El juego óptimo y la temporada gravitante de la Sociedad Deportiva Eibar, se marca por una regularidad exponencial de cada una de sus líneas. En pos de perseguir un objetivo común al colectivo los defensores, volantes y delanteros contribuyeron para ganar partidos anotando en el arco rival. En relación a este aspecto, los delanteros contribuyeron con un 38% de los goles, los volantes y mediapuntas el 53%, siendo la última línea la de menor producción (9%). Si bien el aporte es sustancial de parte de los centrocampistas, el futbolista que más conoció la portería contraria fue Sergi Enrich con once dianas (diez en Liga y una en Copa). Por detrás del ex Deportivo Numancia se encuentra Pedro León cuyo bagaje es de nueve conquistas (ocho en Liga). La lista prosigue: Adrián González (8), Kike García (6), Bebé (4), Iván Ramis (3), Nano (2), Fran Rico (2), Gonzalo Escalante (2), Rubén Peña (2), Florian Lejeune (1), Antonio Luna (1) y Dani García (1).

José Luis Mendilibar confió en distintos sistemas y varió a la hora de configurar el equipo titular. Respondiendo a que el fútbol es un deporte en donde el estado de ánimo juega un rol preponderante, el oriundo de Zaldívar se ajustó a esta contingencia. En la portería Asier Riesgo, Yoel Rodríguez y Markel Areitio se distribuyeron la plaza. Por los laterales: Ander Capa y Anaitz Arbilla en el lateral derecho, Antonio Luna, David Juncà y Arbilla en la izquierda. La retaguardia desde la central fue completada por: Florian Lejeune como inamovible. Al francés alternaron: Alejandro Gálvez, Iván Ramis y Mauro Dos Santos. El doble pivote encontraba como más frecuentes a Dani García y Gonzalo Escalante, siendo relevos Fran Rico, Christian Rivera e Imanol Sarriegi. En las mediapuntas: Pedro León, Adrián y Takashi Inui los más utilizados. Sus alternativas fueron Josue Dorrio, Kike García, Bebé y Rubén Peña. Finalmente en el ariete Sergi Enrich la fija y Nano con protagonismo escaso.

Desempeño colectivo

Los números y rendimientos reflejan que, los volantes han sido hasta el momento la zona del campo que más aportó. Además de los 29 goles, 13 asistencia y el motor de todo. Segunda línea de presión para adelantar el equipo, primer pase y apertura de bandas, transiciones rápidas y juego fluido han sido algunos de sus factores más notorios. Asimismo, la delantera fue importante en la definición y asociación para la llegada de los volantes. Por último la defensa con sus virtudes y defectos, el sustento de la solidez.

Enrich, el as de espadas. Foto: Photo Silver-VAVEL-.
Enrich, el as de espadas. Foto: Photo Silver-VAVEL-.

Luego de estas inferencias, el engranaje de la maquinaria armera responde a un holismo en que cada parte resulta igual de importante que su antecedente y consecuente. Entonces el todo hace al colectivo y lo particular desde su aporte también. Esta conjugación entre el global e individual, marca por qué Eibar está realizando una temporada de esta índole. Un equipo mancomunado, con resquicios ínfimos entres sí, aunado en la recuperación, solidario para atacar, ambicioso para gestionar sus embestidas. En efecto, la fiel representación de un método organicista que cuando no funciona un encastre se produce un desbarajuste y es este objetivo el que se propone el Eibar, el de funcionar como conjunto. 

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Sobre el autor
Oscar Stefano De Antoni
Del profesorado de Historia y la Licenciatura en Periodismo.