Una tarde veraniega abrió un partido en el que ambos conjuntos tenían ganas de buscar un poco más de tranquilidad en sus respectivos futuros, pero sería Las Palmas la primera en dar un golpe sobre la mesa. Los amarillos salieron a morder, salieron con las ideas claras y pusieron el miedo en el cuerpo a un Espanyol que estaba desubicado durante los primeros compases. De hecho, los grancanarios encadenaron varias ocasiones consecutivas que evidenciaban que su plan era jugar un rol de equipo dominante.

No obstante, el conjunto de Galca abrió los ojos y se asentó con fuerza sobre el césped, aunque en apenas doce minutos se quedaba sin un Abraham que sería sustituido por lesión. Los pericos tenían que reponerse rápido y empezaron a tener un poco más de presencia en terreno de juego amarillo, mejorando la vigilancia de las líneas de pase y aferrándose a las recuperaciones rápidas que podía controlar en el medio de campo.

Con esa premisa, Burgui estuvo a punto de batir a Raúl tras un eslalon de no ser por una intervención milagrosa de Lemos casi sobre el punto de penalti. 

'Aplatanada' amarilla y chispazos pericos

Las Palmas había perdido un poco de fuerza, necesitaba reponerse porque el Espanyol había dado un paso al frente para cambiar la dinámica tras un mal inicio. La aparición de Viera y Willian José empezó a mejorar las prestaciones de los hombres amarillos, aunque eso no terminó por devolverles el dominio. El run run apareció en la grada porque Las Palmas no respondía Durante varios minutos, el juego se centró en el medio del campo sin demasiada mordiente y agresividad, parecía que ninguno podía ir más allá de los tres cuartos. Aun así, otra vez Viera rompería un poco la defensa catalana en busca de premio.

Eso animó también a Burgui a buscar portería con un disparo sobre el marco de Raúl que el guardameta fue capaz de detener con solvencia. Tras esa atajada, los de Setién controlaron un poco más la posesión, pero el Espanyol volvería a la carga con la más clara hasta el momento: un centro de Burgui terminó siendo errado de forma inexplicable por un Hernán Pérez que tenía la caña preparada para fulminar. Los de Galca habían embotellado a los grancanarios y el run run en la grada ya se empezaba a notar, básicamente porque el equipo no respondía. 

Un equipo resquebrajado

Faltaba profundidad y ese último pase, sobre todo, por una banda derecha que era una bendición para los barceloneses; con Simón y El Zhar muy fuera del partido, Las Palmas estaba teniendo un serio problema de seguridad atrás y de frescura en la parte delantera, algo que se agravaba con la poca incidencia de un Momo al que no llegaban balones. Esas circunstancias, mantenían con vida y cómodo a un Espanyol que estaba más entero. El fútbol no fluía por parte de los canarios y su rival, con un poco más de criterio, le estaba ganando la partida.

El equipo estaba roto y arrugado, como agarrotado y con mucho miedo. El Espanyol estaba haciendo mucho daño y apenas estaba sufriendo atrás. En una de esas internadas por la banda de Simón, Burgui le mandó un balón franco a Asensio que no supo aprovechar; el balear no supo hacer buena la mala salida de Raúl y mandó la pelota a las nubes.

Eso era una cuestión en la que el dibujo quizás estaba siendo el causante del problema; Vicente andaba un poco desubicado tras su vuelta y sin Tana el equipo no tiene la misma capacidad de jugar el balón, dos cuestiones que evidenciaban la necesidad de un cambio. 

Los milagros existen y El Zhar lo hizo suyo

No obstante, como en la vida de cualquiera, el azar juega parte de cualquier tipo de juego, porque uno de los hombres menos afortunados de la primera mitad se iba a convertir en héroe. El gol de El Zhar hacía buena la mala primera parte de una UD Las Palmas que resopló Un pase genial de Viera, dejó sólo a un Nabil El Zhar que supo aguantar, que ajustó el ángulo y le pegó con fuerza a la portería perica para abrir el marcador justo antes del descanso y hacer malo cualquier análisis de los cuarenta y cuatro minutos anteriores.

El marroquí se reconciliaba con la grada y consigo mismo porque, a pesar de que trabaja como un jabato, a veces le falta un poco más de suerte a la hora de elegir sus opciones. El Zhar marcó y Las Palmas resopló como si se hubiera quitado un peso de encima. 

El Espanyol, psicológicamente muerte

Y ese gol que tantas veces es psicológico, se hizo más patente tras una jugada en la que Bigas se disfrazó de Messi. El mallorquín cogió la pelota en medio campo, se fue de varios rivales con una facilidad pasmosa y se la dejó a Willian con el exterior de forma exquisita, aunque el brasileño erró la ocasión que Arlauskis envió lejos de su portería. A pesar de ello, Viera cogió el balón y disparó a puerta con el alma hasta meterlo dentro de la portería. El de La Feria no dudó y anotó otro gol para su cuenta particular que hacía aún mejor el tanto de El Zhar al final de la primera parte para golpear duramente al Espanyol otra vez.

Las Palmas empezó a dominar de nuevo, empezó a gustarse cada vez más y consiguió maniatar a un Espanyol al que sus buenos primeros cuarenta y cinco minutos no le habían valido de nada. Entre Bigas y Viera mataron el partido en apenas diez minutos de juego El fútbol le dio la espalda y los amarillos se subieron a las barbas de los de Galca sin preguntar, dispuestos a hacer sangre de la situación. En una de esas, Javi López hizo una falta clamorosa sobre Momo en la que los grancanarios iban a sacar petróleo, porque Viera iba a ponerle en bandeja el tanto a un Pedro Bigas inconmensurable. El ex del Mallorca batió la meta del Espanyol y Las Palmas había matado el partido en diez minutos. 

Olés y delicatesen en el Estadio de Gran Canaria

Con todo de cara y el Espanyol muerto, Las Palmas veía todo de cara. El fútbol ahora sí que fluía, sí que iba donde los amarillos querían. En esos momentos, el equipo disfrutaba y hacía disfrutar a un público entregado con los suyos; los olés se coreaban en la grada y había ganas de más. Los de Setién fueron a por todas, eran ambiciosos y no se conformaban, era la prueba de que aquí nadie quería relajarse y de que querían cerrar cuanto antes la permanencia un año más entre los mejores. La movilidad empezó a aparecer y los goles llegaron.

Sin embargo, la mala noticia llegaría con la lesión de un Lemos que no estaba cuajando un mal partido, teniendo que ser sustituido por el hombre Rock & Roll de esta UD Las Palmas: Wakaso. Era la vuelta del ghanés a los campos tras su lesión y se le vio conectado desde el primer momento, queriendo participar y queriendo poner su granito de arena a la goleada. Su entrada, además, fue como un suspiro de aire fresco que daba un poco más de energía para afrontar los minutos finales del partido con contundencia. 

Wakaso la revienta; Las Palmas abusa

Se venía viendo, se sentía en el ambiente y Wakaso quería un gol que llegaría. Las Palmas sacó un córner sin suerte, pero en el segundo palo esperaba el africano para reventarla con pierna izquierda directa a la escuadra de Arlauskis. La locura ya se hacía patente en el Estadio de Gran Canaria y Wakaso se desgañitaba con un gol que se olía.

A partir de ahí, los jugadores del Espanyol tuvieron que aguantar un baño de buen fútbol y de buenas sensaciones que no es del agrado de nadie. Era una cuestión de perseguir sombras y el balón sin demasiada fortuna, mientras Las Palmas iba haciendo su partido con todo el mundo con ganas de marcar su golito en una noche para el recuerdo.

Ya había poco más que vender, pues los minutos finales fueron más bien un relleno innecesario que ya no iba a valer para demasiado, sino para la galería y para que Valerón pusiese un poco de su magia sobre el césped. 

Los misterios del fútbol

Nadie sabe por qué, pero el fútbol tiene estas cosas que a veces te da y a veces te quita. Una mala primera parte le valió a Las Palmas para poner más de pie y medio en Primera División el año que viene, para divertirse y para darle una estocada a un rival directo como el Espanyol. Viera cuajó un partido descomunal en el que se convirtió en el héroe de una noche mágica Los de Setién empezaron mal, pero el gol de El Zhar lo cambió todo, porque tras el tanto del marroquí los pericos no volvieron a ver la pelota prácticamente. Los amarillos desplegaron su juego, hicieron suyo el partido y Bigas, pero sobre todo, Viera, llevaron en volandas a los suyos. El de La Feria cuajó un partidazo, repartió dos goles y se llevó uno para su casa, pero la realidad es que desplegó su talento, su calidad y su fútbol en los mejores momentos de los grancanarios durante el partido. Viera hizo de Tana, de Viera y de Willian José; qué tío.  

VAVEL Logo
Sobre el autor