Este partido era la última prueba para el equipo ruso antes de afrontar la Eurocopa de Francia. No había lugar para el error después de la derrota días atrás ante la República Checa. Las dudas inundaban al vestuario que domina Slutski. Se encontraban necesitados de una victoria, un impulso que les volviera a hacer creer en sus posibilidades. En el Stade Louis II de Mónaco tenía lugar hoy el enfrentamiento ante Serbia, que aunque fuera de la Eurocopa, iba a plantar cara debido a la alta rivalidad entre ambos equipos.

Hoy se planteaba un ensayo de verdad. El seleccionador ruso puso en el campo a un once que va camino de parecerse en un alto porcentaje al que veremos en la Eurocopa. De blanco, Slutski puso sobre el campo a su delantera más frecuente con Dzyuba, Kokorin y Shatov. También puso de inicio a Akinfeev, que no jugó el otro día e incluso la defensa es más parecida a la que se ha visto durante la fase de clasificación. Por parte de Serbia muchos jugadores conocidos como Rukavina e Ivanovic. Arrancaba el partido con un ritmo frenético donde las idas y venidas eran constantes, muy poca elaboración por parte de los dos equipos.

Rusia planteó un partido donde su centro del campo era inexistente

Los primeros 15 minutos fueron de un dominio total por parte del equipo serbio. El equipo ruso planteó un 4-3-3 al que le costó adaptarse en los primeros compases del partido. Eso lo aprovechó el equipo serbio que gozó de numerosos córners, donde intentaban generar peligro a través de su central, Ivanovic. El equipo ruso no lograba salir de su cueva, cuando tenía el balón solo era capaz de tocar en campo propio, cuando intentaba salir siempre acaba en el medio donde un jugador se veía solo y le robaban el balón. Durante estos primeros minutos, el equipo de Slutski no estaba sabiendo conectar con sus bandas, hoy más pobladas que nunca.

Tras esos 15 minutos de dominio serbio, la balanza se inclinó del otro lado. Poco a poco fue apareciendo la magia de Shatov y de Golovin, que fueron los que representaron el peligro ruso, junto con Dzyuba, el tanque ruso que se sitúa como delantero. En el minuto 17 Shatov rompió hacia dentro y realizo un pase por alto para Golovin, este vio solo a Dzyuba y le regaló el balón. El delantero con el dorsal 22 esperó demasiado el balón propiciando que un defensa serbio le robara el balón. Esa fue la primera ocasión de las muchas que se iban a suceder.

Slutski debe replantearse el esquema de su equipo y poblar más el centro del campo

El conjunto ruso cargaba su juego por las bandas, donde combinaban lateral, interior y extremo. Siempre por la banda, a la hora de romper por dentro o cambiaban a la otra, o se metía en un embudo del que intentaban salir con pases interiores que no llegaban a buen puerto. La posesión en estos momentos era totalmente del equipo ruso, que tiró su primer disparo a puerta en el minuto 29. Un centro de Golovin que había aparecido desde la derecha, era rematado por Dzyuba. Un cabezazo muy blandito que detuvo el guardameta sin ningún problema.

Los del Slutski ejecutaban las órdenes que desde el banquillo se les señalaba pero no había manera de perforar la meta de la selección serbia. Llegó el momento de relajación ruso al final de la primera parte y los serbios aprovecharon para salir de la cueva y gozar de nuevas ocasiones. En el minuto 36, tras un córner, Mitrovic remató absolutamente solo. Su cabezazo salió fuera por poco, en lo que fue la ocasión más clara del partido, el jugador serbio se echaba las manos a la cabeza. Hasta el final, un partido dividido donde los serbios gozaron de alguna ocasión más que no representó ningún peligro. El árbitro del partido añadió dos minutos y en el 47 pasados pitó el final. Ambos equipos enfilaron el túnel de vestuarios con un ánimo bajo tras haber tenido ocasiones y no haberlas materializado. Los de Slutski, tenían que demostrar más solidez a la vez que llegar con más claridad a la portería de Stojkovic.

Rusia ponía las ganas, Serbia la prudencia y a veces, el fútbol

En la segunda mitad, se notaría cual es el equipo que tiene que jugar en los próximos días la fase final de la Eurocopa. Se notaría por las ganas puestas en el campo, por la ansiedad al atacar, por la precipitación en los cambios. Rusia salió dominando el encuentro, introduciendo cambios poco a poco para refrescar el equipo y probar jugadores. Sin embargo el problema seguía siendo el mismo, la transición defensa-ataque solo se podía producir a través de las bandas. El centro del campo era inexistente. Slutski sabedor de ello, hizo que sus jugadores volcaran todo el juego a las bandas.

Pocas ocasiones y poco fútbol, además de una incertidumbre cada vez que perdía el balón, ya que solo se encontraba verdaderamente defendiendo Denisov y la línea de atrás. Aun así, las primeras ocasiones de peligro fueron para los rusos. En el minuto 57 Kokorin remata a portería un gran pase de Dzyuba, pero el portero logra atraparlo. Una de las salidas del juego ruso estaba siendo esa, balones a Dzyuba, que daba balones de cara y con una cierta ventaja. Por otra parte, Serbia aguantaba el tipo sin encajar un gol, guardándose los cambios para más tarde y sin modificar mucho su esquema.

Este fue el guión del encuentro hasta que pasado el minuto 70, Serbia tomará de nuevo la iniciativa poblando su centro del campo y empezando a tocar desde ahí, donde eran claramente superiores. Así obtuvieron varios córners y su mejor ocasión en el minuto 80, donde Kolarov y Mitrovic hilan una buena jugada que Akinfeev detiene en dos ocasiones, dos disparos donde tuvo que emplearse a fondo. De igual manera, el equipo serbio estaba dando la vuelta al partido y llegaba con mucha más facilidad que el equipo ruso.

Dzyuba salió al rescate del equipo ruso, aunque de poco sirvió

Sin embargo, cuando más mal pintaba las cosas para los de Slutski llegó el gol de Dzyuba. En el minuto 85, Kokorin aguanta en pie tras varias faltas de Kolarov, hace una pared con un compañero y le regala el gol al número 22, que perfora la red. 1-0 y la poca gente que estaba viendo el encuentro respiraba tranquila, igual que Slutski, que veía ya el empate. La respuesta del equipo serbio no tardó en llegar. En el 87, Mitrovic recibe un pase que le deja solo ante Akinfeev y esta vez no falla. Golazo del serbio que sirvió para hacer justicia en el marcador. 1-1 que sería el resultado definitivo que señalaría el luminoso.

Ruddy Buquet, árbitro del encuentro, añadió tres minutos en lo que no pasó nada. Empate justo entre dos equipos que ofrecieron poco fútbol, sobre todo Rusia. Slutski debe cambiar su esquema y poblar más el centro del campo. Empezar desde esta línea a elaborar el juego, al igual que le servirá para mantener una mayor solidez atrás. Sin embargo, para eso están los amistosos, para probar ideas. Rusia llega a la Eurocopa de Francia tras haber cosechado una derrota ante la República Checha y un empate hoy ante Serbia. Ánimo bajo para encarar la fase final donde su delantero, Dzyuba, ha dicho que deben mejorar y llegar lo más lejos posible.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Antonio Gutiérrez
Periodismo en @infoUMA Fanático del deporte. Aprendiendo de mis errores, Never give up