Todo hacía preveer que la llegada de Sam Lowes a la estructura de Gresini lo encumbraría como uno de los favoritos de la competición. El británico, que dejó atrás la Speed Up para subirse a una Kalex, ha conseguido cumplir con los objetivos que le propusieron a principios de temporada

Así, el próximo piloto de Aprilia en MotoGP, deslumbró a propios y extraños al inicio del curso. Los problemas técnicos le hicieron acabar en una discreta novena posición en la prueba inaugural del campeonato, en Catar. Sin embargo, en las siguientes carreras sus resultados rozaron la perfección. Termas de Río Hondo fue el escenario para volver a subir al podio. Una segunda posición que no conseguía desde que Moto2 corriera bajo el trazado australiano de Phillip Island. Esta posición volvería a repetirla en Austin, lo que le hizo subir bastantes puestos en la general de un campeonato que, ya desde el inicio, se veía que iba a ser duro.

Su primera victoria, y única en lo que llevamos de campeonato, fue la que celebró sobre el trazado de Jerez, en el GP de España. Allí el británico consiguió la segunda victoria de su carrera en la categoría intermedia después de la conseguida en Austin en 2015. En definitiva, veinticinco puntos que acababan con una gran sequía de victorias y le encumbraban a lo más alto de la clasificación.

La llegada de Zarco altera los planes

Fue a partir de esta carrera cuando el piloto de Lincoln sacó a relucir uno de sus defectos: la irregularidad. Su rendimiento pegó un bajón a partir de Le Mans. Así, hasta el Gran Premio de la República Checa, solo consiguió subir otra vez al podio, en Mugello. El resto de actuaciones podrían calificarse de discretas. Su mejor resultado fue un cuarto puesto bajo la lluvia de Assen.

Además, el bajón de su rendimiento se acentuó con la vuelta a lo más alto de Johann Zarco. El francés tomó como punto de inflexión su carrera en casa, donde no consiguió puntuar, para mejorar notablemente sus registros y liderar en todas las carreras del Mundial.

Así, con el vigente campeón del mundo de la categoría intratable, el foco de la repercusión mediática se centró en Alex Rins y Johann Zarco, que luchaban por el liderato del mundial. No obstante, el inglés consiguió quedarse como tercero en discordia.

El Gran Premio de Austria pareció ser el punto crítico para el campeonato del pupilo de Gresini. Sobre el circuito de Spielberg el británico tuvo el peor día en lo que lleva de campeonato. Tuvo dos caídas que supusieron la rotura de su semimanillar y un cero para su casillero.

De este modo, Lowes llegaba al trazado de Brno casi deshauciado en la carrera por el título. Sin embargo, Johann Zarco demostró ser humano y no encontrar las sensaciones en su Kalex durante la carrera, lo que le hizo acabar undécimo.

Un resultado que sus competidores por el título, Alex Rins y el propio Lowes, consiguieron utilizar para recortar las distancias en la tabla de puntos. Ahora diecinueve puntos separan al francés y  44 con respecto al británico.

Por delante, siete carreras en las que, como se pudo ver en Brno, nada se decidirá hasta que la bandera a cuadros ondee en Valencia. Lo que está claro es que la lucha por el mundial seguirá siendo a tres.

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