Existe un maravilloso poema del recordado maestro Eduardo Galeano (Los nadies-1940) dedicado a los ‘Nadie’, a los que defendió durante toda su vida. Don Eduardo fue muy futbolero, especialmente defensor de la pureza del juego. Del potrero, la tierra de los 'Nadie' en la que aun podían sentirse dueños del juego, muy por encima del dinero. Desafortunadamente ese fútbol se va perdiendo en un triste viaje del placer al deber y de ahí al negocio. De hecho, de aquellos ‘Nadie’ cada vez existen más casos que a edad muy temprana se creen 'Alguien'. Una vez expuesta la cita del maestro Galeano y para entrar de lleno en la ‘problemática’ de la dirección deportiva y ejecutiva del Barça de poseer 222 millones para comprar y que el mercado sea consciente de ello, muy didáctico resulta recurrir al mejor poeta del fútbol.

Ninguém

Exégeta del dios redondo, Galeano hablaba de los ‘carasucias’, los hombres sin rostro, los que no existen para nadie y mucho menos para Google. Y el problema es que 222 millones no sirven para ficharlos por la sencilla razón de que en el fútbol los ‘Nadie’ son una especie en extinción que apenas se encuentra en el mercado, pues la camiseta ya solo es segunda piel para los aficionados. Existe una bonita historia que también recordó el maestro sobre uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos. Nacido, destinado a lustrar zapatos, vender maníes o robar a los distraídos, había un africano de Mozambique al que de pequeño apodaban Ninguém (nadie, ninguno). Años después ese niño que derivó en pantera con un balón se convirtió en Eusebio. No hay más ciego que el que no quiere ver y el fútbol más puro es aquel que los ciegos quieren que les cuenten.

Dembelé ya es 'alguien' con solo 20 años

Foto: http://futbolistos.es
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A los 'futbolistas Alguien', como decía Josep Lluis Núñez los ficha la portera de su edificio, pero a los ‘Nadie’ hay que descubrirlos en el barrio de los sin rostro y educarlos para que amen al juego que los ciegos quieren ver. Dembelé era sin duda ‘Nadie’ cuando empezó  en el ALM Évreux, club del barrio de la Madeleine, una de las tres zonas urbanas deprimidas de la ciudad ébroïcience. El Stade Rennes lo descubrió como uno de los hombres sin rostro, lo educó en el goce de jugar hasta que se creyó alguien y se declaró en rebeldía para fichar por 15 millones por el conjunto alemán del Dortmund. Hoy tan solo un año después vuelve a declararse en rebeldía y el conjunto alemán lo tasa con una revalorización de mercado del 100% (150 millones). Y solo tiene 20 años…

Con 222 millones no se puede fichar a ‘Nadie’

El fútbol es una auténtica locura, siempre lo fue, pero pasó de ser lo que se jugaba en la calle a lo que se juega en los despachos. ‘Nadie’ era Puyol, era Iniesta, era Xavi, era Valdés, era Messi, era Piqué y, la triste realidad con la que se va a topar el Barcelona es que con 222 millones no se puede fichar a ‘Nadie’. De hecho cuando dilapidaron parte de su esencia fichando a Neymar, haciendo un claro ejercicio de lo que hoy critican y que habían hecho con anterioridad (pregunten en Coruña por Rivaldo), estaban ya firmando a ‘alguien’ al que el goce del juego le dejó de seducir desde el momento en el que el balón se convirtió en un cero más de su cuenta bancaria. Alguien que paradójicamente les ha hecho recordar que lo mejor es fichar a ‘Nadie’. Pero claro con las cuentas a rebosar y en escenarios en los que aparecen inesperados ‘invitados’ que hacen tambalearse las estructuras de poder de uno de los negocios más lucrativos del mundo, no hay tiempo material para formar, redescubrir, ni recuperar la verdadera esencia que les hizo grandes. 

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Sobre el autor
Mariano Jesús Camacho
Diez años escribiendo para medios digitales. Documentalista de la desaparecida web Fútbol Factory. Colaboré en la web deportiva italiana Sportvintage. Autor en El Enganche durante casi cuatro años y en el Blog Cartas Esféricas Vavel. Actualmente me puedes leer en el Blog Mariano Jesús Camacho, VAVEL y Olympo Deportivo. Escritor y autor de la novela gráfica ZORN. Escritor y autor del libro Sonetos del Fútbol, el libro Sonetos de Pasión y el libro Paseando por Gades. Simplemente un trovador, un contador de historias y recuerdos que permanecen vivos en el paradójico olvido de la memoria.