El Arsenal y sus hinchas se divierten y prolongan su buena racha en el Vitality Stadium. Al ritmo de los cánticos hacia Saliba, Smith-Rowe o Xhaka, los gunners pisaron fuerte los 10 primeros minutos de juego para llevarse su tercera victoria al hilo.
Los Cherries llegaban después de recibir una contundente derrota en el último duelo liguero frente al vigente campeón, el Manchester City. Scott Parker realizó tres cambios, entre ellos la primera titularidad de Senesi, manteniendo su 3-4-1-2 con Travers; Mepham, Senesi, Kelly; Smith, Lerma, Pearson, Zemura; Tavernier; Moore, Billing.
Por su parte, el Arsenal de Mikel Arteta apostó por lo que está funcionando. Los mismos 11 jugadores que obtuvieron los tres puntos frente al Leicester volvieron a repetir, el clásico 4-2-3-1 con Ramsdale; White, Saliba, Gabriel, Zinchenko; Thomas, Xhaka; Saka, Ødegaard, Martinelli; Gabriel Jesus.
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Gabriel Jesus y 10 más
El dominio del esférico comenzó pasando por los gunners, volcando el fútbol en esa banda izquierda con Zinchenko y Martinelli como primera opción de ataque. Sin embargo, hay un jugador que lleva unas semanas en la boca de todos, y es que la delicatessen que dejó Gabriel Jesus en la primera jugada de ataque del Arsenal será digna de recordar al final de esta temporada. Y no solo por acabar en gol.
Corría el minuto 5 cuando el brasileño se inventó un control orientado que lo llevó a dejar atrás a varios defensas rivales y emplatar el gol en bandeja para Martin Ødegaard, que cazó el balón rechazado por Travers. Y esto solo fue el principio. Como Gabriel Jesus, el noruego está desatado. Cinco minutos después, el capitán gunner volvió a aprovechar otro rebote que no alcanzó a despejar la defensa del Bournemouth. Ben White, tras un posible offside que no anuló Craig Pawson, colgó el esférico al punto de penalti, donde Ødegaard estaba listo para materializar un doblete en apenas 11 minutos de juego.
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La evolución del Arsenal
El conjunto londinense, pese a atesorar juventud en su plantilla, ha dejado de criar cachorritos para forjar a jugadores más maduros de lo que marca la edad. Algunos como Saka son el reflejo perfecto del logro que ha conseguido Mikel Arteta, que impedía jugar cómodamente a los hombres de Parker. El dolor de cabeza que provocaban los de arriba tuvo como recompensa varias tarjetas amarillas, como la primera del encuentro a Zemura, en el minuto 27, tras una mala entrada sobre el propio Saka.
Y es que este Arsenal está bien trabajado. Una presión tras pérdida asfixiante o las contantes triangulaciones en transiciones son el claro ejemplo de que la pizarra de Arteta está estudiada en labores defensivas y ofensivas. Las ocasiones fueron disminuyendo con el paso de los minutos, primero por la doble ventaja en el marcador y segundo por el gran hacer defensivo de los Cherries, que estaban logrando bloquear pasillos interiores y obligando a buscar el ataque rival mediante diagonales y por banda.
Cumplido el minuto 40, lo intentaban los londinenses. Al son del himno de Saliba interpretado por la afición gunner fue Oleksandr Zinchenko el que metía balones al área sin éxito. El propio ucraniano tuvo un choque con Kieffer Moore que obligó al galés a retirarse del campo lo que restaba de primera mitad. El Arsenal buscó aventajarse pronto para poder dormir el partido y lo consiguió. El Bournemouth no logró pellizcar a Ramsdale y se marchó al descanso con ningún tiro a favor y con un 26% de posesión por el 74% del Arsenal.
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Golpe de realidad
Scott Parker movió el banquillo al comenzar la segunda mitad. No le gustó lo que vio en los primeros 45 minutos e introdujo dos cambios: Jaidon Anthony por Pearson y Lewis Cook por Senesi. Fueron los mejores minutos de los Cherries, en un arranque de segunda parte con más posesión y atacando el área rival mediante centros laterales.
En el minuto 52, Gabriel Jesus se llevó la primera tarjeta amarilla para el Arsenal tras una entrada al recién ingresado Cook. Y cuando parecía que el Bournemouth había despertado, William Saliba acabó de llevarse las manos a la cabeza con un auténtico golazo con su pierna izquierda. El centro de Martinelli desde el costado derecho lo recogió Granit Xhaka, el suizo amasó el esférico y lo dejó raso para que el central francés anotara lo que ningún presente hubiera creído. Desde la frontal, con su pierna menos hábil y casi que por la escuadra. Todo para redimirse de un tanto anotado en propia puerta la semana pasada frente al Leicester.
Martinelli quiso también tener su oportunidad y la tuvo en el minuto 57, pero el remate del brasileño se fue por encima de la red defendida por Travers. El propio Martinelli recibió una dura entrada por parte de Smith tres minutos después que Craig Pawson sancionó con la tercera tarjeta amarilla del encuentro y la segunda para los Cherries. Al Arsenal le salía todo, nada igual para los locales.
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El Arsenal merienda cerezas
Para redondear su partido, Martin Ødegaard sacó la varita para hacer magia. El tanto finalmente fue anulado, pero la asistencia entre líneas del noruego a Gabriel Jesus para el 0-4 es una muestra de que en el Arsenal todo es del color de su tercera indumentaria. Sin embargo, y pese al tanto anulado, el choque estaba cerrado y Mikel Arteta decidió darle minutos a jugadores más inusuales. Emile Smith-Rowe, Takehiro Tomiyasu y Eddie Nketiah ingresaron en el terreno de juego por Martin Ødegaard, Ben White y Gabriel Martinelli. Sangre fresca para no complicar el último cuarto de hora de partido.
El Bournemouth empezó a ocasionar más peligro a partir de este tramo, primero con un tímido disparo de Marcus Tavernier y después con un portentoso remate aéreo de Kieffer Moore que rechazó Aaron Ramsdale. El propio Tavernier intentó recortar distancias en un remate de falta directa en el minuto 85 que rozó el palo, con la respuesta de Gabriel Jesus y Nketiah a la que contestó correctamente Travers para cerrar el encuentro.
Los Cherries se ubican decimocuartos en la tabla con tres puntos, mientras que el Arsenal consigue su tercera victoria al hilo y se coloca líder con nueve goles a favor y dos en contra. Los locales visitarán Anfield en la búsqueda de algún punto que sume ante un debilitado Liverpool, por su parte, los gunners reciben al Fulham en casa.
