’s Old Boys antes de viajar a Barcelona

Seis goles y dos disparos al poste fueron su carta de presentación, suficientes para tener claro que aquella figura, de sólo 13 años, tenía que forjarse en La Masia. Sin prisa, pero sin pausa, Leo Messi creció en todas las categorías del fútbol base de la cantera del Barça hasta que el 16 de octubre de 2004 debutaría de forma oficial contra el RCD Espanyol en el RCDE Stadium con 17 años y catorce días, convirtiéndose así en uno de los canteranos más jóvenes del club en debutar en Primera División. El argentino puso la calidad, Frank Rijkaard le dio la oportunidad, y el resto lo escribió una historia a la que todavía la restan muchas páginas por escribirse.

La reconversión de Leo

Leo Messi no necesita descanso. Su lugar no es el banco, su lugar es el verde. Cuando parece que camina, Leo Messi dibuja la próxima maravilla. Con el esférico sobre sus pies fragua su mejor descanso, siempre cosido a un balón. El astro argentino iniciará su decimocuarta temporada en el primer equipo del Barça con la tónica habitual de las últimas campañas: Leo Messi es el jugador que más minutos juega. Su hábitat natural reside sobre el tapiz de un campo de fútbol, dibujando la próxima jugada, analizando el último pase, desafiando los límites entre la realidad y la ficción.

Como extremo derecho desde su debut en Can Barça hasta el falso ‘9’ más matador de la mano de Pep Guardiola, reconversión que le sirvió para romper el récord de Gerd Müller en 2012 y convertirse con 91 goles en el máximo goleador histórico en un año natural. La llegada de Luis Enrique, acompasada de un matador en el área como Luis Suárez, volvió a ubicarlo en su zona más natural. Sin embargo, la magia de Leo Messi reside en que su posición sobre el verde nunca queda definida de forma estática. Sus cualidades innatas, su particular visión de las jugadas y esa calidad que emerge del mejor jugador de todos los tiempos le permiten moverse con total libertad hasta la sala de máquinas azulgrana, dónde es capaz de generar el juego del Barça para convertirse en la mejor versión del mismísimo Xavi Hernández o de un tal Andrés Iniesta.  

30 años, 30 títulos

Messi en la presentación del Trofeo Joan Gamper. Foto: Ernesto Aradilla, VAVEL

El rendimiento de su última campaña con el equipo catalán volvió a demostrar que por Leo Messi no pasan los años. A sus 30 años recién cumplidos, el astro argentino sigue demostrando que su ambición por seguir alimentando su hambre de títulos no entiende de límites, y menos, de edades. Pese a que a nivel colectivo el FC Barcelona no encontró la forma de acompañar a nivel colectivo el gran momento de forma de Leo Messi, el astro volvió a vaciarse sobre el verde para demostrar que sobre el tapiz aún le queda mucho fútbol para desplegar. La consecución de la Copa del Rey por el club catalán dejaba insípida la gran temporada del argentino, flamante ganador de la Bota de Oro tras una campaña exuberante coronándose como Pichichi de Liga, de Copa del Rey (empatado con Ben Yedder, Sevilla FC) y once dianas que le permitieron situarse a tan sólo un gol del máximo goleador de la UEFA Champions League a pesar de que el club catalán no pudo pasar de cuartos tras su eliminación a manos de la Juventus de Turín.

Leo suma 507 goles con el Barça en 583 partidos oficiales

Decisivo, y convertido en uno de los jugadores más desequilibrantes del mundo, Leo Messi suma a su palmarés la friolera de 30 títulos como azulgrana. Un total de ocho Ligas (2005, 2006, 2009, 2010, 2011, 2013, 2015 y 2016), cuatro Champions League (2006, 2009, 2011 y 2015), cinco Copas del Rey (2009, 2012, 2015, 2016 y 2017), siete Supercopas de España (2005, 2006, 2009, 2010, 2011, 2013 y 2016), tres Supercopas de Europa (2009, 2011 y 2015) y tres Mundiales de Clubes (2009, 2011 y 2015) atesoran en las vitrinas del que es, para la mayoría, el mejor jugador de todos los tiempos. Leo, que suma los mismos títulos que años, mira de reojo los 36 títulos de Dani Alves (34 años), con el objetivo para coronarse como el jugador con más títulos en su palmarés.

Ante él torna a emerger el reto de liderar al FC Barcelona a lo más alto. La marcha de Neymar Jr vuelve a erguirle como pilar indiscutible del navío azulgrana. Ronaldinho, Eto’o, Thierry Henry, Zlatan Ibrahimovic, David Villa, Alexis Sánchez, Pedro y ahora Neymar. Muchos son los componentes de un tridente que ha querido batallar lejos de Can Barça, pero el buque insignia se queda. El '10' azulgrana afina sus botas para batir esta campaña unos records que ya afloran en las esquinas. Sólo 18 goles le separan de convertirse en el máximo goleador europeo en un solo club, de momento en las botas de Gerd Müller con el Bayern de Múnich (525). A Leo todavía le quedan desafíos por batir, y también mucha sed para saciarlos.