El Eibar sigue dando golpes de autoridad desde el césped. Con motivo de la jornada 24 de Liga, los azulgranas consiguieron los tres puntos en el Estadio municipal de Ipurua. Esta vez la víctima fue el Málaga Club de Fútbol y por tres goles a cero. En un partido que aparentaba a tintes correosos, el dueño de casa aprovechó al máximo sus oportunidades y las plasmó en una ráfaga. En ellas los protagonistas fueron Adrián González (43', 50') el último de ellos desde los 12 pasos y Sergi Enrich (52'), quien en el partido número 100 de Eibar en Primera División se transformó en el máximo anotador armero en tal categoría con 19 dianas en su haber. 

Mendilibar y Romero, con sustituciones

Los dos entrenadores, respecto a sus últimos compromisos apelaron a las variantes. Por un lado el míster de los guipuzcoanos apostó a tres cambios: retornaron al once Iván Ramis, Dani García y Takashi Inui que reemplazaron a Mauro Dos Santos, Fran Rico y Rubén Peña. El equipo titular respetó el sistema de los últimos compromisos (4-2-3-1). En consecuencia, Yoel Rodríguez se mantuvo en portería. Desde la línea defensiva los laterales fueron Ander Capa (derecha) y Anaitz Arbilla (izquierda). La retaguardia la completaron Iván Ramis (centro-derecha) y Florian Lejeune (centro-izquierda).  En la zona de máquinas frecuentó el doble pivote más redituable de la temporada: Gonzalo Escalante y Dani García. Por delante de estos centrocampistas, el tridente de mediapuntas tuvo a Pedro León (derecha), Adrián (centro) e Inui (izquierda) como antecedentes de Sergi Enrich, la referencia de área.  

Por otro lado el entrenador blanquiazul emuló a Mandilibar, manteniéndose el libreto precedente aunque con cinco cambios (4-2-3-1): Diego Llorente, Miguel Torres, Duda, Jony y Michel Santos sustituyeron a Martín Demichelis, José Rodríguez, Ignacio Camacho, Gonzalo Castro y Charles Dias. Entonces el dueño del pórtico fue Carlos Kameni. En los costados de la última línea estuvieron Roberto Rosales (derecha) y Juan Carlos (izquierda), mientras que Luis Hernández (centro-derecha) y Miguel Torres (centro-izquierda) ocuparon la zaga. Por delante el doble pivote estuvo integrado por Diego Llorente y Duda, siendo los mediapuntas Keko Gontán (derecha), Pablo Fornals (medio) y Jony (izquierda), encargados de abastecer a Michel Santos el delantero centro. 

El muro de la visita 

En la primera parte se observaba cómo el Eibar apuntaba a hacerse con el dominio del balón con un fútbol ordenado desde atrás, pero que se atascaba debido a la superpoblación que implantaba el Málaga. Los blanquiazules afirmados en el tercio superior del ataque eibarrés, replegaban prácticamente con todos sus jugadores de campo, agazapados y esperando por un ataque directo para dañar a la última línea azulgrana. Por eso los de José Luis Mendilibar tuvieron que cambiar su formato de juego. Renunciaron a la salida de balón limpio con Dani García. Cada vez que el capitán recibía el balón, obligatoriamente el embudo rival le llevaba a reiniciar con los centrales o lo laterales.

Capa se sumó insistentemente a la presión. Foto: Ángel Ezkurra-VAVEL-.
Capa se sumó insistentemente a la presión. Foto: Ángel Ezkurra-VAVEL-.

A lo que no renunciaron los azulgranas fue a abrir la defensa rival por los costados y apoyarse en sociedades por los extremos, mediante asociaciones entre Adrián, Inui y Arbilla por izquierda, como así también Capa, Pedro León y Enrich en el otro costado. También persistió un equipo corto entre líneas, asimismo longitudinalmente que ahogaba en la salida al Málaga. Fue en una de esos pases interiores a la zona de las máquinas malagueñas, Ander Capa se transformó en extremo para presionar en conjunción de Pedro León, ambos se compaginaron y el pase filtrado llegó a merced de Enrich que lanzó una diagonal hacia afuera y asistió a Adrián en el uno a cero. Quedó evidenciado por aquél minuto 43 el sistema de 4-2-4, con Adrián y Enrich de doble ariete, Inui en la izquierda y Capa en la derecha.

La importancia de los laterales

Durante todo el encuentro, el Eibar ante equipos tan cerrados como el Málaga abrió el terreno con las incursiones de Capa y Arbilla. Ambos con similar importancia. El de Portugalete quizás más dúctil para pasar y Anaitz un tanto más contenido, pero prudente para superar el mediocampo asistiendo a Enrich en el tres a cero. Incluso le otorgó una variante a Gonzalo Escalante: cuando el balón salía jugado por la derecha, se cerraba diagramando un doble pivote al lado de Dani García y el argentino se adelantaba unos metros para elevar la presión. Igual de fundamental fue la tarea de la doble centrodelantera, mancomunados en el retroceso, pivoteando, entrando y saliendo para mantener en alerta a la última línea blanquiazul. Adrián circunstancialmente hacía las veces de enlace clásico para tocar y llegar sin balón al espacio. Enrich por su parte marcaba la línea de pase, pendiente del último defensa rival. 

Variantes tácticas

Con la salida de Sergi Enrich, el Eibar dibujó un 4-1-4-1. En él, Dani García se colocó como único pivote, sustentado por cuatro mediapuntas: Pedro León e Inui en los costados, más centrados Escalante y Christian Rivera, lo que vendría a ser un 4-3-3 reforzado con dos externos que acompañaron el repliegue defensivo. Quien también utilizó un cambio de libreto fue el Málaga. Del 4-2-3-1 pasó a un 4-4-1 ó 4-4-2 con dos hombres de referencia: Charles Dias y Michel Santos ó 3-2-3-1/3-4-2 con la expulsión de Rosales. En él Fornals-Llorente configuraron el eje, Jony-Ontiveros-Michel Santos por detrás de Charles. Otra de las innovaciones del Eibar fue la introducción de Bebé como mediapunta derecho, una posición que habitualmente no ocupa.

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Sobre el autor
Oscar Stefano De Antoni
Del profesorado de Historia y la Licenciatura en Periodismo.