La UEFA Europa League,  al igual que la Liga de Campeones, entrega noches mágicas llenas de múltiples historias imposibles de describir todas en una simple redacción periodística. Ambiente inolvidable con un estadio repleto de fanáticos que tuvieron que desplazarse más de una hora para poder alentar a sus jugadores.

La Dea, que no participaba en una competición europea desde el año 1991, paso de ser la sorpresa de la temporada italiana para ser una verdad absoluta a nivel continental. Su rival, que se posicionaba favorito por nombres y capital, fue disminuido a su mínima expresión futbolística. Individuos de la talla de Waynee Roneey borrados del césped y cabizbajos sin encontrar una respuesta coherente para salir del infierno donde los locales lo habían metido.

Gian Piero Gasperini, conductor del Atalanta, comprendió que a nivel europeo adueñarse de la pelota es fundamental para dominar los encuentros y que es necesario establecer más pausas con jugadores más pensantes,  que logren predominar en el juego. El 3-5-2, sobrepoblando la zona de volantes y dándole libertades al omnipresente Papu Gómez fueron las claves principales de la goleada.

Por su parte, Koeman se distancio de las formas que lo llevaron a construir un conjunto ganador la temporada pasada. Desistió de la pelota y confeccionó un equipo para replegarse cerca del hoy titular Stekelenburg. Doblegó la apuesta por las bandas y dejó en solitario al joven Calvert-Lewin para que corriera atrás de la línea defensiva del Atalanta. El Everton entró al campo de juego derrotado.

La primera mitad, acto que contó con toda la trama del partido, fue dominada en cada faceta por el conjunto local pero que se tardó más de 25 minutos en destapar la olla. Aparecería Masiello, después de un desafortunado rebote en la defensa inglesa, para empujar la pelota y otorgarle a La Dea el dominio del juego y el resultado.

14 minutos después, la magia del Papu maravillaría a todo el mundo. Las gradas no pararon de gritar y los tweets no dejaron de publicarse después de que el atacante argentino la colgará del ángulo de la portería de Stekelenburg. Un gol antológico que dejó boquiabierto a más de uno.

Pero, solo 3 minutos después, la obra de arte recibiría sus trazos definitivos. Cristante concretaría la goleada luego de un contragolpe furioso donde el volante italiano terminaría definiendo sutilmente al segundo palo después de una gran asistencia de Petagna, quien dominó cada centímetro del área inglesa. 3-0 en la primera fracción del encuentro.

FOTO: ATALANTA
FOTO: ATALANTA

La segunda parte, más un trámite que una necesidad, terminó sobrando para todos los que estaban el césped pero no para los fanáticos que no dejaron de cantar y alentar a sus jugadores que le estaban entregando una nueva nocha mágica a nivel europeo.

Con mayores preocupaciones, Koeman no tenía la voluntad de levantarse de su banquillo para darle un segundo aire a sus dirigidos, que no encontraron respuestas para voltear la situación que estaban pasando. Pese a contar con una cantidad parecida de pases (ATL 487 y EVE 465) y solo ocho remates menos, el juego habló por sí solo.

Con la victoria Atalanta gobierna el grupo E de la UEFA Europa League, al que muchos denominaron de la muerte por la presencia de estos equipos más el Lyon de Francia, con 3 puntos y uno diferencia de goles de más tres. En la próxima jornada, La Dea visita Francia para enfrentarse al Olympique Lyon de Bruno Genesio en un partido de pronóstico reservado pero con la propuesta de buen juego asegurada. Por su parte, Everton recibe en Goddison Park al Apollon Limassol. Ambos partidos se disputaran el jueves 28 de septiembre. 

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Sobre el autor
Javier Parra Peña
Redactor y analista de fútbol venezolano e internacional Contacto: [email protected]