El Levante UD se presentaba de nuevo ante su público tras cuajar una mala actuación en Santo Domingo donde el pasado fin de semana los granotas se dejaron los tres puntos por cuarta vez esta temporada. Como principal objetivo, recuperar sensaciones, puesto que sus inmediatos perseguidores tampoco ganaron, con lo que el Levante mantenía su particular renta de siete puntos sobre el Girona antes de comenzar el encuentro.

Aburrido primer tiempo

El partido comenzó sin un claro dominador sobre el verde. El viento fue un factor determinante desde el comienzo del choque, y el motivo por el que cualquier balón al aire se convirtiera en casi ingobernable. Con esta situación, los granotas salieron con cierta timidez, acomplejados -quizás- tras la derrota de la semana anterior. Los catalanes tuvieron la posesión durante los primeros compases, aunque el primer aviso serio fue obra de Jason, quien aprovechó una falta escorada en la banda izquierda –donde se situaba de forma excepcional por la ausencia de Morales- para lanzar a puerta. Reina solventó sin problemas.

Poco a poco llegaron más ocasiones. La pelota siguió siendo del Nàstic aunque el Levante comenzó a aproximarse con más peligro, sobre todo por la banda izquierda donde el lateral Toño se volcó con seguridad al ataque produciendo cierta inquietud con sus balones colgados al área visitante.

Fueron pasando los minutos y el Levante no terminaba de despegar. La defensa tarraconense estaba atenta para zanjar cualquier tipo de ocasión que los chicos de Muñiz trataban de materializar. Así culminaron los primeros cuarenta y cinco minutos. Con un Levante UD dormido, en el que parecía que sus piezas no terminaban de encajar a la perfección. Algo no funcionaba.

El centro del campo estuvo irreconocible. Natxo Insa apenas se vio y la pelota fue más dominio de los centrales quienes lo intentaban con balones largos, jugando con el viento a favor. No consiguieron inquietar al colista, que se aferraba a sus opciones: tratar alguna contra rápida, o a través de la posesión, hacerle llegar la pelota a Emaná para que su referencia ofensiva dispusiera de la ocasión. Descanso con empate a cero. El Ciutat, que tuvo una buena entrada, no disfrutó de una primera parte muy entretenida.

Atractiva segunda parte

El inicio de la segunda mitad fue la continuación de la primera. El Nàstic, en el mismo guion comenzó dominando. Pronto llegó la primera ocasión, que estuvo en las botas de Emaná, aunque Raúl atajó el centrado chut del delantero. El luminoso continuaba a la suya, consumiendo los minutos y la impaciencia comenzaba a hacer acto de presencia entre los espectadores del Ciutat.

Y cuando menos se esperaba, una buena acción de Toño acabó en el fondo de la red defendida por Reina. Fue a raíz de una internada por el carril izquierdo. El lateral cedió a Jason, que devolvió en forma de pared para que Toño solo tuviera que adentrarse al área y ponerla en el pie de Roger. El resto, respondió a la normalidad. El delantero solo necesitó un toque para convertir su decimocuarto gol en liga.

Cuando aún no se había recompuesto el equipo tarraconense y la gente ya respiraba más aliviada, llegó el segundo. Buen pase entre líneas de Natxo Insa, dirigido a Roger. No controló bien el ariete, pero Morales solventó sin problemas. El extremo, más listo que ninguno, se la quedó para cruzarla y que Reina no pudiera hacer nada. El Ciutat –expectante- aplaudió el primer gol de Morales en lo que va de temporada.

Apenas cuatro minutos más tarde del segundo, Delgado recortó distancias tras un balón al área granota que la defensa no logró achicar correctamente. Muchos pidieron fuera de juego, aunque el colegiado Valdés Aller lo tuvo claro y concedió el gol de forma inmediata.

Quedaba tiempo, pero lejos de sufrir, el Levante marchó a por el tercero. Así fueron los últimos quince minutos de partido, aunque Muñiz, por precaución, terminó con tres centrales al darle entrada a Chema ya en el tiempo añadido. El Nàstic no se dio por derrotado, y Delgado, que ya conocía al gol, probó fortuna desde fuera del área en la última acción del encuentro, aunque su chut salió desviado.

Con esta victoria, el Levante UD suma su décimo triunfo en casa, donde hasta la fecha, no ha perdido y recupera la sensación de andar por el camino tras su tropezón en Santo Domingo. Su modesta primera parte quedó como una anécdota cuando en la segunda, los pupilos de Muñiz salieron a comerse al Nàstic. Con el segundo gol, los azulgranas se relajaron aunque por suerte para sus intereses, el equipo visitantes solo recortó distancias y no logró igualar el marcador.

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