Escribió Víctor Hugo que el vuelo se asocia con la luz y el agua con su contrapartida líquida. Volar o sumergirse por debajo de las aguas es en cualquier caso, pasar a reinos distintos y desconocidos. Sí, realmente desconocidos para el gran público generalista del deporte, pues el reino del agua, de la natación, queda en un puesto lejano tras el rey fútbol, el baloncesto, el motor, el tenis y luego gracias en enorme medida a deportistas como Ruth Beitia, Carolina Marín y Mireia Belmonte, el atletismo, el bádminton y la alfombra acuosa de la piscina.

Mireia, la natación española

Y es que si la gesta de Ruth y Carolina en Río dejaron a los aficionados al deporte español sin palabras, lo de Mireia es uno de esos enormes milagros que se dan muy de cuando en cuando en nuestro país. Es inevitable que en estos días en los que el campeón del 12 +1 lucha por salir adelante del desafortunado accidente sufrido, se recuerde a aquellos talentos naturales que con mucho esfuerzo consiguieron cambiar su modalidad en la historia del deporte español. ¿Sería concebible el mundo del motociclismo español sin la figura de Ángel Nieto, lo sería el golf sin el añorado Seve, el ciclismo sin Federico Martín Bahamontes, el tenis sin Manolo Santana?, Mireia ya se sienta junto a ellos, es la natación española y seria aspirante a mejor deportista española de todos los tiempos. Ha conseguido una gesta grandiosa, la triple corona: el oro en Juegos Olímpicos, Mundial y Europeo. El caso es que estos milagros se dan muy de cuando en cuando en nuestro deporte y Mireia es un inmenso ejemplo de ello. No en vano la nadadora de Badalona se formó como tal con una irrisoria cifra de apoyo económico tanto privado como institucional, frente a las astronómicas cifras que se manejan en otros deportes.

Lo suyo es puro talento y mucho esfuerzo, ya lo dijo recientemente en el programa Planeta Calleja, al que transmitió que lleva toda su vida nadando nueve horas al día. Por su genética, por su naturalidad y por su enorme sacrificio, Mireia es la mejor nadadora española de todos los tiempos. Si a todo aquel que aprecia al deportista español de carácter minoritario ya le hizo levantarse de su asiento, de madrugada, cuando Mireia ganó el oro en los 200 mariposa en las pasadas olimpiadas de Río, lo del Mundial de Budapest quizás ya no hay forma posible de describirlo. Fundamentalmente porque la Belmonte ya acumula 22 medallas de oro a lo largo de su carrera, pues además de campeona olímpica en su prueba, era ya campeona de Europa (en cuatro ocasiones) y otras 16 veces campeona mundial y continental en piscina corta.

Mirando a los ojos a Hosszu, Sjostrom y Ledecky

Aquella que comenzó a nadar a los cuatro años por recomendación de los médicos para corregir una escoliosis, la niña prodigio del Club Natación Badalona que con 13 años comenzó recibir una beca para entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat del Vallés y fue fichada por el Club Natación L'Hospitalet, ha cerrado el círculo en Budapest colgándose el oro que le faltaba en el mundial en sus mágicos 200 mariposa. Y es que verla codearse en el medio acuoso con la polivalente y omnipresente Katinka Hosszu, la velocísima sueca Sarah Sjostrom o la imparable e inigualable Katie Ledecky, es un maravilloso milagro. Afortunadamente hoy Mireia, una estrella mundial de la natación no tiene problemas para encontrar patrocinadores, pero no siempre fue así pues tuvo que ganar dos medallas olímpicas para que se la tomara realmente en serio. Es más hacer cifras respecto a las tres reinas citadas constituiría un ejercicio de constatación del enorme mérito que tiene Mireia.

Por todo ello con la que ha sido su mejor actuación en un Mundial, con una plata en el 400 estilos que adereza a la obtenida en el 1.500 libre y al oro en el 200 mariposa. La que la ha consagrado como una de las nadadoras más completas del mundo en el Duna Arena, ha demostrado que no tiene límites pues ya ha puesto rumbo a Moscú, donde inicia la Copa del Mundo en piscina corta. Sobre todo en estos tiempos en los que tanto se habla de traspasos multimillonarios y cláusulas de rescisión astronómicas, habría que preguntarse ¿Cuánto vale Mireia? La respuesta es realmente sencilla: esta deportista con mayúsculas no tiene precio.  

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Sobre el autor
Mariano Jesús Camacho
Diez años escribiendo para medios digitales. Documentalista de la desaparecida web Fútbol Factory. Colaboré en la web deportiva italiana Sportvintage. Autor en El Enganche durante casi cuatro años y en el Blog Cartas Esféricas Vavel. Actualmente me puedes leer en el Blog Mariano Jesús Camacho, VAVEL y Olympo Deportivo. Escritor y autor de la novela gráfica ZORN. Escritor y autor del libro Sonetos del Fútbol, el libro Sonetos de Pasión y el libro Paseando por Gades. Simplemente un trovador, un contador de historias y recuerdos que permanecen vivos en el paradójico olvido de la memoria.