Si bien es cierto que solo estamos en la segunda jornada, pero un derbi siempre genera una expectación máxima, es por eso que el encuentro ha sido nombrado el partido de la jornada. El Nàstic dejó muchas dudas en su estreno liguero ante el Almería. Mereció llevarse al menos un empate, pero igualmente se mostró muy desordenado y con muchos ajustes para mejorar. El Reus, por su parte, sacó un punto del Anxo Carro en un partido muy igualado y en el que ambos equipos se pudieron llevarse el gato al agua.

Lluís Carreras alineó el once que se esperaba, con la introducción de Omar en el extremo derecho, sustituyendo a Muñiz. López Garai ha apostado por un cambio más significativo, con tres cambios en el once: Máyor, Borja Fernández y Ortiz.

Primera parte para el Reus

Los primeros minutos del partido fueron parejos, con un nivel de intensidad elevado, tanteando al rival. En el esquema tarraconense vimos una novedad interesante en el centro del campo. Tejera ocupó la mediapunta, situándose claramente por delante de Molina y Mesa, que resguardaban el equipo.

Después de veinte minutos con llegadas sin peligro de los locales, en el minuto 22 llegaría el primero de la noche. Ledes picó un libre directo desde muy lejos, que, acompañado de la posición adelantada de Dimitrivski, se coló por la escuadra. Golazo, sí, pero evitable.

En el siguiente minuto llegó el turno del Nàstic, que no había intimidado hasta el momento la portería de Badia. Omar colgó el balón para Barreiro, que remató acrobáticamente desviado. Las sensaciones eran muy malas para los visitantes, sin ideas en ataque y muy flojos en el centro del campo, en contraposición del Reus, que llegaba antes a todos los rechaces y balones divididos.

El primer disparo a puerta del Nàstic llegó al filo del descanso, en una internada de Delgado por el flanco izquierdo. Sin embargo, el golpeo fue muy lejano y no ocasionó ningún tipo de problema a Badia. Con esta "oportunidad" se llegó al término de la primera contienda, con la sensación de que el Reus, sin crear demasiadas oportunidades, era muy superior al Nàstic en todos los aspectos.

Otra historia

La segunda mitad empezó con otro color. Ante un Reus más defensivo, el Nàstic tomó el control de la pelota, y llegaron las primeras aproximaciones peligrosas. Sin embargo, la primera clara volvió a ser para el Reus, en un disparo de Vaz que rebotó en Javi Jiménez y se marchó lejos. Stephane Emaná fue el primer cambio grana, sustituyendo a Barreiro.

De la misma manera que el Reus "abrió la lata", empató el Nàstic. En una falta lateral sin aparente peligro, el despeje de la defensa quedó en los pies de Maikel Mesa, que voleó de primeras y dejó sin opción a Badia.

El partido se abrió y ambos equipos puedieron avanzarse. Primero fue el Reus, a través de Cámara, que se quedó solo ante Dimitrivski, pero no supo definir. Immediatamente después la tuvo Emaná, que cabeceó un córner dentro del área pequeña sin oposición, pero no acertó y envió el balón alto.

Supervivencia final

En los últimos minutos el Reus tuvo las dos ocasiones más claras del partido. Primero, en una falta indirecta dentro del área por juego peligroso. Édgar golpeó a bocajarro pero la barrera bloqueó el disparo. Acto seguido, en Ricardo Vaz ha sido derribado por Perone y el árbitro no ha dudado en pitar penalti. Querol fue el elegido para ejecutar la pena máxima. El exjugador del Nàstic ha disparado flojo y demasiado centrado, y Dimitrievski blocó el balón, salvando esta vez al Nàstic. 

Después de estas dos oportunidades locales, solo hubo tiempo para un arreón final del Reus, que el Nàstic supo contener

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Sobre el autor
Alex Saltó
Estudiando Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona