La desgraciada noticia se confirmó, no hay vuelta atrás: la Unión Deportiva Salamanca desaparece. Ese histórico club charro, el ‘Matagigantes’, será disuelto por los administradores concursales ante la no presentación de más del cincuenta por ciento de los acreedores de aceptar el convenio que se les había propuesto. Juan José Hidalgo Acera, expresidente en una de las épocas doradas, ha rechazado la opción en nombre del Popular, que no ha acudido, y la decisión es definitiva.

Llevaba semanas viéndose el final, y en la mañana de hoy se ha confirmado. Solo ‘Pepe’ tenía el poder de aceptar o no ese convenio y decidió no hacerlo, por lo que los administradores se ven obligados a disolver la entidad y dar paso a la subasta de la misma, que irá dividida en diferentes bloques. Tras noventa años de historia, el club no resistió dos años en Segunda División B por las maltrechas arcas y no puede mirar al futuro.

Son seis los meses que se han dejado a deber a la plantilla, además de veintitrés millones de deuda a diferentes acreedores. Nadie ha podido con este tremendo bache, superado el pasado mes de septiembre con una aportación de la familia Hidalgo. Solo alargó unos meses la vida de un club que ha estado doce temporadas en Primera División y más de treinta en Segunda, categoría habitual.

La falta de ingresos en Segunda B fue irremediable

La mala gestión prolongada durante años, los continuos impagos acumulados, y la necesidad de unos ingresos que no llegaron son los causantes. Durante la etapa en Segunda División el club subsistía, pero el descenso a la categoría de bronce era la pena de muerte. Un año aguantó el Salamanca, pero no más. El ascenso en la temporada 2011/12 no llegó y en la siguiente compitieron con tremendos problemas económicos.

Dos ampliaciones de capital estaban previstas pero no pueden llevarse a cabo

Al final de esta campaña se preveían dos ampliaciones de capital ya fijadas para las próximas semanas, pero para ellas era necesaria que se aprobara el convenio. La familia Hidalgo, empeñada en que no había viabilidad, desde el primer momento dijo que solo pensaban en una mal llamada refundación, comprando en la subasta los derechos federativos y empezando una nueva entidad de cero, con plaza en Segunda División.

La afición terminó dividida por la situación. Había quien se posicionaba a favor de esta disolución y nueva creación, y quien solo pensaba en un club, en el de siempre, por sentimiento y porque la historia no la podían comprar. Con ello, hoy en día parece que ninguna de las dos se hará realidad, puesto que Juan José ha asegurado que tampoco pagará lo que le piden por los derechos.

Por todo lo anterior, la Unión Deportiva Salamanca dice adiós para siempre al mundo del fútbol. Dice adiós a una afición fiel que lo ha dado todo hasta el último minuto sin éxito. El Helmántico cierra sus puertas al conjunto blanquinegro que durante tantos años jugó allí con orgullo para dar paso, quizás, a un nuevo equipo que se podría formar al comprar estos derechos. Se apagó la llama. Hasta siempre Unión.