El origen de la Bella Durmiente del Bosque
Viktor Vasnetsov – “La bella durmiente” 1900-1926. Museo Viktor Vasnetsov, Moscú | Foto: Pinterest

Cerremos los ojos por un instante e imaginemos como debía de ser un día cualquiera en los albores de la humanidad: ¿veis niños?, ¿veis gente compartiendo comida y vivencias? En resumen, veis gente intentando sobrevivir y avanzar, intentando transmitir aquello que habían aprendido, bien porque se lo contaron o bien porque ellos mismos lo vivieron. Lo transmitían porque era conocimiento y, desde siempre, el conocimiento ha sido poder; poder para entender porque un rayo abate un árbol, poder para entender porqué el fuego nos calienta, pero a la vez es peligroso si no se controla, poder para entender el comportamiento humano, incluso aquel en el cual es necesario arriesgar la vida por el bien común. Podría seguir hasta el infinito citando las causas que hacían que las historias, vividas o no se transmitiesen de generación en generación, por el bien del grupo y sobre todo, por la supervivencia de éste.

Hace tiempo leí que los cuentos populares o cuentos comúnmente llamados ‘de hadas’, eran más antiguos que los relatos mitológicos y es que unos derivan de otros, se mezclan y fluyen entre sí.

Fue durante el siglo XIX, en que uno de los famosos hermanos Grimm, los que recopilaron y popularizaron los cuentos de hadas europeos, se le ocurrió pensar que el origen de éstos debía remontarse al nacimiento de los lenguajes indoeuropeos, pero nadie le hizo caso cuando pensó tal cosa, pues se creía, que antes de ser contados, alguien debió haberlos puesto por escrito con anterioridad.

Para clasificar este estudio, se clasificaron las historias según su rama lingüística y su proximidad geográfica, creyendo que las historias se transmitían oralmente y que la conexión geográfica era lo más importante y significativo. Utilizaron también el análisis filogenético, algo que se utiliza para investigar las relaciones evolutivas entre especies…

Tales estudios ratificaron lo que aseguraba Wilhelm Grimm, sí, uno de los hermanos conocidos por sus cuentos. Se constató que los cuentos son, en ocasiones, muchísimo más antiguos que los relatos mitológicos, ¡incluso aparecen historias parecidas en versiones de textos latinos y griegos!

En esta entrada no se hablará de todos los mitos, pues el tema es tan extenso que necesitaríamos libros enteros y aun nos faltaría para recopilarlos todos, es un reto que se irá desgranando poco a poco, los cuentos, como los mitos, son infinitos; quien sabe, quizá algún día alguien lea estas líneas, cuando todos nosotros ya no estemos aquí y recordará que contamos historias para transmitir conocimientos, para compartir lo que hemos aprendido, porque está en nuestros genes hacerlo, porque lo seguimos haciendo desde que el primer hombre se sentó junto al fuego con otros de su especie y todos le escuchaban mientras las contaba.

El mito o cuento del que se hablará en este artículo es el de ‘La Bella Durmiente’, uno de los cuentos de hadas más antiguos nacido de la tradición oral. Las versiones escritas más conocidas de este cuento son, por orden cronológico: ‘Talia, Sol y Luna’, de Giambattista Basile, 1634; ‘La bella del bosque durmiente’, de Perrault, (Cuentos de Mamá Gansa, 1697), y ‘La Bella Durmiente del Bosque’, de los hermanos Grimm, 1812.

La trama del cuento más popular es la de Perrault y los hermanos Grimm, he aquí un pequeño resumen para entrar en situación.

Tras muchos años de matrimonio, un rey y una reina creen ser estériles, pero las sorpresa llega a sus vidas con el nacimiento de una hija. Ante tal acontecimiento, celebran un festejo a lo grande en el que invitan a lo más granado de la corte así como a varias hadas, que mediante encantamientos otorgaran a la niña dotes positivos. En lo mejor de la fiesta, irrumpe en ella un hada malvada a la que no pudieron invitar, bien porque se les olvidó hacerlo o según otra versión porque no tenían platos suficientes, (cosa extraña para unos reyes, ¿no?), el caso es que el hada malvada, muy ofendida, sentencia a la niña con la siguiente maldición: cuando ésta cumpla quince años, se pinchará el dedo con el huso de una rueca y morirá.

Ante la evidente desesperación de los padres, una de las hadas buenas que aun no había otorgado su don a la niña rebaja esa maldición, la niña se pinchara con el huso de una rueca al cumplir los quince años, pero no morirá, se quedara dormida durante un siglo

Los reyes se afanan en prohibir todos los husos y todas las ruecas para evitar el cumplimiento de la maldición, mandándolos quemar todos, pero todo esto es inútil, cuando la princesa cumple los quince años, en mitad de su fiesta de aniversario, se pone a curiosear por las estancias del castillo y encuentra en una torre a una anciana, que no es otra que el hada maligna, hilando con un huso, la muchacha curiosa quiere saber que es aquel objeto que no ha visto nunca y acercándose a él, se pincha en un dedo y cae profundamente dormida.

La maldición se extiende a todos los que se encuentran en el castillo en ese momento y, así, todos quedan dormidos, cubriendo dicho castillo la maleza y una espesa vegetación durante cien largos años, tras los cuales, un príncipe escucha la historia y se dirige al castillo con intención de romper el maleficio. La vegetación que cubre el edificio se va apartando a su paso y cuando llega a las estancias donde duerme la princesa, queda cautivado por la belleza de ésta, besándola y rompiendo el hechizo.

Ambos jóvenes se casan, el príncipe regresa a su reino, pero una vez allí no cuenta a sus padres lo sucedido ni lo extraño de cómo conoció a la princesa, pues teme que su madre no esté de acuerdo con lo mágico de su experiencia. La pareja tiene dos hijos, una niña que llamarán Aurora y un niño al que ponen por nombre Día.

A la muerte de su padre el rey, el joven príncipe hereda la corona y trae a su reino a su esposa e hijos, donde no son bien recibidos por la reina madre.

El rey dadas las obligaciones de su cargo, debe un día ausentarse del castillo y dejar allí a su familia, entonces, su madre, ordena al cocinero que mate a la hija de éste, Aurora y que la cocine para comérsela, pero el cocinero hace que su esposa oculte a la niña y en vez de ella, lo que cocina es un cordero que la reina madre come convencida de que es su propia nieta; lo mismo se repite con su nieto, Día y con la reina consorte que antes fue la Bella Durmiente. Todos son escondidos por el cocinero, salvándolos de la crueldad de la madre del rey.

Un día no obstante, la reina madre, escucha unas risas de niños, se percata del engaño y ordena disponer una enorme olla llena de serpientes, sapos y demás reptiles donde piensa meter al cocinero, su esposa, la reina consorte y a sus dos hijos. A punto está de consumar su maldad cuando llega el rey, que horrorizado lanza a su madre dentro de la olla donde es devorada por las alimañas que hay dentro.

El rey libera entonces a su esposa e hijos así como al cocinero y su mujer, condecorando a éstos últimos por proteger a su familia y viviendo todos juntos en el castillo felices para siempre.

Como veis, el cuento no tiene mucho que ver con las versiones edulcoradas que nos ha hecho llegar Disney, es más, en la versión escrita  más antigua, la de Basile, el príncipe de marras es un hombre casado que ante la belleza de la durmiente, no la despierta si no que la deja embarazada y se marcha. Cuando ésta alumbra a sus dos hijos, (en esto los relatos coinciden), uno de los niños al intentar mamar extrae la aguja del dedo de su madre despertándola, el príncipe adultero regresa y comprueba con sorpresa que es padre de dos hijos, llegando a un acuerdo con la princesa pero no pudiendo llevarla a su palacio pues como ya se ha dicho, es un hombre casado.

La reina, su esposa, descubre el engaño y ordena que los niños sean cocinados y servidos a su esposo, padre de las criaturas, pero ésta crueldad, que el cocinero se niega a llevar a cabo,  será castigada cuando el rey descubre lo que quiere hacer su esposa, haciendo que ésta pague por el crimen que pensaba cometer.

Ahora pensemos: ¿de dónde proviene la raíz de éste cuento plagado de drama y romance? La historia de una doncella sumida en un sueño sobrenatural que despierta por la intervención de un amante es algo que se repite en muchos relatos, siendo los más conocidos la Saga Volsunga, texto islandés anónimo escrito sobre el siglo XIII basado en poesías tradicionales muy anteriores, en dicha saga, Brynhild, Brunilda, hace enfadar a su padre, el dios Odín, que la encierra en un torreón tras una pared de escudos rodeados éstos por una llama que no se extinguirá hasta que el más valiente de los hombres la rescate y se case con ella. Ese hombre no es otro que Sigurdr, Sigfrido del Cantar de los Nibelungos.

Y es en ésta saga, donde Buðli es el padre de Brunilda y donde Odín, mando a esa valkiria a decidir la lucha entre dos reyes, ella, en lugar de favorecer a Hjalmgunnar, el elegido de Odín, decide ayudar a Agnar, por ello el dios la castigó, encerrándola en una torre rodeada de llamas, donde debía dormir rodeada por un muro de escudos  hasta que fuera rescatada y donde el héroe Sigurdr, (Siegfried en el Nibelungenlied), logra llegar hasta ella y liberándola recibe sus dones en agradecimiento. Su salvador se marcha, pero antes le promete volver para cumplir la promesa de casarse con ella, sin embargo, tras ingerir un filtro mágico, Sigurdr se casa con Gudrum, (Krimilda en otras historias), y luego, no contento con eso, engaña de nuevo a Brunilda para que se case con su cuñado Gunther. Cuando Brunilda se da cuenta del engaño se venga de Sigurdr propiciando la muerte de éste, pero su muerte no le satisface y se quita la vida para que su cuerpo sea incinerado junto al de su verdadero amor, Sigurdr.

Así podemos destacar que el origen de este cuento tan popular proviene de diferentes textos, siendo el principal la Saga Volsunga, (texto islandés anónimo escrito a fines del siglo XIII, pero basado en poesías tradicionales anteriores).

También del poema occitano catalán de finales del siglo XIII, Blandín de Cornualles, en el cual se relata la historia de un padre que hace que su hija Brianda duerma profundamente, recluyendo su cuerpo en la torre de un castillo custodiado por diez caballeros, por una serpiente, un dragón y un caballero sarraceno. El héroe Blandín vence a todos los guardianes y despierta a la princesa con el canto de un pájaro.

Otro relato a tener en cuenta y del cual puede provenir parte de la raíz del cuento es otro poema occitano catalán, Frayre de Joy e Sor de Plaser, de mediados del siglo XIV, donde una princesa se duerme misteriosamente y su padre manda construir una torre en mitad del campo donde deposita a la durmiente. Un príncipe escucha lo ocurrido y al ver a la princesa se enamora de ella, aprende magia y gracias a ella es el único que consigue entrar en la torre, donde embaraza a la princesa dormida y donde ésta alumbra a su hijo aún sin despertar. También en ésta ocasión es un pájaro quien la despierta.

El texto francés Perceforest es quizá el que más se asemeja al cuento tal como lo conocemos; escrito hacia 1340, nos habla de un convite por nacimiento al que acuden invitadas varias diosas que conceden sus dones a la neonata, pero una de ellas, molesta por no haber sido puesto un cubierto para ella en la mesa del convite lanza una profecía en la que condena a la neonata a morir al pincharse con una astilla. Una de las diosas trocó dicha profecía, augurando que la joven despertará cuando su amor verdadero logre quitarle la astilla. El joven, llamado Troilo, es requerido en varias gestas para demostrar su valía y hacerse merecedor de la mano de su enamorada, mientras cumple su cometido, se cumple la profecía y la joven se queda dormida, él regresa y la embaraza dando ésta a luz un bebé mientras duerme, el bebé mama el dedo de su madre y le extrae la astilla, despertándola, dejando en éste relato bien claro que su amor verdadero no es el hombre que cree amar, si no su hijo.

Estos tres últimos relatos proceden de las gestas de la Bretaña Francesa y están basados en leyendas e historias seguramente mucho más antiguas.

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