La Saeta Rubia ha fallecido esta tarde en el hospital madrileño Gregorio Marañón. Una triste noticia que ha recorrido el mundo del fútbol en apenas unos minutos. Muere el hombre, pero nace la leyenda. Una leyenda que no ha aparecido de repente ni por casualidad. Una leyenda que comenzó a forjarse en Argentina, que se consolidó en España y que a día de hoy es considerada una de las piezas más importantes del fútbol del siglo XX. El club blanco debe gran parte de su grandeza a La Saeta. Prueba de ello son la gran cantidad de premios y distinciones que ha acumulado a lo largo de su vida, así como trofeos con el equipo de su vida.

Desde el comienzo de su carrera como delantero demostró ser un goleador nato. Ya en el año 1947 consiguió su primer premio: máximo goleador de la Primera División Argentina con su primer equipo, el River Plate. Ese mismo año fue premiado con el trofeo al máximo goleador del fútbol Sudamericano, premio que volvió a conseguir en 1951, tras convertirse en el máximo goleador de la Liga Colombiana con el Millonarios.

Tras los trofeos logrados en el continente americano, Alfredo Di Stefano llegó al fútbol español. Fue en el año 1953, cuando, tras una polémica disputa con el FC Barcelona por hacerse con sus servicios como jugador, fichó por el Real Madrid, donde demostró su valía con goles durante los once años que militó en el conjunto madrileño. Así, se alzó con el Trofeo Pichichi, que premia al máximo goleador de la Liga Española en los años 1954, 1956, 1957, 1958 (año en el que además fue máximo goleador en la Liga de Campeones) y 1959. Cinco "pichichis" en seis años, una cifra histórica al alcance de muy pocos futbolistas.

Pero sus méritos no fueron únicamente reconocidos a nivel nacional. En 1956 recibió el Balón de Plata al segundo mejor jugador del fútbol Europeo. El espíritu ganador y el carácter de Don Alfredo hizo que no se conformara con este reconocimiento y consiguió hacerse con el Balón de Oro, que premia al mejor jugador de Europa, al año siguiente (el 17 de Diciembre de 1956). Y lo volvería a lograr dos años después, en la temporada 1958/59, convirtiéndose en el uno de los pocos futbolistas que han logrado más de uno en toda su carrera.

En 1966 obtuvo la Medalla de oro al mérito deportivo y en 1980 el Premio Konex, un diploma al mérito nacional organizado por la Fundación Konex de Argentina, con la intención de que grandes personalidades de todas las ramas del país sirvieran de ejemplo para la juventud. Sin duda, Don Alfredo es un ejemplo para cualquier persona tanto en el deporte como en la vida, un luchador como pocos.

Alfredo Di Stefano fue nombrado "Mejor futbolista de todos los tiempos" al ser premiado con el "Super Balón de Oro"

Pero, sin ninguna duda, el premio más importante que obtuvo Di Stefano fue el que recibió de la revista francesa France Football en el año 1989. Alfredo Di Stefano fue nombrado "Mejor futbolista de todos los tiempos" al ser premiado con el "Super Balón de Oro", dejando sin dicho reconocimiento a futbolistas de la talla de Platini o Johan Cruyff. Quizá fue en este momento cuando el mundo se dio cuenta de que lo que se había vivido en España y, particularmente, en el Real Madrid con este futbolista era algo histórico. El mejor futbolista de todos los tiempos había jugado en el Real, y había dejado en sus vitrinas ocho Ligas, una Copa del Generalísimo, una Copa Intercontinental y cinco Copas de Europa, además de otros títulos de menor importancia.

Desde entonces ha seguido recibiendo premios, aunque de menor relevancia, como el Trofeo del Mejor Futbolista de los 35 años de la revista española "Don Balón" en 1990, la Medalla al Mérito de la FIFA, el Premio Marca Leyenda o su entrada en el Salón de la Fama de la FIFA. Además, Pelé decidió incluirle en su lista "Fifa 100" como uno de los mejores futbolistas del mundo.

No cabe ninguna duda de que un jugador como fue Di Stefano mereció todos estos premios e incluso más. Hoy el mundo entero llora la pérdida de uno de los futbolistas más grandes que han existido, y seguramente el mejor que ha pasado por el Real Madrid, equipo que debe su grandeza a Don Alfredo. Muere el hombre, pero nace la leyenda.

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Alberto Valero
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