Manta, cayuco y olas: entrevista a Aziz Fayé
Aziz Fayé hablando en una manifestación en Barcelona | Imagen: Archivo del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes.

El Sindicato de vendedores ambulantes expresa su indignación ante los hechos ocurridos en el metro el pasado jueves 31 de agosto en el que se produjo una confrontación entre policía y manteros con las siguientes palabras: "Seguimos condenando la violencia venga de donde venga, porque sabemos que está no es una salida para nosotros, es por esto que decidimos organizarnos y luchar con nuestra palabra y dignidad. Sobrevivir no es delito, ser mantero tampoco".

Esta realidad la conoce muy bien Aziz Fayé, uno de los portavoces de la marca Top Manta, quien nos habla de la vida en la manta y de la realidad que hay detrás de los CIEs.

Centros de Internamiento para Extranjeros. Una introducción

Los Centros de Internamiento de Extranjeros, concretamente CIEs: son centros de internamiento para personas llegadas de otros países en situación irregular; señalados con el nombre de inmigrantes,  los cuales, son encerrados por un tránsito de tiempo hasta su deportación. Estos centros, aún dada su existencia desde los años 90, no tienen una legislación concreta ni tienen un sistema claro de transparencia, por lo que han sido las entidades del tercer sector quiénes han puesto la voz de alarma del contexto en el que se vive en estos centros.

Este sistema, nacido de la necesidad de abrir puertas a la libre circulación europea y la de otros países interesados mediante la firma de los Acuerdos de Schengen de 1985, no es una respuesta hacia la búsqueda de la igualdad y el debido cumplimiento de los DDHH a la brecha estructural norte-sur propia  de los países estereotipados como desarrollados y subdesarrollados; sino que la realidad a pie de calle nos dice que la creación de estos calabozos se remonta a la necesidad colonial de dar una respuesta mordaz: la de ilegalizar con el dedo la actitud de buscar un modus vivendi a las personas nacidas en países golpeados por el uso de la fuerza colonial. Una nueva forma de permanecer en esta, que reprime la libertad y con ella la felicidad de encontrar satisfechas las necesidades más básicas: aquellas que se encuentran selladas en la Pirámide de Maslow desde 1983 y que no comprenden de diferencias ni discriminación por el color de piel, la nacionalidad, la creencia, la orientación sexual ni la ideología.

Aziz, portavoz del Sindicato y uno de los portavoces de la marca Top Manta nos explica a continuación su historia.

Pregunta. Aziz, usted decide ir a España para trabajar y vivir dignamente, ¿cual es el motivo que le impulsó a irse de Senegal?

Respuesta. La pobreza en Senegal no permite vivir dignamente por lo que nos vemos obligados a no poder estudiar o a dejar los estudios para  trabajar desde niños.

Se dice que Europa no puede ser el colchón de África pero la realidad es que África es la sopa de Europa

El gobierno Europeo es quien expulsa a los senegaleses de su país porque es Europa quien controla Senegal, se permite la libre circulación de los bienes materiales mediante la fácil sustracción y posterior exportación de minerales, frutos y  riquezas del país por parte de las multinacionales, pero no se permite la circulación de las personas; los bienes materiales están por encima de las personas.

Si las riquezas de nuestro país  permanecieran en nuestro país, Europa se moriría de hambre.

P. ¿Cúal es la realidad política de Senegal?

R. En Senegal nos encontramos con una constitución redactada bajo la vigilancia de los franceses, por lo que solo fueron cambiadas unas pocas cosas. En las elecciones los candidatos nos prometen cambios pero al llegar al poder estos no se producen.

El 50% del PIB del país se va a Francia por la deuda fruto de la construcción de puentes y carreteras. Por otra parte, Senegal nunca se ha independizado de Francia porque está aún presente en el país.

Prueba de esto es que hasta hace poco la lengua oficial de las escuelas era el francés y es ahora cuando se está retomando el uso del wolof y las demás lenguas senegalesas, además, aún están presentes las bases militares francesas en nuestro país.

P. ¿Qué dificultades se encontró durante el viaje?

R. En el viaje nos reunimos cuarenta personas, cada una tenía su función, su especialidad: pescador, tejedor, cocinero,etc. Entre todos reunimos una cantidad de dinero con el que compramos cosas básicas como la comida y el cayuco.

Después de cuatro días en alta mar llegamos en octubre de 2006 a Tenerife, al llegar me llevaron por primera vez al CIE de la isla. Pasados cuarenta días deciden a dedo llevar a veinte personas a Madrid; a mí deciden deportarme. Cuando llegué a mi país fui a trabajar a Mauritania, donde ya había trabajado antes. Estando en Mauritania decidí otra vez organizar otro viaje, en este segundo viaje llegamos el 21 de agosto, la organización fue la misma y me volvieron a deportar.

Aun así, no desistí y volví a organizar un tercer viaje en el que ya no me deportaron. Al llegar me llevaron a Madrid con Cruz Roja, la que me atendió durante veinte días. El último día me preguntaron si conocía a alguien en el país, en ese momento tuve la suerte de tener un amigo que tenía amigos en Barcelona con quienes pude contactar, gracias a esto me enviaron a Barcelona.

Hombres de orígenes de distintos países africanos llegando a la costa española | Imagen: Google.com
Hombres de orígenes de distintos países africanos llegando a la costa española | Imagen: Google.com

P. ¿Qué realidad se encuentra en Barcelona?

R. El 19 de junio de 2007, al llegar a Barcelona,  viví con dos compañeros de Gambia. Mi intención era trabajar; me habían dicho que la mejor forma era trabajar sin contrato, estuve ocho meses buscando y no pude encontrar nada. Un día me encontré a los manteros y me contaron que no había oportunidades de trabajo por lo que la única forma de subsistir era la venta ambulante.

Empecé a trabajar con mi manta, los primeros días fueron muy duros porque la policía me requisaba la mercancía, pasaba mucho miedo y ansiedad porque tenía que huir de la policía y además había paisanes controlando la zona, nunca podía estar tranquilo.

Por otra parte, la vida en la manta me llevó a vivir en comunidad, en la ayuda al prójimo y  sobre todo con los recién llegados, cada uno se organiza la venta a su manera pero el grupo te da tu manta y te facilita la compraventa, y cuando alguien sale perjudicado es el conjunto quien responde.

P. ¿Cuando se crea el Sindicato de Vendedores Ambulantes?

R. El sindicato se creó el 2 de octubre de 2015, el motivo que nos impulsó a crear el sindicato es el hecho de haber sufrido distintas violencias. Estas vivencias nos hicieron comprender que era necesario pararlas y para esto era necesario realizar una lucha conjunta.

La primera vez que nos organizamos conjuntamente fue cuando la policía rompió el brazo a uno de nuestros compañeros a golpe de palo, a partir de este hecho nos organizamos en una manifestación. Luego con el apoyo de Tras la Manta y el Espacio del Inmigrante creamos el Sindicato de Vendedores Ambulantes.

Miembros del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes en la calle. Imagen: Google.com
Miembros del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes en la calle. Imagen: Google.com

P. ¿Cúal es el proceso burocrático para la obtención del arraigo social?

R. El proceso de arraigo social conlleva vivir tres años sin antecedentes penales ni policiales en España, tener un contrato de trabajo, empadronamiento de tres años y haber cursado catalán y español.

Una vez presentados los documentos, al cabo de dos semanas te hacen una entrevista donde te preguntan por el nivel de catalán y español. Al cabo de un mes recibes la respuesta afirmativa o negativa, si la respuesta es afirmativa la llevas al gobierno civil donde te cogen las huellas.

La dificultad está en que al llegar, uno tiene que conseguir el empadronamiento, para dicho empadronamiento es necesario un contrato laboral de un año mínimo y  de 40 horas, cursos de catalán y español y nada de antecedentes penales ni policiales en el país de origen ni en España, por supuesto. Además te piden la tarjeta bancaria, tarjeta sanitaria y tarjeta de la biblioteca. Si uno de los requisitos no está en regla, no hay arraigo social. Aquí nos encontramos ante la contradicción del pez que se muerde la cola: sin contrato no hay residencia ni empadronamiento - sin residencia o empadronamiento no hay contrato - sin contrato ni residencia no hay arraigo social, la única forma de vivir es trabajar sin contrato por lo que te lleva a la venta ambulante como forma de subsistencia y sin posibilidades de obtener arraigo ni nacionalidad.

Un proceso burocrático diseñado para que las personas desistamos y vivamos sin los papeles o regresemos a nuestro país.

P. ¿Cúal es el proceso de obtención de la nacionalidad?

R. Para la obtención de la nacionalidad hay un proceso previo de renovación del arraigo social. Primero te renuevan el arraigo social para un año, pasado el año te lo renuevan por dos años más, pasado este tiempo te lo renuevan dos años más y finalmente te lo renuevan por cinco años.

Una vez caducado el arraigo social y después de estos diez años de estancia en el país, te realizan un examen con preguntas específicas de la cultura hispánica, respuestas de las cuales mucha gente nacional no sabría responder.

Cabe destacar que durante el proceso de arraigo y de nacionalidad te puede parar la policía y al carecer de documentos pueden llevarte al CIE, por lo que el proceso queda paralizado y con una orden de expulsión del país.

P. Últimamente la existencia de los CIEs ha abierto la polémica, ya sea por la realidad que se esconde tras estos calabozos no reconocidos como la perspicaz permanencia y apertura de nuevos CIEs. ¿Cómo es la vida en un CIE?

R. La vida en un CIE es como vivir en una prisión o peor. Primero porque se mezclan distintos perfiles de personas, así como agresivas con personas pacíficas, cualquier enfermedad o dolor lo tratan con Ibuprofeno por lo que las enfermedades se propagan fácilmente y cualquier conducta que sea considerada mala es motivo de tortura; te llevan a una celda apartada y te pegan.

P. Entidades como Tanquem els CIEs, SOS Racisme, Tras la Manta o el Sindicato alientan a la sociedad a concienciarse sobre esta realidad presentando mociones, investigando y en definitiva; denunciando este abuso de poder por parte de la autoridad. ¿Cual es la respuesta de la sociedad?

R. Por parte de la sociedad hay una solidaridad general, hay manifestaciones grandes de personas pero cuando se trata de ayuda directa se produce un desentendimiento.

Por parte del ayuntamiento hubo una respuesta muy positiva al principio y hemos conseguido muchas cosas; puestos de trabajo, formación, poner inmuebles en los CIEs para al menos mejorar la calidad de vida. Pero ante la denuncia a los Mossos d'Esquadra por casos de racismo, el ayuntamiento se ha alejado cada vez más.

Los Mossos nos paran por la calle por el color de piel o por las facciones, sin motivo real de detención, en estos casos si llevas el pasaporte y no tienes los papeles les es fácil llevarte al CIE o simplemente deportarte en horas. Son prácticas racistas de violencia encubierta que se normalizan y esta normalización lleva a la criminalización de las personas llegadas de otros países.

P. ¿Cómo se creó la marca Top Manta?

R. La idea de crear la marca siempre la tuvimos presente desde la creación del Sindicato, pero fue cuando un compañero catalán se ofreció a dibujar el logo en motivo de la estancia del colectivo brasileño Opavivará en Barcelona, quiénes en este momento estaban realizando la campaña I Love Manteros.

El objetivo es dignificar-nos, visibilizar-nos y reivindicar-nos.

El logo está configurado por: 

La manta: que significa ganarse dignamente la vida, más allá de vender; mediante un comercio justo.

El cayuco: que significa la injusticia de hacer una travesía en el mar en condiciones inhumanas en donde mueren miles de personas.

La olas: que significan las fronteras invisibles, es decir, una ley de extranjería que excluye y mata a las personas.  También representa las dificultades en el mar y en la tierra de llegada.

Presentación de la marca Top Manta.  Imagen: Google.com
Presentación de la marca Top Manta. Imagen: Google.com

P. ¿Cuál es la estructura organizativa de la marca?

R. Actualmente, hay diez personas en el grupo núcleo que se encargan de contactar con la producción y de repartir entre los vendedores. La producción es posible con el apoyo de las entidades y de tres cooperativas catalanas que elaboran el producto.

Nuestro objetivo final es poder funcionar de forma autónoma teniendo un taller propio.

P. ¿Qué mensaje quiere transmitir a la sociedad?

R. Los manteros necesitamos ayuda directa: no ser discriminados, no ser criminalizados, no ser tratados como unos analfabetos. La venta ambulante es la única forma de subsistir fuera de la delincuencia; no hacemos daño a nadie, solo nos buscamos la vida.

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