El Atlético de Madrid se llevó la victoria del duro duelo del Metropolitano. Los de Simeone consiguieron embotellar a los vascos en busca de los goles que llegaron en el partido. El Athletic, irreconocible, no fue capaz de acercarse con peligro a la meta de Oblak. Únicamente un gol en un gravísimo error de Griezmann acercó a los vascos a la línea de gol atlética.
Encuentro que venía marcado por la actitud de la afición bilbaína en el último partido copero. La parte radical de la hinchada de los vascos enlazó una serie de disturbios como peleas, lanzamiento de piedras y altercados con la policía en la vuelta de Semifinales de Copa del Rey. Desde la dirección del Club Atlético de Madrid se analizó que esos problemas no figuran como ejemplo de una buena afición y se decidió la no invitación del Atleti a aficionados del Athletic Club.
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El planteamiento inicial
Diego Pablo Simeone regaló a la afición del Metropolitano una nueva victoria local con un once bastante reconocible. El argentino salía con todo, sabedor de la importancia del encuentro. El Atlético de Madrid salía al verde con tres puntos de ventaja con sus perseguidores, conocedores de que todavía no habían conseguido anotar un tanto a los vascos en los tres enfrentamientos de la temporada.
El primer argumento que añade razones de liderazgo al entrenador llegó en forma de cambio. Cambio, pero de posición: Llorente por De Paul. El entrenador encontró una vía de ayuda a los carriles de Lino y Molina con el cambio de posición de sus centrocampistas. Los argentinos, mucho mejor conectados por la banda diestra, mostraron su conexión con algunas internadas en la primera mitad. Llorente y Lino, en cambio, proporcionaron la velocidad al juego por banda zurda finalizando jugadas después de desplazamientos en largo de la defensa. El acierto del 'Cholo' se confirmó en su totalidad cuando un centro después de una llegada a línea de fondo de Marcos acabó en los pies de De Paul, finalizando fuerte a portería.
Además, la entrada del argentino Correa y su apoyo incondicional al centro del campo liberaba mucho más las carreras de Marcos Llorente hacia la zona de ataque. En muchos momentos del partido, sobre todo en el momento de la presión, Llorente acompañaba a la doble delantera en la posición más adelantada. Gracias a los continuos acercamientos de Griezmann y Correa a la zona de medios, Llorente consiguió internarse por la banda zurda y poner un centro, libre de marca, al área para conseguir el primer gol.
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Difícil contexto en el Metropolitano
El Atlético de Madrid se reencontraba con su afición tras el duro varapalo de la eliminación europea ante el Borussia Dortmund. Además, quería regresar a la senda de la victoria en liga, después de haberse visto sentenciado anímicamente en el último partido en Mendizorroza.
La hinchada atlética, siempre intensa en cualquier momento o contexto del club, se mostró muy crítica con varios protagonistas del partido ante el Athletic Club. La sintonía que había existido durante la temporada entre plantilla y afición se iba a ver lastrada en un encuentro bastante complicado y en un muy mal momento.
Sin embargo, los jugadores supieron enfrentarse a ello y disipar las dudas que existían con la plantilla. El primero, De Paul. El argentino comenzó la semana pasada con una polémica entrevista en una laureada gala de premios del deporte en la que comentaba el poco ambicioso objetivo de la entidad rojiblanca: clasificarse a Champions League. No toda la totalidad del momento crítico cayó hacia él, pero sí que fue uno de los más damnificados. Contra el Athletic se revolvió, le puso la intensidad propia del 'todoterreno' y consiguió evadir las críticas con un tempranero gol desde fuera del área. El siguiente, Ángel Correa. Con las lesiones de Morata y Memphis, otro de los argentinos salía a escena desde el once titular. Él lo hacía después de fallar un mano a mano en el Signal Iduna Park (obviando uno de los goles del equipo). Tardó mas en resarcirse pero su momento llegó y, aprovechando un excelente servicio de Koke, anotó el gol que deshacía la igualada.
Samuel Lino, uno de los más queridos, cerró el marcador con un disparo rebotado en la espalda de Unai Simón que acababa en la red. A partir de ese momento, la afición miró al palco y comenzó una sinfonía de silbidos exigiendo una mejor gestión de la entidad o, los más radicales, incluso dimisiones. La división de opiniones en la cálida grada del estadio del barrio madrileño de San Blas era una certeza que no parece que vaya a tener consecuencias importantes.
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Carrusel de homenajes
En la previa del encuentro y mientras atronaba 'a capella' el himno, la grada rojiblanca se iba tiñendo de camisetas del Atlético. Magnífica ocasión para comenzar con los tres pequeños homenajes que se iban a vivir antes del encuentro en el Metropolitano.
El primero de ellos tenía como protagonista a uno de los mejores equipos de las categorías inferiores del Atlético. El Juvenil 'A', entrenado por Fernando Torres, saltaba al césped del estadio donde todos los jóvenes quieren llegar a jugar y celebraba el título de liga cosechado hace unas semanas. Los jugadores, quizá muchos protagonistas del futuro del club, cantaban envueltos en una piña los cánticos que promulgaba la afición desde el fondo sur del Metropolitano.
Para seguir con la fría tarde de Madrid y después de que todos los jugadores de ambos conjuntos se personasen en el verde, la megafonía convertía los cánticos en aplausos al anunciar el nombre del exjugador atlético Raúl García. El público se deshizo en elogios al veterano futbolista y despidió así una carrera llena de éxitos tanto en Osasuna, como Atlético o Athletic. Posteriormente, Enrique Cerezo entregaba una placa con la forma del escudo actual del Atlético al delantero navarro.
Finalmente, llegó un homenaje mucho más frío para el sentimiento de todos los colchoneros. Hace unos días, la leyenda en la delantera del Atlético de Madrid y la Selección Española, actual entrenador juvenil y presumible futuro entrenador del club, perdía a su padre. Se despedía de una de las personas que más acercaron a Fernando al Atlético de Madrid y la afición lo respetaba así. Un sentido minuto de silencio junto a la agradable melodía de violines con el himno del club dieron el protagonismo al últimos de los tres bonitos homenajes de la previa del Sábado.
Quizá, cada uno de ellos logró conectar con un futbolista de la plantilla para cada uno de los tres goles que cerraron la tarde-noche de Sábado con una importante victoria.
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Feo gesto en la grada
Cuando apenas había pasado media hora desde el pitido inicial de Martínez Munuera y con uno a cero en el electrónico, el menor de los Williams se acercaba a la esquina a centrar un córner para el Athletic Club. En su travesía hacia la zona de golpeo, Nico frenó su andadura para intercambiar un par de miradas con una zona de la grada. El juez de línea enseguida se cercioró de este imprevisto y llamó la atención del colegiado, que se dirigió al delegado del Club Atlético de Madrid para que se comunicase por megafonía la peligrosidad de los hechos.
Presumiblemente y como comentó en la posterior entrevista a pie de campo, recibió insultos racistas y sonidos de mono por parte de unas pocas personas de ese sector. El Atlético de Madrid, la plantilla y la afición agradece la no generalización del feo gesto y apoyan en todo momento al futbolista que, en unos meses, defenderá la camiseta de la Selección de España en la Eurocopa. El propio capitán Koke con los medios, el Atlético de Madrid desde sus redes sociales y todos los jugadores que se acercaron a pedir calma al sector se posicionaron en contra de los comentarios que no tienen ningún tipo de cabida en este deporte y en un estadio como el Metropolitano.
A los pocos minutos, Williams Jr marcó el tanto que igualaba el partido y devolvió la papeleta a la grada señalando su color de piel en la celebración.
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¿Más cerca de la Champions?
El Atlético de Madrid se distancia a seis puntos de los vizcaínos con todavía quince por disputarse. Sí, el Atleti se acerca a una nueva clasificación a la Liga de Campeones, pero no todo está resuelto. Con aún tres encuentros a domicilio y después de esta temporada, nada se puede predecir.
Simeone y sus pupilos visitarán Son Moix antes de recibir al Celta de Vigo. Después, en jornada intersemanal se desplazarán por la capital hasta el Coliseum Alfonso Pérez para finalizar la semana ante el Osasuna en el Metropolitano. Por último, el difícil viaje hasta San Sebastián pretenden hacerlo con todos los deberes hechos para no complicarse la vida.
El último campeón de Copa y actual y único perseguidor del Atlético mantiene un calendario bastante semejante. Primero volverán a Madrid para enfrentarse al Getafe antes de recibir al Osasuna. Más tarde, un viaje a Vigo donde ya pueden quedar fuera de la lucha precederá al recibimiento del Sevilla. Para finalizar la competición, volverán a Madrid por tercera vez en un mes para visitar el barrio de Vallecas.