El encuentro comenzó con un mayor dominio del conjunto escocés que empezó manejando el esférico y presionando de gran manera a un conjunto dirigido por Pep Guardiola, muy desorientado por la gran superioridad física de los locales en los primeros compases del encuentro. De esta forma, el conjunto verdiblanco consiguió adelantarse en el marcador en los primeros minutos de juego, gracias a un tanto de Moussa Dembélé que remató un centro desde la derecha tras un libre indirecto, en posición dudosa. Tras unos instantes bajo un elevado ritmo de intensidad, el City comenzó a controlar el duelo, teniendo algo más de balón, y logró igualar la contienda gracias a Fernandinho, que se encontró con un balón rechazado, tras un disparo de Kolarov desde la frontal del área, para batir a Gordon con un disparo raso, y ajustado al palo.

Dominio verdiblanco por intensidad

Después de los primeros minutos de juego, el cuadro dirigido por Brendan Rodgers siguió siendo el dueño del encuentro gracias a su presión sin balón que no estaba permitiendo al conjunto inglés establecer un dominio sólido del esférico en terreno de juego contrario. Además, estaba consiguiendo generar un gran peligro cada vez que recuperaba la redonda en terreno de juego contrario y se desplegaba en oleadas para llegar al área contraria con peligro, abriendo mucho el juego hacia los costados con los laterales Tierney y Lustig que estaban teniendo una gran incidencia en el juego.

Gracias a ello, el conjunto escocés se volvió a adelantar en el marcador, por medio de Tierney que batió a Claudio Bravo con un disparo raso desde el costado izquierdo que contó con el desvío de Bacary Sagna. Tras ese tanto, el partido prosiguió con la misma dinámica, el equipo de Guardiola siguió teniendo la pelota aunque estaba necesitando una precisión especial para consolidar sus fases de posesión, pues seguía siendo víctima de la gran posesión alta del combinado verdiblanco. Pese a ello logró igualar el encuentro de la mano de Raheem Sterling que batió al guardameta visitante, en una jugada individual de gran habilidad, en la que marcó con un disparo raso que a duras penas entró en la portería rival.

Foto: UEFA
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En los últimos minutos del primer tiempo, el Manchester City siguió dominando la posesión, además se estaba empezando a adueñar del encuentro, pues estaba consiguiendo frenar el ritmo de los locales a base de tocar el esférico, aunque gracias sobre todo, al desgaste físico que estaban empezando a padecer los locales, a pesar de que seguían provocando imprecisiones en la salida de balón del contrario. Pasaron los minutos, y el conjunto que en el día de hoy vestía de azul y naranja fue controlando el encuentro gracias a que empezó a entregar el esférico con un mayor acierto. 

Dominio del equipo de Guardiola que no tuvo profundidad

El segundo tiempo se inició con un mayor dominio del conjunto local que se estaba imponiendo a base de presionar, y de cerrar espacios en defensa en las fases de repliegue. Gracias a esa superioridad, Dembélé volvió a adelantar a su equipo gracias a un gol de delantero centro puro, en el que demostró un gran oficio, rematando con una especie de tijera, un centro desde el costado. Después de unos minutos el equipo de Guardiola supo recomponerse y logró igualar el enfrentamiento por medio de Nolito, que igualó el encuentro, tras empujar en el interior del área un balón rechazado. 

Tras ese tanto, el Manchester City consiguió rebajar el ritmo de juego en el encuentro, y a raíz de sus fases de posesión, poco a poco, fue consolidando un dominio solido.  El equipo pasó a mostrar un gran equilibrio en todas sus líneas aunque el hecho de que tuviera que mantener una mayor unión entre sus piezas le estaba lastrando en ataque donde se estaba desplegando con menos hombres y donde estaban teniendo una mayor cabida las jugadas individuales. El Celtic se replegó en campo propio, y perdió fuelle en ataque, ante la retirada de tropas, con la que un atacante tenía que presionar a toda la defensa contraria.

Foto: UEFA
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Los últimos minutos del encuentro fueron de asedio del conjunto citizen, que rodeó el área contraria tocando el balón de un lado hacia el otro por todo el frente del ataque. Pese a ello, estaba teniendo serias dificultades para encontrar espacios en el entramado defensivo de los locales, que estaban ejerciendo un pegajoso marcaje sobre el jugador contrario que tenía el esférico en su poder. Conforme pasaban los minutos, el City intentaba llegar a la portería con más corazón que cabeza, pues estaba intentando profundizar por las bandas sin ningún rigor, e imponiéndose por físico, en vez de imponerse por calidad.

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Sobre el autor
Tarek Guerrero
Redactor de fútbol inglés en VAVEL España.