Después de conseguir dar cuenta en su estreno en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de los holandeses Robin Haase y Jean-Julien Rojer, hacer lo propio en su segundo compromiso frente a los argentinos Juan Martín del Potro y Máximo González, doblegar a los austriacos Alexander Pella y Oliver Marach, y dar cuenta en la penúltima ronda del torneo olímpico a los canadienses Daniel Nestor y Vasek Pospisil, tanto Rafael Nadal como Marc López entraban por la puerta grande en la gran final teniendo que batirse en duelo ante los rumanos Florin Mergea y Horia Tecau, que por el camino habían doblegado a los argentinos Federico Delbonis y Guillermo Durán, los mexicanos Santiago González y Miguel-Angel Reyes-Varela, los brasileños Marcelo Melo y Bruno Soares, y por último los americanos Steve Johnson y Jack Sock. El duelo estaba servido para repartir la medalla de oro y de plata a dos grandes parejas de dobles.

La final se pone de cara con un espectacular juego

Tras un complicado partido en el cuadro de individuales, dos horas después Rafael Nadal volvía a hacer acto de presencia en la Pista Central, pero no lo hacía solo, estando a su lado su gran socio, Marc López, para batirse en duelo con Florin Mergea y Horia Tecau. Como no podía ser de otra manera, en una gran final y con los nervios a flor de piel a pesar de la consolidada carrera de los cuatro tenistas que estaban en pista, los primeros juegos eran de tanteo, de medir fuerzas y no cometer errores, necesitando tan solo cuatro juegos el dueto español para comenzar a poner contra las cuerdas a sus homólogos rumanos, haciendo sucumbir a estos últimos con su servicio para irse hasta el 2-3, un marcador que conseguían consolidar los españoles hasta el 2-4.

Pero no había hecho más que comenzar el festival nacional, con golpes imposibles que hacían sudar de lo lindo a Mergea y Tecau para terminar los rumanos volviendo a ceder su saque a favor de Nadal y López, que una vez tenían el 2-5 a su favor en el electrónico disponían de su saque para cerrar la manga. La responsabilidad caía en el bando español, pero ni mucho menos estaban por la labor de dejar escapar el primer parcial, siendo capaces de cerrarlo por 2-6 después de 33 minutos de partido.

Mergea golpeando una bola ante la tenta mirada de su compañero | Foto: Zimbio

Mergea y Tecau no se rinden y por la vía rápida consiguen forzar la tercera manga

Visto y no visto la mitad del trabajo estaba hecho por parte de Rafael Nadal y Marc López, pero aún quedaba mucho por delante y ni mucho menos podían bajar la intensidad los españoles si querían finiquitar por la vía rápida la final. Tal y como ya ocurriera en el primer parcial con el rápido quiebre inicial de la pareja española, en esta ocasión eran los rumanos quienes entraban a pista sabiendo lo que se jugaban, aprovechando cada pequeño espacio que cedían sus contrincantes para convertirlo en punto, lo cual hacía que Mergea y Tecau con 2-1 en el electrónico pillaran fuera de juego al dueto español, quebrando su servicio para irse hasta el 3-1, consolidando a continuación el quiebre obtenido anteriormente yéndose hasta el 4-1, una posición en la que afrontar los juegos venideros de la mejor forma posible.

Los jugadores españoles continuaron luchando sin premio alguno, puesto que tanto Florin como Horia no daban síntoma de debilidad por ninguna parte, solventando sus saques en blanco hasta llegar al 5-3, momento en que la responsabilidad era máxima para ellos, solventando el servicio sin mayores problemas por 6-3 para cerrar la segunda manga y enviar el encuentro al tercer parcial.

Rafael Nadal coge del cuello a Marc López para animarle | Foto: Zimbio

La gloria olímpica es española tirando de épica

Después de dos grandes parciales, más de una una hora y cuarto de partido, el oro olímpico se iba a decidir en tan solo seis juegos como mínimo. Los nervios a flor de piel, el público entregado por cada bando, pero sobre todo, servicios largos en los que conseguir el punto no iba a ser ni mucho menos fácil para ninguna de las dos parejas. Tras tres juegos y un marcador de 1-2 a favor de España, el duo español rápidamente se daría cuenta del valuarte más flojo en el equipo rumano, Florin Mergea, quien daría muchas dudas con su servicio, realizando tres dobles faltas que daban las primeras bolas de rotura a Nadal y López, siendo para estos imposible convertirlas en quiebre, salvando los rumanos su servicio con más pena que gloria, pero no había hecho más que comenzar el partido.

Quien perdona lo termina pagando, y eso mismo era lo que le terminaría ocurriendo al equipo español dos juegos después de tener sus primeras bolas de rotura, y es que los problemas llegarían con Marc López a los mandos, cuajando un horrible juego que daba tres bolas de quiebre a los rumanos, no dudando estos de aprovechar su oportunidad para irse hasta el 3-4, sin ser capaces de consolidar el break al encontrarse en el camino con la casta, el coraje y corazón de Rafael Nadal y Marc López, logrando los españoles el contrabreak que les permitía igualar el tercer parcial a cuatro juegos.

Rafael Nadal y Marc López celebran su triunfo en pista | Foto: Zimbio
Rafael Nadal y Marc López celebran su triunfo en pista | Foto: Zimbio

Los nervios continuaban a flor de piel en el juego de los rumanos, por lo que con los gritos de Nadal animándose llegaba con mucho sufrimiendo la consolidación de la rotura recuperada, para poner los españoles en el electrónico el 5-4. Florin Mergea de nuevo se encargaría no solo de dar vida al equipo español, sino también de permitir que Rafael Nadal y Marc López se coronaran campeones en la modalidad de dobles en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, y es que todo se reduce a un segundo exacto, un globo desde el fondo de pista por parte de Marc López que volaba para que el tenista rumano la enviara muy lejos de la pista, y ahí se desata la locura española. Nadal llora por un lado y Marc lo hace por otro, se convierten en oro olímpico y como no podía ser de otra manera, su sueño se logra. 

Tercera medalla que consigue el dobles masculino de tenis para la delegación española después de la que lograron Sergio Casal y Emilio Sánchez Vicario en Seul (plata) y el bronce de Àlex Corretja y Albert Costa en Sidney. Pero ahora ya no se termina en segunda o tercera posición, sino que el lugar central del podio está reservado para dos tenistas españoles. Rafael Nadal y Marc López pasan a la historia del tenis nacional, pero al mallorquín aún le queda el cuadro individual donde se medirá en semifinales a Juan Martín del Potro.

Marc López y Rafael Nadal muerden la medalla de oro conseguida | Foto: Zimbio
VAVEL Logo
Sobre el autor
Diego Blanco Taladriz
Gijón. Moderador de contenidos de VAVEL. Coordinador en las secciones de Tenis y Ciclismo. Puedes leer mis opiniones en @DiegoBlanco93 | E-mail de contacto: [email protected]