Durante los últimos años la NFL se ha transformado en una liga donde cada vez es más relevante el Quarterback que tengas. Cuando los ataques son clave, no es posible ganar trofeos si tu director de orquesta es un inútil o al menos alguien que no da el nivel necesario para jugar en la liga. Más allá de polémicas sobre si Kaepernick, Manziel o RGIII merecen un puesto en la NFL, algunos jugadores han demostrado que no dan el nivel.

Los Cincinnati Bengals llevan años confiando en Marvin Lewis y en Andy Dalton sin que se sepa muy bien porque. Bajo el mandato del entrenador en once años no han logrado una sola victoria en Playoff mientras que Andy Dalton lleva ya seis temporadas en la liga. A pesar de que Andy Dalton no había hecho ninguna temporada desastrosa hasta ahora, el inicio de este año es digno de una película de terror.

El debut de los Bengals frente a los Ravens fue el mayor desastre que se le recuerda a un ataque en tiempo. Andy Dalton tendrá en su haber el dudoso honor de haber completado el tercer peor partido de la historia de la competición desde que se usa estadística avanzada (hace diez años). Cuatro intercepciones, un strip sack y 16/31 en pases, con tan solo 170 yardas.

El segundo encuentro frente a los Texans fue ligeramente superior, pero no en exceso, con 224 yardas, 20/35 pases completados y sufriendo tres sacks. Mientras que la defensa del equipo de Ohio sigue aguantando a un nivel alto, el ataque es simplemente un desastre tremendo. Dalton simplemente se encarga de buscar a AJ Green, sea la defensa que sea, y de rezar porque el receptor consiga bajar el balón.

Con una defensa entre las diez mejores de la NFL creer que los Bengals van a entrar en playoffs es tener muchísima fe. Con otro jugador en la posición podrían avanzar pero mientras tanto su ataque consistirá en que uno de los mejores receptores de la liga siga salvando pases a doble y triple cobertura, los cuales poco a poco están pasando a ser cada vez más ridícula.

Andy Dalton preparado para lanzar. Fuente: NFL
Andy Dalton preparado para lanzar. Fuente: NFL

Dos jugadores tuvieron que soportar la vergüenza de ser sentados tras el primer partido o incluso antes, fue el caso de Scott Tolzien en los Indianapolis Colts y Tom Savage en los Houston Texans (aunque el caso de Savage es muy matizable, como será comentado posteriormente) los cuales en la segunda semana ya no eran los titulares, ni volverán a serlo si no media una lesión.

Scott Tolzien es un jugador que todos sabían su nivel, un suplente y bastante mediocre para Andrew Luck, el único oasis que tienen los Colts. Con una defensa horrenda y una de las peores líneas ofensivas de toda la NFL aquí el quarterback tampoco es que hiciese una gran diferencia. Con Luck sí, porque es uno de los mejores de toda la liga, pero entre Tolzien y la mitad de la liga, poco o nada pasaría.

El problema es que el primer partido de los Colts fue para darse cabezazos contra las paredes. Scott Tolzien dio el primer pase del encuentro directamente para un Touchdown de los Rams, se llevó otra intercepción más y fue incapaz de conectar más de diez pases, para desesperación de cualquier aficionado. Este hundimiento provocó que Brissett ya fuese titular en la segunda jornada, el cual a pesar de la derrota no lo hizo tan mal.

El caso de Tom Savage no fue parecido al de Tolzien porque aquí el culpable hay que mirarlo en el banquillo. Bill O´Brien es un supuesto gurú ofensivo pero parece incapaz de crear un QB o de protegerle. Tras el fiasco de Osweiler, se suponía que iba a poner a Savage titular mientras Watson se curtía. El plan duró exactamente dos cuartos, lo cual siempre es símbolo de que la planificación deportiva es digna de los peores años de los Browns.

El cambio ni siquiera fue por culpa del propio QB, fue de una línea ofensiva que permitió 6 sacks en menos de una mitad, con un Savage destrozado, O´Brien se decidió a poner a Watson por su mayor movilidad. ¿El resultado? 4 sacks más en la segunda parte, el récord histórico de los Jaguars a favor y de los Texans en contra. Watson llevó a la victoria frente a los Bengals pero con otro partido desastroso, solo salvado por su velocidad a salir a correr.

Bill O´Brien entrenando a los Houston Texans. Fuente: NFL
Bill O´Brien entrenando a los Houston Texans. Fuente: NFL

Blake Bortles no es un gran QB, no es ni siquiera un QB decente, pero teniendo a Leonard Fournette puede ocultar muchas de sus carencias. El problema es que todas las defensas saben el nivel de este jugador y están empezando a sobrecargar las cajas para impedir que el Rookie corra. Si Bortles consigue subir mínimamente su nivel los Jacksonville Jaguars pueden encontrarse en una buena situación, pero no parece que vaya a ocurrir, especialmente teniendo esta semana que enfrentarse a los Baltimore Ravens.

Al menos estos equipos tenían alguna aspiración de Playoff, a partir de ahora los restantes son aquellos que están compitiendo por el número uno del draft y conseguir un QB que pueda levantar una franquicia, salvo Chicago, que solo está dando tiempo para foguear a Trubisky. Entre estos equipos encontramos a los San Francisco 49ers con Brian Hoyer, los New York Jets con Josh McCown, los Buffalo Bills con Tyrod Taylor y los Chicago Bears de Mike Glennon.

Brian Hoyer no es bueno. Sus datos son decentes pero verle en el campo es uno de los mayores horrores que existe en la NFL. Si el partido es bueno simplemente cumplirá expediente, pero un partido malo es la demostración de que no se puede confiar en él bajo presión. Y este año, a pesar de que su temporada no está siendo del todo mala, se nota que no es ninguna diferencia para un equipo, solo es el parche a la espera de Cousins o un novato.

Josh McCown fue contratado para garantizar el puesto número uno del draft para los New York Jets y de momento está cumpliendo a la perfección. Hay que reconocer que el resto del equipo ayuda, con problemas graves en absolutamente todas las líneas. A pesar de esto hay que reconocerle a McCown que es uno de los QB más trabajadores de toda la liga, este año tiene 2 TD y 2 intercepciones pero aún así parece imposible que pueda evitar el 0-16.

Tyrod Taylor es una incógnita, bueno en carrera pero en pase tiene una precisión bastante escasa. Su puesto en Buffalo como en titular solo ha sido gracias a que Ej Manuel fue una de las peores primeras rondas que se recuerda (excepción hecha de los grandes busts históricos) y actualmente. Mientras el equipo se plantea si Peterman vale o no, Taylor sigue jugando y sigue con los mismos problemas que tiene desde 2015, cuando llegó.

El enfado de los aficionados de los Bills es similar al de los Bengals, tienen un QB mediocre con una defensa tremenda, como se demostró en el enfrentamiento con los Carolina Panthers. Pero si solo consigues anotar 3 puntos en un encuentro es casi imposible lograr la victoria, y en esta cuenta no se incluye a los Jets porque por desgracia ahora mismo no son un equipo digno de la NFL.

El último caso es Mike Glennon, el cual está cobrando doce millones porque a los Bears le sobra el dinero. Y esto es literal, al igual que hicieron los Browns con Osweiler, se pueden permitir pagarle tanto porque su límite salarial está muy alejado de lo que gastan aún en la plantilla. Pero el nivel del jugador es mediocre, en ningún momento digno de un titular.

Mientras tanto se espera a Trubisky, por el cual se arriesgó tanto en el draft. El jugador está previsto que empiece a jugar a la mitad de la temporada mientras se acostumbra al playcall de la NFL. los Bears solo pueden esperar que vuelvan a ser competitivos como lo fueron hace diez años. Si Rex Grossman les pudo llevar a la Superbowl ¿Por qué no Trubisky? Al fin de al cabo es un jugador bastante superior a lo que nunca fue Grossman.

En definitiva este año hay muchos QB titulares que son cuanto menos de nivel dudoso, habrá que esperar si con el próximo draft se solucionan los graves problemas que tienen ciertos equipos. O al menos que aumente el nivel medio de quarterbacks que hay en la liga, porque actualmente la liga es una constante masacre de jugadores de primera ronda que desaparecen en la nada, como es el caso por ejemplo de Christian Ponder.

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