Era la hora de la verdad para el Barcelona, el momento más importante de la temporada hasta la fecha, por el estado anímico del equipo, porque se jugaba mucho más que el pase a semifinales de la máxima competición europea y porque se tambaleaba el triplete. Las nubes de la incertidumbre volvían a posarse sobre Can Barça, tras las derrotas en jornadas consecutivas, ante Real Madrid y Real Sociedad, y la poco convincente actuación en el partido de ida, con el Atleti en inferioridad numérica.

El Vicente Calderón rugía, clamaba un sueño común, el de un equipo sin miedo y una afición totalmente entregada, volcada por entero con los suyos. Se veía venir la gloria de las grandes tardes en el feudo colchonero, el pasito a pasito de Simeone, que sirvió tantas veces para pasar por encima de los gigantes, volvió a surtir efecto para apear al todopoderoso Barça de la Champions. Era el golpe más duro para un equipo que llevaba semanas entre tinieblas.

Mientras los atléticos no podían contar con el hombre estrella en el presente, Fernando Torres, sancionado por la tempranera expulsión en el encuentro de ida, el cuadro barcelonista disponía de sus mejores armas para el choque, y Suárez, que había descansado ante la Real, volvía a formar junto a Neymar y Messi, a quienes de nuevo se vio faltos de fuelle. Griezmann adelantó al Atleti en el primer período, con un remate de cabeza a un centro de Saúl, y puso la estocada definitiva en la segunda mitad, al convertir un penalti por manos de Iniesta dentro del área.

Piqué cumplió 350 partidos con la camiseta del FC Barcelona | Foto: Rodri J. Torrellas - VAVEL
Piqué cumplió 350 partidos con la camiseta del FC Barcelona | Foto: Rodri J. Torrellas - VAVEL

Griezmann, todoterreno

Pese a la actitud agresiva que mostraron los catalanes inicialmente, el partido se fue tiñendo de rojiblanco, conforme avanzaba el reloj, y Gabi dispuso de la primera ocasión, con un chut que marchó fuera. Después lo intentó Carrasco, el sustituto del sancionado Torres, con un disparo que bloqueó Ter Stegen. El cancerbero alemán, atento, tuvo que intervenir de nuevo para frenar un remate de cabeza de Griezmann.

Iniesta fue el mejor de los barcelonistas

Con Neymar impreciso, y Messi sin chispa, Iniesta fue quien dio vida a los azulgranas en ataque. El tridente se olvidó de acudir a una cita crucial para el Barça que, a pesar de ganar la posesión del esférico,  no fue capaz de mostrar los dientes a su rival. Messi ejecutó una falta cometida sobre Iniesta, pero envió el cuero por encima del travesaño.

Y  sucedió lo que todos temían que pasase si los de Lucho no apretaban pronto arriba:  llegó el gol de los colchoneros, tras un centro de Saúl desde la banda que remató Griezmann de cabeza con mucha potencia. El Atleti inclinaba la balanza a su favor, pero quedaba mucho partido por delante. El Barça debía recomponerse, para poder enfrentarse a sus peores enemigos: su miedo y su falta de confianza.

El Barça reacciona

Antes de que el árbitro indicase el camino hacia el túnel de vestidores, con la ventaja por la mínima de los rojiblancos en el luminoso, Neymar remató a las manos de Oblak, y Ter Stegen atrapó en dos tiempos, tras una acción en la que Carrasco se fue a la contra y disparó a puerta.

Tras el descanso, ambos equipos saltaron al terreno de juego sin novedad en sus filas. Todo seguía igual: al Barça le seguía faltando ambición y confianza, mientras el Atleti insistía con un cabezazo de Saúl que pegó en el palo. Poco a poco los culés fueron despertando, aún sin acierto y sin excesiva convicción, pero conscientes al fin de lo que tenían en juego, de que se les iba de las manos la Champions, y el triplete.

El Calderón pitó a Arda Turan, cuando sustituía a Rakitic

Las oportunidades se fueron alternando. Primero Jordi Alba colgó un buen centro al área, que sacó Gabi y después Griezmann, con una pelota que acabó en las manos de Ter Stegen. Iniesta, el alma de los culés, que se desgañitó para tirar de los suyos, también buscó portería, encontrándose con Oblak. Llegaron los cambios, entraron Sergi Roberto y Ardan Turan, pitado éste último por la que no hace mucho fue su hinchada, en lugar de Alves y un Rakitic apenas reconocible.

Los hombres de Luis Enrique buscaban, ya sí, un empate que se resistía. Suárez protegió la bola hasta ganar en el cuerpo a cuerpo con Godín, la colocó y remató, pero detuvo Oblak. El uruguayo protagonizó la siguiente acción de peligro, al cabecear un centro de Arda Turan, que atrapó el guardameta colchonero en dos tiempos. El Atlético se vio encerrado en su campo, ante un Barça insistente, pero no bajó la guardia.

Adiós a la Champions

Tras un intento de Messi, fue Piqué el que estuvo cerca de igualar, en una jugada de estrategia. Después Suárez, de nuevo, el mejor del tridente sin lugar a dudas, probó suerte desde el interior del área. Pero unas manos de Iniesta dentro del área, al intentar el manchego abortar una contra peligrosísima de los madrileños, supuso el segundo del Atleti, desde los once metros, también con la firma de Griezmann.

Hubo polémica antes del pitido final, por unas manos de Gabi dentro del área, que el colegiado no señaló, y que hubiese supuesto la expulsión del rojiblanco, además de penalti a favor de los azulgranas. El mediador italiano resolvió que se trataba de una falta al borde de área: Messi picó el balón, que salió rozando el poste. Corrían los minutos, y al vigente campeón de Champions se le iba la eliminatoria de las manos, se le escapaban sus opciones en la máxima competición europea, su sueño de obtener el segundo triplete consecutivo.

Vuelve el desencanto a la ciudad Condal, los ruidos de sirena, las lamentaciones, por un equipo en horas bajas, pero el Valencia acecha, toca pasar página, cambiar el chip por completo, y defender el liderato que los azulgranas mantienen en la Liga. El respetuoso del Camp Nou debe clamar a los suyos, porque ellos solos ahora mismo no se bastan. No todo está perdido.

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Sobre el autor
Noelia Déniz
Siempre un placer hablar de deportes, y particularmente de fútbol formativo y la cantera del FCBarcelona