Antoine Griezmann y San Mamés. San Mamés y Antoine Griezmann. Una historia de amor-odio que lleva forjándose unos cuantos años.

Cuando el galo era jugador de la Real ya cuajó algunas buenas actuaciones en el campo del Athletic, pero sin duda su eclosión llegó como colchonero, donde jugó su primer gran partido con la elástica rojiblanca. Metió un triplete que le valió para consagrarse como atlético y para crecer sin freno alguno. Tanto ha crecido que hoy en día puede decir orgulloso que solo está por detrás de Messi y Cristiano, con todo el respeto a Luis Suarez y Neymar. Siguió haciendo muy buenos partidos en este campo, con goles y asistencias que sirvieron para ganar puntos en este campo difícil. Y el de ayer no iba a ser menos, incluso con un árbitro que parecía no estar muy por la labor de permitir otra gran noche de Griezmann.

Se olía que el partido iba ser como siempre han sido en el nuevo San Mamés, muy intensos y con la afición local encima. Con una primera parte muy pareja, Griezmann ya dejó detalles de que hoy estaba para ayudar a su equipo y para volver a ser ese jugador decisivo que tanto se echó en falta los primeros partidos del curso. Con un lanzamiento de falta repelido por la barrera y con alguna que otra cabalgada al área rival, hizo que los bilbaínos estuvieran alerta. Además, su nuevo socio en la delantera, Ángel Correa, permite al francés liberarse más por banda para combinar con el argentino. Y su segunda gran ocasión no terminaría en llegar. Balón filtrado por Koke al centro del área, donde esperaba un Griezmann que remataría con todo a favor. No hubo suerte y Kepa realizó una gran parada para despejar el peligro del área local.

Con esto llegamos a la segunda parte, donde lo más destacado fue un palo de Gaitán, tras un error de los defensas locales y un penalti (bastante dudoso) que acabó atajando Jan Oblak. En el segundo acto del partido apareció el mejor Antoine y, por lo tanto, el mejor Atleti. Arrancando desde la banda y apareciendo por el centro como segunda punta. Así llegaría el primer gol visitante. Koke para Correa, Correa para Griezmann y este se saca un pasé de la chistera que dejaría a Koke solo, el que cedería el balón a Correa para que marcara a placer.

Desde que fichó por los de Simeone, Griezmann ha anotado cinco goles y ha regalado dos asistencias en el Nuevo San Mamés.

Minutos más tarde, un saque de banda atlético acabaría en los pies de Griezmann. El francés volvería a sacarse un increíble pase de la manga, de auténtico genio, cuyo destinatario iba a ser esta vez el belga Carrasco, el que tras un gran control conseguiría mandar el balón al fondo de la red.

Exhibición como asistente, pero también como goleador, ya que conseguiría anotar por partida doble. Pero estos goles no subieron al marcador. El primero por una presunta falta de Godín en el salto que le permitía conectar un cabezazo dirigido al galo. El segundo, por un fuera de juego inexistente.

Otro partidazo más en San Mamés, su campo predilecto, lo que encima dará a Griezmann mucha moral para afrontar los duros partidos que se avecinan para los colchoneros: Sevilla, Chelsea y Barcelona.

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Sobre el autor
Javier Lumbreras Rey
Fútbol. Periodismo en la Universidad Complutense