Hace menos de un mes que el jefe de equipo de Ducati, Davide Tardozzi, abría la veda para empezar a considerar esta como la mejor etapa en toda la carrera profesional de Andrea Dovizioso. Así es que vio apropiado comenzar a llamarle ‘Profesor Dovi’. Muchos pudieron haberlo catalogado de imprudente dada la pasión que levanta allá donde va su compatriota Valentino Rossi, ídolo indiscutible de la afición italiana. Sin embargo, Dovizioso se encuentra ante la oportunidad de volver a encumbrar a su país y ganar con la combinación moto y piloto italianos, algo que no sucede desde que Giacomo Agostini se proclamara campeón del mundo de 500cc con la MV Augusta en 1972. 

La última vez que los aficionados transalpinos acogieron un título mundial fue en 2009, temporada en la que Rossi se coronó campeón del mundo de MotoGP por última vez, con la icónica frase “gallina fecchia fa buon brodo” ("gallina vieja hace buen caldo") en su camiseta. A esto hay que sumarle también la poca fortuna que ha corrido para las fábricas autóctonas. La última ocasión en que una marca italiana logró llevarse el Mundial a casa data de 2007, con Casey Stoner sobre la Ducati.

No es de extrañar, por tanto, el revuelo que está generando Dovizioso entre los tifosi. El de Forli ha despertado el sueño que la afición de su país enterró hace casi una década y tiene todo lo necesario para hacerlo realidad. Con 199 puntos acumulados y cinco citas por disputar, se encuentra empatado a puntos con el hombre que encabeza la general, Marc Márquez. Tanto está siendo el éxito del piloto italiano que, acostumbrado a permanecer en la sombra, reconoce sentirse abrumado por los fans al no estar familiarizado con tales situaciones.                                  

Supone mucho agotamiento mental. Es muy bonito, porque nunca antes había tenido tanto apoyo, pero no estoy habituado a ello y es complicado”, explicó el piloto a los medios.

El fin de semana pasado, durante el Gran Premio de San Marino, Dovizioso agotó todas las camisetas de su merchandising por primera vez en los nueve años que lleva en la categoría reina. Algo que admite no le había pasado nunca, y por lo que su empresa de merchandising se ha visto obligada a realizar horas extra, con el fin de abastecer el elevado número de pedidos.

Así las cosas, aunque Rossi es y seguirá siendo el mayor ídolo de los tifosi, quizá sea momento de empezar a plantear a Andrea Dovizioso como el indicado para recoger el testigo de lo que fue la era de oro del motociclismo italiano.

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