Jaume Masiá vivió en Austria la oportunidad de su vida. Y no la desaprovechó. En su primera prueba mundialista, el piloto valenciano terminó noveno y se hizo con la vuelta rápida del Red Bull Ring. Después de recibir por sorpresa la noticia de que correría en el Campeonato del Mundo de Moto3 sustituyendo al piloto sudafricano Darryn Binder, Masiá se subió a la KTM del Platinum Bay Real Estate y demostró que no estaba ahí por casualidad.

“Aún no he podido ver la carrera, pero desde fuera lo veo como un chico joven que tiene una oportunidad de demostrar que puede hacerlo, y no la desaprovecha. En vez de venirse abajo con estos pilotos, lo que hace es crecerse, buscarse la vida y buscarse su camino para abrirse una puerta”, explicó Masiá en una entrevista.

A sus 16 años, este piloto valenciano ha demostrado un control de la moto y manejo de las circunstancias impresionante. Como diría el Maestro, “tiene la mirada”.

“La moto era distinta a la del CEV y me dediqué a conocer la moto, el circuito y el equipo. El sábado, yo sabía que podía hacer un buen qualifying: en la vuelta rápida que hice me molestaron, y me dio mucha rabia. Comencé el warm up con esta rabia y entonces supe que podía estar ahí. Hice un ritmo muy bueno yo sólo, y ahí fue cuando mi técnico y yo dijimos: “Si no me pongo nervioso y analizo bien los adelantamientos, puedo hacerlo muy bien”.

Además, una novena posición y el récord de vuelta rápida no fueron los únicos logros de Jaume Masiá. Se mantuvo en el grupo de cabeza durante toda la carrera y llegó a tener posibilidades de podio, pero el exceso de ambición y el ineludible factor de ser su primera prueba mundialista le penalizaron.

"Hasta estar a falta de tres vueltas, creía en el pódium. Intentaba estar siempre en el top 5 para no perder posiciones. Intenté adelantar a dos pilotos y ponerme segundo otra vez, y me fui largo. Ahí me adelantaron cuatro pilotos. Después, conseguí volver a remontar, pero me equivoqué con una marcha y me adelantaron otros tres. Pensé en acabar la carrera. Un par de errores me impidieron luchar por el podio”.

“Cuando me puse segundo, subieron mis pulsaciones. Entiendo que es normal al principio, pero intenté acostumbrarme y perderles el miedo a los pilotos. Al final, por mi parte, la situación la tenía más o menos controlada. Esos dos errores son los que me fastidiaron al final”, confesó el piloto del FIM CEV Repsol.

Jaume Masiá durante la carrera de Valencia. | Foto: Rocío Hellín - VAVEL
Jaume Masiá durante la carrera de Valencia. | Foto: Rocío Hellín - VAVEL

Al preguntarle por la mayor diferencia entre el Mundialito y el Mundial, Masiá reconoció que se trataba del ritmo inicial. “Desde el primer momento ponen un ritmo muy rápido: en la FP1 ya se quedan a un segundo y medio de la vuelta rápida del fin de semana”. Aunque poco pareció importarle esto al de Algemesí, que, tras una buena jornada de viernes y sábado, irrumpió en carrera sacando todo cuanto tiene dentro.

“Creo que he mejorado mucho en ser más calmado, no ponerme nervioso, antes era un poco más alocado. Ahora estoy mejorando eso, voy en progresión. No me arrugo, cuando tengo que actuar lo hago. Freno fuerte, soy valiente y constante”.

Desde su brillante estreno en la categoría ligera del Mundial, no han sido pocos los comentarios acerca de su continuidad. “Si todo sigue como esperamos, me dan la oportunidad de correr en Silverstone, aunque aún depende de Darryn (Binder). Me han confirmado que soy el piloto sustituto. Ahora lo importante es acabar bien el FIM CEV Repsol y poder aplicar lo aprendido allí”, explicó el joven piloto.

Después de entrar por la puerta grande en el Mundial, no se descarta la posibilidad de verle la temporada que viene debutando oficialmente como piloto de Moto3. No obstante, y como ha reconocido el propio Jaume, lo importante por el momento será centrarse en su actual competición, el FIM CEV Repsol.

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