El Granada rompió su buena racha esta jornada ante un intenso Sevilla que cumplió en su casa, se reencontró con la victoria y certificó la permanencia matemática. Con el descenso prácticamente hecho para los de Sandoval, los rojiblancos mostraron un gran bajón físico y futbolístico que les hizo claudicar a domicilio (3-0).

Los locales llegaban después de empatar en el derbi sevillano (1-1) ante el Real Betis y cosechar un partido bastante gris. Con un equipo que no termina de tomar las sensaciones suficientes para dar un paso adelante, los de Quique Sánchez Flores querían reencontrarse con la victoria en su casa y acercarse a la mitad de la tabla en estas últimas jornadas. Para este partido, el cuadro hispalense no podía contar con Suso, Isaac Romero, Óliver Torres, Sow, Gudelj y Pedrosa.

Por su parte, el Granada llegaba a tierras sevillanas en su mejor momento de la temporada. Tras vencer a Osasuna (3-0) la pasada semana, los de Sandoval se encontraban en una dinámica en la que, sin miedo a nada ni nadie, encaraban el final de la liga más liberados y con un juego más coral. Con el objetivo de llevarse el motín en disputa, los rojiblancos querían seguir en alza para mantener estas buenas sensaciones. Para el choque no podían estar ni Puertas ni Torrente.

Un quiero y no puedo

El conjunto granadino arrancó muy intenso. Los visitantes quisieron darle un plus a su juego desde el primer momento, aprovechando las superioridades verticales que generaba con jugadores como Pellistri, que tuvo varias en zonas de tres cuartos rival.

Pese a ello, los locales igualaron la contienda y pusieron una alta intensidad que se reflejó con un tempranero tanto que abrió la lata goleadora. Con una jugada combinativa coral, Jesús Navas apuró en su costado para meter un centro medido al área que cabeceó Acuña (1-0) hacia abajo en el segundo palo que llegó a rozar con sus dedos Batalla en su meta, pero no llegó a detenerlo.

Acuña celebrando su gol | Foto: LaLiga.
Acuña celebrando su gol | Foto: LaLiga.

Los granadinos no se achicaron ante el gol. De hecho, intentaban llegar hasta puerta con varias exploraciones desde su propia área. Sin embargo, el alto nivel del Sevilla y el empuje de su gente hacía que los hispalenses mantuvieran la compostura, aguantaran e incluso se atrevieran cuando podían.

Sin embargo, los de Sandoval cuando tenían que terminar las jugadas mostraban muchas lagunas y dificultades para ver puerta. Arezo tuvo varias consecutivas que no finalizó y Pellistri se mostraba muy solo en su banda.

Jozwiak, en una de estas, tuvo de las más claras para los granadinos con un disparo lejano que se fue cerca del larguero. Además, el polaco participó en una jugada que acabó dentro de la meta sevillista, pero no terminó subiendo al marcador por un fuera de juego inicial del futbolista y la salida del balón por la línea de fondo.

El final del primer tiempo fue de infarto para los nazaríes, que fallaron un mano a mano en el que .se iban tres jugadores del Granada contra uno. Boyé apuró demasiado que, cuando quiso pasarla, ya se la robó el rival. Una desesperación palpable en el banquillo.

Siempre a por más

El juego del Sevilla en la segunda parte se basó en planificar una idea al contragolpe que dejaba muy mermado a los nazaríes. El segundo tanto de los locales vino así. Con un robo en campo propio, los hispalenses montaron una contra que terminó En-Nesyri (2-0) con asistencia de Ocampos, que cruzó de lado a lado un pase que le llegó como guante en mano al marroquí.

El Granada se vio más sobrepasado desde el inicio del segundo tramo de juego. Apenas tenían ya lo suficiente el balón como para poder generar, y parecía que el tercero de los de Quique Sánchez Flores estaba más cerca que otra cosa.

Los futbolistas visitantes se apreciaban muy desgastados físicamente rozando la hora del partido. De hecho, algunos de ellos dieron muestras evidentes de tener calambres y dolencias que les llevaron a marchar del terreno de juego, como Sergio Ruiz, que salió del campo por Hongla.

Lamela conduciendo un balón mientras le persigue Miguel Rubio | Foto: LaLiga.
Lamela conduciendo un balón mientras le persigue Miguel Rubio | Foto: LaLiga.

El Sevilla, con el segundo tanto, se creyó mucho más y se mostró más solvente y seguro en sus decisiones y jugadas. El Granada, por ende, se mostraba más débil y poco concentrado, sobre todo a la hora de mantener las marcas y seguir la línea de juego que dominaban claramente los del Sánchez Pizjuán.

Ocampos, prácticamente solo, aprovechó de nuevo una llegada lateral para cabecear y poner a prueba los reflejos de Batalla, que sacó una mano en el aire para palmear dicho disparo y mandarlo a saque de esquina. Tras la parada, el argentino le recriminó dicha acción defensiva a sus compañeros, que mostraron una gran pasividad en esta.

Lukébaiao, para cerrar la victoria, anotó el tercero tras una jugada coral perfecta (3-0) que concluyó con un quiebro dentro del área que dejó a Neva por los suelos y un disparo ajustado al palo contra el que no pudo hacer nada la guardia rojiblanca.

Los jugadores del Granada, prácticamente descendidos virtualmente, con este resultado pasan a depender de lo que haga el Mallorca. Algo que parece quimérico, ya que tendría que ganar todo y que los baleares no sumen en lo que resta. Por su lado, el Sevilla con esta victoria certifica la permanencia matemática.

Ficha Técnica

Sevilla FC: Nyland, Jesús Navas, Badé, Sergio Ramos, Kike Salas (Nianzou 74’), Acuña, Soumaré (Joan Jordan 90’), Agoumé, Ocampos (Hannibal 84’), Lamela (Lukebakio 73’) y En-Nesyri (Véliz 84’).

Granada CF: Augusto Batalla, Bruno Méndez, Miguel Rubio, Ignasi Miquel, Carlos Neva, Sergio Ruíz (Hongla 62’), Gumbau (Gonzalo Villar 77’), Pellistri, Jozwiak, Lucas Boyé (Melendo 77’) y Matías Arezo (Uzuni 62’).

Goles: 1-0, Acuña; 2-0, En-Nesyiri; 3-0, Lukébaio

Árbitro: Busquets Ferrer (comité balear). Ha amonestado en el Sevilla a: Ocampos, Badé;  y en el Granada a: Sergio Ruíz, Miguel Rubio.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo cuarta jornada de la Primera División. Choque celebrado en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán.