El último partido celebrado en el Santiago Bernabéu, correspondiente a la quinta jornada de la competición liguera, ha dejado secuelas importantes en el Real Madrid. La inesperada derrota frente al Betis, por cero a uno, ha dejado detalles impropios de un Club de la categoría de uno de los equipos más importantes del mundo.

Último partido frente al Betis

Todos los medios deportivos comentaban el feo gesto de Zinedine Zidane, al término del encuentro, cuando no quiso saludar al técnico andaluz, Quique Setién. La derrota escoció mucho al francés y sólo quería retirarse rápidamente a los vestuarios.

La desventaja de siete puntos respecto a su eterno rival, el FC Barcelona, suponía mucha carga emocional y sembraba un montón de dudas sobre la actuación del equipo en el inicio de la competición.

Partido entre el Real Madrid y Betis, en el Bernabéu. Fuente: Daniel Nieto (VAVEL)
Partido entre el Real Madrid y Betis, en el Bernabéu. Fuente: Daniel Nieto (VAVEL)

Renacen las malas impresiones que los merengues mostraron en la pretemporada, donde cosecharon más derrotas que victorias y donde mostraron unas carencias que hacía tiempo que no se veían en el Real Madrid.

Después de la exhibición de Leo Messi en el partido que los culés jugaron la víspera de hacerlo el Real Madrid frente al Betis, empezó a poner nerviosos a los jugadores blancos. Salir al césped sabiendo que llevaban siete puntos de desventaja era una losa difícil de superar. Y, a medida que transcurría el encuentro, ni el técnico ni los jugadores veían una salida para recortar esa ventaja a base de goles.

Isco, junto a Durmisi, en un lance del Real Madrid - Betis. Fuente: Daniel nieto (VAVEL)
Isco, junto a Durmisi, en un lance del Real Madrid - Betis. Fuente: Daniel nieto (VAVEL)

Un detalle importante de las dudas que tenía el entrenador francés lo demuestra el hecho de que, al filo de la media hora de la segunda parte, realizó un triple cambio. Retiró a tres jugadores que han sido claves en las alineaciones del equipo en este inicio de Liga: Isco, Modric y Marcelo dieron paso a toda la artillería que le quedaba en el banquillo. Marco Asensio, el que le salvó los muebles frente al Valencia en la segunda jornada y ante su público del Bernabéu, al realizar el doblete que supuso el empate, Lucas Vázquez, el que le salvó los muebles frente al recién ascendido Levante, en la tercera jornada y ante su público del Bernabéu, al marcar el gol del empate y Borja Mayoral, el que empezó marcando en Anoeta en la que finalmente sería la segunda victoria del equipo blanco.

Jugador del Real Madrid, lamentando una fallida ocasión. Fuente: Daniel Nieto (VAVEL)
Jugador del Real Madrid, lamentando una fallida ocasión. Fuente: Daniel Nieto (VAVEL)

Pero esta vez, ninguno de los tres salvadores acertó encontrando la meta contraria y sí vieron desde el campo cómo el Betis le daba con la misma medicina que Sergio Ramos ha utilizado varias veces para solucionar los partidos. Un gol de Sanabria cuando el colegiado ya se disponía a pitar el final del encuentro, hizo que los aficionados que habían aguantado hasta ese instante en las gradas, saliesen con un enfado monumental.

Situación del equipo blanco

Es difícil encontrar un inicio de liga tan desastroso para el Real Madrid. Los aficionados, los técnicos y los jugadores acusaban en exceso la ausencia obligada de Cristiano Ronaldo. Todo el mundo achacaba los malos resultados a la falta del jugador luso en las filas del equipo merengue.

Cristiano Ronaldo no fue el revulsivo que esperaban los aficionados. Fuente: Daniel Nieto (VAVEL)
Cristiano Ronaldo no fue el revulsivo que esperaban los aficionados. Fuente: Daniel Nieto (VAVEL)

Pero su vuelta al césped no supuso el revulsivo que todos estaban esperando. El espejismo de sus dos goles frente al débil equipo del APOEL de Nicosia, en Liga de Campeones, no evidenciaba la recuperación del equipo y los aficionados eran conscientes de ello. Las gradas se desquiciaban viendo pasar las oportunidades perdidas y se lamentaba el técnico en las declaraciones postpartido.

Incluso hubo declaraciones de jugadores blancos que ponían en duda el planteamiento de Zinedine Zidane para afrontar el encuentro y lo desacertado de los cambios realizados. Declaraciones que la prensa merengue ha querido acallar, así como el feo gesto de desprecio hacia el técnico del equipo contrario, al retirarse a los vestuarios.

Cristiano Ronaldo, impotente en el césped del Bernabéu. Fuente: Daniel Nieto (VAVEL)
Cristiano Ronaldo, impotente en el césped del Bernabéu. Fuente: Daniel Nieto (VAVEL)

Después de cinco partidos jugados, sólo dos victorias aparecen en el casillero del Real Madrid. Esos seis puntos, junto a los miserables empates (sin menosprecio de los equipos rivales que los consiguieron) frente a Valencia y Levante, conforman los ocho puntos que ostentan en la clasificación. Un octavo puesto, fuera de puestos europeos, que nadie soñaba al inicio de la competición.

Y van a Mendizorroza sabiendo que ya no pueden volver a fallar. Un nuevo tropiezo del equipo blanco sembraría muchas dudas en el seno del club de Florentino y pondría en peligro el puesto del recién renovado técnico madridista.

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