Heiko Herrlich, entrenador del Bayer Leverkusen, tendría su debut al mando del equipo de manera oficial en el Bay-Arena. El director técnico alemán presentaba una modificación de intérpretes con respecto al último juego. El estratega colocaba de inicio a Julian Brandt en lugar del joven Leon Bailey en el frente de ataque, mientras que en el campo, presentó un 3-4-2-1, con Volland como punta de lanza, mientras que Bellarabi y el ya mencionado Brandt acompañarían al ex Hoffenheim.

Por otra parte, los discípulos de Nagelsmann, tras el duro revés sufrido en Anfield, visitaban a las “aspirinas” también con novedades, como la  entrada de Bičakčić, Toljan, Amiri, Rupp, y Uth, en lugar de Nordveit, Kaderabek, Geiger, Demirbay y Gnabry, respectivamente. Muchas modificaciones, pero sin alterar el dibujo táctico del ya caracterizado 3-4-3.
El partido comenzó con un dominio del Leverkusen. Con el control de la pelota, dominado en campo rival, y neutralizando todas las salidas del Hoffenheim, que no le quedaba alternativa que ceder el protagonismo y apostar por algún error por parte de los locales.

El esquema de marcar con línea de 3, por parte del equipo de casa, le permitía a Mehmedi y a Wendell (este ultimo en menor medida)  tomar el rol de carrileros y proyectarse constantemente en ataque. Este planteamiento hizo padecer y recordar por muchos pasajes del juego, a lo sufrido en Anfield, donde el Hoffenheim fue muy superado por las bandas y desde luego evidenció la falta de cobertura de espacios. El primero en avisar fue Bellarabi en el minuto seis,  quien con su gran zancada y su exquisito regate, desbordó y depositó un gran  pase rasante que a la postre Kevin Volland dispararía a portería sin éxito alguno.

El dominio de las “aspininas”se acentuó mucho más con el correr de los minutos, con protagonistas omnipresentes  como Aranguiz y Kohr, quienes para cimentar los ataques saltaron muy bien la presión de los mediocentros rivales de turno ( Rupp y Amiri). La propuesta de Herrlich estaba dando frutos en cuanto a la elaboración, no así en la eficacia. Los constantes ataques por la línea de cal derecha, como protagonistas el tándem Mehmedi-Bellarabi, se estaban devorando por completo el flanco del lateral Zuber, que básicamente no daba abasto, por la inoperancia de Kramaric para colaborar por su retaguardia, los centrales y los centrocampistas para realizar las coberturas. Con todos estos factores se daba un escenario propicio para que el Leverkusen gozara de innumerables chances para sentenciar la contienda en el primer tiempo.

Promediando los quince minutos, la influencia de Korh para los locales fue gravitante, colocando un pase filtrado hacia el sector derecho encontrando por sorpresa a Mehmedi quien no duda en cruzar en balón, para la irrupción de Volland, que nuevamente no tuvo éxito de cara al pórtico.

Muchas llegadas, dominio, y una exhibición.


El trabajo de los mediocentros Aranguiz y Kohr, turnándose a la hora de atacar y defender, el estar constantemente trabajando a las espaldas de Rupp y Amiri, estaban desatando un caos total en la escuadra de Nagelsmann, quien en el banquillo no daba crédito a lo que estaba ocurriendo. Producto de esos grandes intérpretes locales, y agregándole el gran recorrido y la capacidad de abarcar campo, los” farmacéuticos” no paraban de disfrutar de chances pero sin concretar de cara al arco. Llegando a la media hora de partido, Kohr habilitaría al siempre activo Julian  Brandt quien se encontró de cara a portería, cuando la aparición de el central Bičakčić en su afán de contener y en verse en desventaja le cometiera una infracción que derivaría en la pena máxima.

El penal cobrado por Wendell reflejó lo que vivió el Leverkusen casi toda la primera etapa, ya que el balón tras el remate daba en el poste izquierdo, cruzaría todo el arco y hasta por fin culminar en la red, desatando la excitación y el jolgorio total de todos los aficionados que asistieron al Bay Arena.

La superioridad del Leverkusen frente a su similar, también se reflejó en el marcador. El  equipo de Herrlich completó una primera mitad excelsa en cuando a juego, con un marcador de 1-0 corto en cuanto al volumen de ataque y privando al Hoffenhein de no fluir en el campo y de negar toda opción de remate al arco.

La frustración local frente a la pizarra visitante.


Nagelsmann intentaría encontrar respuesta para el segundo periodo, con la entrada de Demirbay  en lugar del mediocentro Rupp. Cambio con el se esperaba encontrar armonía y sobretodo un buen primer pase y obtener de a poco un control del partido. La afición no se terminaba de acomodar en los asientos, cuando en el minuto 47 de un esférico casi sin ningún peligro a la vista, cae en el jardín del cuadro local y una muy buena intuición del ariete Sandro Wagner quien "olió sangre", y no dudó en ir a pelear el balón y  ganar la  posición muy limpiamente al zaguero Sven Bender, para luego asistir  a Kramaric y este último concretara el empate del partido, ante una salida poco ortodoxa del guardameta Bern Leno.

El resultado en tablas no duraría mucho tiempo, ya que el Hoffenheim no terminaba de festejar la "diana", cuando en una nueva estampida por derecha superando una vez más a Zuber, Mehmedi asiste a Bellarabi, quien remata cruzado y coloca nuevamente la ventaja para el elenco de Herrlich.

Nagelsmann al verse en desventaja nuevamente, no especuló más y a contrarreloj dio entrada a Kaderábec en lugar del desbordado Zuber. Sustitución que tenía el fin de mover a Toljan en lugar de Zuber por derecha, para solucionar provisoriamente los problemas de marcaje en la zona de influencia enemiga. Mientras que el recién incorporado Kaderábec ocuparía el carril zurdo.

Las dos  modificaciones del estratega del Hoffenheim (Demirbay y Kaderábec) consiguieron que el equipo, se sintiera un poco más cómodo en el Bay Arena y al ver que el rival era poco eficaz  en la puerta, tuviera una mayor consistencia y le permitió domar  los irrefrenables ataques  locatarios. El partido se fue estancando y la exhibición, las chances y el dominio del Leverkusen, fue decayendo   producto de la resolución contraria, conviertiendo cada ataque voraz, en tan solo débiles aproximaciones.

El compromiso entró en una zona del encuentro donde el equipo forastero en su mayoría de ocasiones  resolvió  los partidos. Y está, no sería la excepción ya que en el minuto 70 en una transición larga hacia la izquierda donde aparecía Demirbay y este  con un gran pase al medio, asistiría a Mark Uth para que decretara el empate y dejando el marcador 2 a 2.

Ya con el empate como realidad y el remar contra la corriente, el entrenador Herrlich salió a quemar la nave y dispuso en el verde al joven Bailey por Brandt, Kiessling en lugar del irresoluto Volland y Ramalho reemplazando al  suizo Mehmedi, buscando la posibilidad de conseguir los tres primeros puntos en el torneo. Los cambios no dieron el resultado esperado y el Bayer Leverkusen se queda con un punto en dos jornadas. Mientras que el elenco de Sinsheim consiguió dos  objetivos, el primero que fue sobrevivir al duro partido y el segundo, obtener un punto en un territorio hostil, que lo mantienen en dos fechas con cuatro unidades.