Soy el nuevo Frankenstein
Louis Washansky, el primer receptor de un corazón trasplantado, pocos días después de la operación. Foto: Research Gate

El primer trasplantado humano fue Louis Washkansky, sudafricano de origen lituano, además de gran deportista, que contaba por aquel entonces 54 primaveras. Pero también era diabético y tenía una enfermedad coronaria incurable que le ocasionó tres infartos de miocardio. El último de ellos estuvo a punto de "cargárselo".

Por este motivo fue atendido por el doctor Barnard (anteriormente fue atendido por el Dr. Kaplan, cardiólogo chileno, que fue el segundo médico en realizar un trasplante de corazón en el mundo), que llegó a un fatídico diagnóstico: no había nada que hacer para ayudarle, a no ser que se le cambiase el corazón, algo en lo que, precisamente, estaba trabajando Bernard.

La operación duró 9 horas

Así que Washansky aceptó ser conejillo de indias en este hito histórico, y el 3 de diciembre de 1967 se le cambio el corazón por el de Denise Darvall, una joven de 24 años que había fallecido como consecuencia de un accidente de coche.

Louis duró 18 días. Falleció por culpa de una neumonía por la debilidad de su sistema inmune. Barnard consideró un éxito la intervención ya que el corazón trasplantado fue controlado por el paciente durante aquellos días sin necesidad de ningún dispositivo eléctrico externo.

"Soy el nuevo Frankenstein"

A modo de curiosidad, mencionar que en aquellos dieciocho días Louis se hizo famoso, por la enorme acogida que tuvo la noticia en la prensa. Y entre otras cosas, en una ocasión dijo: "Soy el nuevo Frankenstein".

Y es que no hay nada como tomarse las cosas bien.

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