Con un once inicial bastante alterado con respecto al partido en Sevilla, La Unión Deportiva Las Palmas se presentaba la pasada tarde ante un Leganés en busca de su tercera victoria del curso. Es verdad que al equipo amarillo le acompaña la mala suerte en este principio liguero, bajas importantes como Vitolo, Rémy, Bigas o Dani Catellano no ayudan a que un equipo termine consolidándose tanto en juego como en confianza, pero no es menos cierto que los catorce hombres que sudaron la camiseta de Las Palmas en el Gran Canaria no tuvieron su mejor día.

Los pepineros deseaban reencontrarse con la victoria tras tres jornadas persiguiéndola, a la par que los de Manolo Márquez buscaban en cancha propia un nuevo triunfo que borrase la espina que dejó el Pizjuán. Ambos cuadros lo dieron todo sobre el terreno de juego, pero la buena definición de algunos decantó las ambiciones de lado de los blanquiazules.  

De tú a tú

El encuentro comenzó sin un claro dominador del cuero, y así se plasmaría durante el resto de la primera parte. En la lucha por la posesión se adelantaría ligeramente la Unión Deportiva recogiendo en los primeros compases el 57% del toque de balón. Pero todos sabemos que el fútbol  es mucho más complejo, tanto es así que entre toque y toque de los amarillos los de Asier  Garitano supieron asomar la cabeza y sembraron los ataques más peligrosos. Transcurría el minuto nueve de partido y Rubén Pérez probaba fortuna con un disparo lejano que tras desviar Lemos, se marchaba ligeramente desviado por el costado izquierdo de Chichizola. La segunda oportunidad del Leganés no se haría de rogar y dos minutos más tarde, Lemos, quien no cuajó su mejor partido, pone en apuros a su equipo despejando un balón al corazón del área que Eraso llegando en carrera no hizo bueno.  

El partido ni mucho menos decantado para el Leganés por sus dos acercamientos al área sería un cambio de papeles constante. Tannane y Viera emplearían la chispa que haría falta a los grancanarios para conectar las inmediaciones del centro campo con zonas de tres cuartos. Tanto las internadas del marroquí por banda derecha como las líneas que rompía el de la Feria, tendrían como objetivo final en su mayoría, la figura de Calleri, quien se aprovecharía de esta combinación de velocidad y precisión, esta vez entre Viera y Tana, para recibir un balón que con el descaro y garra del argentino, remataría girando sobre sí mismo, lanzando un potente disparo bien atajado por Cuellar. Minutos después volvería a tenerla sin éxito. El argentino no llegaría a rematar por poco un buen centro colgado al área procedente de las botas de Tannane.

Foto: UD. Las Palmas
Foto: UD. Las Palmas

Ya había constancia antes del inicio del partido del buen manejo en resultados cortos por parte de los visitantes. No fue para menos, el partido siguió su curso y Las Palmas se veía frenada ante el buen planteamiento defensivo de los blanquiazules en el césped. Con una línea de presión adelantada, aprovechaban las imprecisiones de juego de los rivales para culminar contras muy veloces protagonizadas en su mayor parte por Szymanowsky y Beavuveu quienes serían una amenaza real para la defensa canaria durante el resto del encuentro.

Con Jonathan Calleri guerreando con los centrales como si fuese en busca de su gol más ansiado, y Míchel Macedo dolorido tras una fuerte entrada, se cerraban los primeros cuarenta y cinco minutos en el Gran Canaria.

Tanto Leganés como Las Palmas montaban su propio estilo de juego, claro que quienes se acercaban con un grado más de electricidad y peligrosidad eran los de Asier Garitano, hecho del que Manolo Márquez sería consciente y debería de dar soluciones en el tiempo de descanso.

Jarro de agua fría

Optimismo, dejadez, inquietud, esperanza, nervios… un bucle de sentimientos se palpaba entre los aficionados amarillos justo antes de la segunda parte. No se intuía con exactitud qué impresiones dejaba la primera parte, era como presenciar un querer y no poder que abre cualquier tipo de dudas.

Al final esas emociones adoptarían una única forma, perplejidad. Aún no estarían sentados en sus localidades la totalidad de los 17.060 espectadores que venían del descanso, cuando Beavuveu materializa un excelente contraataque con Szymanowsky a la carrera por banda izquierda, el cual brindó al de Guadalupe (Saint-Claude) un centro a ras de césped dejándolo mano a mano contra el portero. El delantero pepinero vería puerta por primera vez en la presente temporada y pondría el 0-1 en el luminoso.

Una respuesta sin resultados

El hilo del que pende marcar un gol o que te marquen es muy fino. Ese hilo parecía no romperse nunca y así las intentonas de la Palmas, culminadas todas por Calleri salvo algún disparo de falta, se volvían inútiles. Mientras tanto el Leganés parecía tener asumido su rol hasta el final, defender el resultado. Proseguían alimentándose de los fallos de los rivales para propiciar contras, pero con menos pegada que en la primera parte.

Vicente Gómez, que había entrado en recambio de Javi Castellano, le daba aún más un aire ofensivo al equipo y así el mismo jugador y los otros diez tiraron más de corazón que de cabeza para igualar el partido. De esta manera se llegaba a los minutos finales, una recta final marcada por los seis minutos de añadido que seguro más de uno habrá recibido con brazos abiertos. Lo que debía ser un final apabullante del equipo perdedor en esos momentos se vería truncado por el segundo y definitivo tanto del Leganés. Eraso aprovecharía a la perfección la salida de un córner jugado en corto y cerraría de tal manera la cuarta derrota de los de Manolo Márquez en lo que va de liga. 

Esta claro que en la mejor liga del mundo todo puede pasar, y que las posesiones no ganan partidos. Ante todo es tarea del entrenador reflexionar lo que se está haciendo mal y trabajar para solucionarlo. A día de hoy, la UD. Las Palmas se estanca en la parte baja de la tabla colocándose decimoquinto a dos puntos de los puestos rojos, mientras que el Leganés es sexto con 10 puntos.  

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