En un encuentro de vital importancia para el sueño del ascenso sevillista, el Sevilla Atlético hizo los deberes y se llevó los tres puntos para ser aún más líder. El partido comenzó con los locales con las ideas muy claras, sabiendo qué hacer y cómo para hacer daño, agobiando a su contrincante y siendo el que llevaba la batuta del partido. No pudo sin embargo mantener la ventaja obtenida en el minuto 18, y acabó marchando empate al descanso tras una primera mitad donde mereció más pero pecó de desacierto. En la segunda, con un escenario más abierto, logró tener premio de nuevo y se llevó el ansiado triunfo.

Primera parte: Un Sevilla con más mérito que premio

Con el pitido inicial, el filial sevillista quiso ser el protagonista del encuentro y su dominio de balón estaba siendo prácticamente total, obligando al CD San Roque a sortear todos los balones o incluso cometer faltas más peligrosas de lo deseado para sus intenciones. 

Las posesiones del equipo que visitaba la ciudad deportiva sevillista estaban siendo anecdóticas, impidiéndole pasar del medio campo en adelante. Esto lo aprovecharon los rojiblancos, que comenzaron a asediar el área rival desde bien temprano. Así llegaría la primera para los locales en el minuto cinco, con un pase filtrado por banda izquierda que acabó con un pase fallido atrás para Musa, que no fue capaz de recibir. 

Las constantes pérdidas del CD San Roque hizo que esta temprana ocasión no fuese la única que tuviese el filial rojiblanco, pues otro pase entre líneas en el minuto siete les dio la oportunidad de mirar a puerta, aunque no llegó a ocurrir por una pérdida en el momento del disparo.

El Sevilla estaba haciendo daño, pero no estaba siendo capaz de finalizar las jugadas de las que disponía. Se apoyaba mucho en un eléctrico Stanis Muzambo Idumbo, en un organizado Manu Bueno para distribuir el juego y en una presión que le estaba dando frutos positivos para recoger el balón rápidamente, pero por un motivo u otro, no estaba viendo puerta.

Darío Benavides durante el Sevilla Atlético vs CD San Roque | Foto: Aarón Luna González
Darío Benavides durante el Sevilla Atlético vs CD San Roque | Foto: Aarón Luna González

Ocasiones como el disparo desviado de Manu Bueno en el minuto ocho estaban convirtiéndose en rutina, aunque sin incomodar al guardameta visitante en demasía. Con el paso de los minutos, parecía que el San Roque lograba estabilizar el encuentro y disponer de cierto control sobre el balón en un tiempo más prolongado. Gracias a esto, consiguieron jugadas principalmente a balón parado desde la esquina, que acabaron siendo resueltos por los anfitriones con mucha facilidad. 

La insistencia del Sevilla Atlético fructificaban en forma de repetidas faltas a su favor, que además eran lanzadas casi siempre al área rival. Así obtuvo el premio buscado y merecido. En el minuto 18 tras una falta lanzada desde el costado izquierdo del campo del San Roque, el balón sobrevoló el rectángulo visitante para encontrar la cabeza de un imperial Xavi Sintes, que remató a la perfección para introducir la pelota al segundo palo. Los jugadores, acompañados de un ambiente espectacular gracias a una afición que no cesaba de alentar, celebraban la ventaja en el marcador que significaba mucho para el transcurso del encuentro.

Los locales no rechazaron las opciones de ataque, y de hecho continuaban realizando los pases filtrados que llevaban intentando todo el encuentro y que, gracias a las rupturas de Mateo Mejía y Musa, lograban llegar a destino pese a no fructificar en gol las jugadas. Sin embargo, en este contexto, los visitantes sabían que con un gol en contra las oportunidades de levantar el marcador pasaban por disponer de una posesión mayor. Así, parecía que el San Roque comenzaba a despertar en el encuentro, eslabonando jugadas que le acercaron al empate como el pase atrás en el minuto 26 que no terminó en gol porque el segundo palo se encontraba totalmente huérfano de defensores pero también de atacantes, o la falta peligrosa en el 27, que le dio la opción de igualarlo a balón parado pero terminó estampado contra la barrera.

El gol norte del Estadio Jesús Navas, lleno de sevillistas | Foto: Aarón Luna González
El gol norte del Estadio Jesús Navas, lleno de sevillistas | Foto: Aarón Luna González

Con este paso al frente de los visitantes, el partido tendía a abrirse, con el San más propenso a enviar balones desde la banda buscando algún remate y el Sevilla más convencido por la vía central, con balones entre líneas, jugadas individuales, disparos lejanos como el del minuto 41 que obligó al cancerbero rival a hacer una gran parada y no haciéndole feo tampoco a centrar algún que otro balón. Sin embargo, en uno de los pocos intentos de chut desde larga distancia del CD San Roque, ya en el minuto 43, lograban poner las tablas en el marcador. Un potente disparo raso de Kevin Bautista inalcanzable para Alberto Flores, que se estiró aunque sin premio, transformándose en un golazo para igualar el partido. Así, el partido marchaba al descanso de la misma forma que empezó, con un empate.

Segunda parte

La segunda mitad la puso en marcha el San Roque, que no dudó en disponer de la primera ocasión de gol con un centro que acabó despejando a córner la defensa sevillista, el cuál sería defendido con relativa tranquilidad.  Sin embargo, la imagen mostrada de los visitantes estaba siendo totalmente distinta a la vista hasta entonces. Esta vez eran ellos los que llevaban la iniciativa y el Sevilla, producto también de la necesidad y las ganas de volver a adelantarse, cometía fallos más propios de la precipitación que de otra cosa. Tuvo no obstante una muy clara en el minuto 49 que le impidieron resolver, pues el linier indicó un dudoso fuera de juego. Parecía bastante evidente que el delantero del filial sevillista había salido en posición legal, no lo consideró así el árbitro de línea. 

La disputa por los importantes tres puntos continuaba más abierta que nunca. Un San Roque con las ideas más claras que antes y un Sevilla peligroso en las jugadas rápidas, gracias a la actividad de Idumbo al que le estaba faltando soltar el balón más, un Mateo Mejía que necesitaba acertar en los pases y un Musa que pocas pegas se le podía poner. Y de hecho, suyo fue el segundo gol sevillista en el minuto 59, tras una jugada que en banda inició Muzambo Idumbo que esta vez sí descargó la pelota a la perfección, para que Capi metiese un pase atrás con música, medido, que le permitió a Musa rematar al fondo de la red con cierta rabia, tras luchar constantemente y recoger lo sembrado. Con esa misma rabia que celebraron todos juntos el tanto que les devolvía la ventaja.

Muzambo Idumbo, en la jugada que terminó en gol | Foto: Aarón Luna González
Muzambo Idumbo, en la jugada que terminó en gol | Foto: Aarón Luna González

A partir de entonces y con algún momento de tensión entre la grada, el equipo huésped y el colegiado incluido, el CD San Roque trató de reponerse del golpe recibido. Intentaba de hacer daño sobre todo a balón parado y, de nuevo, con envíos desde el lateral del terreno, que no obstante no fructificaban. Hacía lo mismo el Sevilla, que buscaba un segundo tanto que pusiese tierra de por medio a un importante partido como local. A través de faltas y córneres intentaba hundir aún más a su rival. La gran labor de Manu Bueno y de los defensas como Darío o Xavi Sintes atrás impedía constantemente que el San Roque saliese rápido al ataque, provocando esas resoluciones de las jugadas a través de centros que acababan en despeje o dominio rojiblanco.

Los minutos pasaban a favor de los anfitriones, que empezaban a jugar a lo que más le interesaba, encerrar a sus rivales como sea y recuperar balones lo más rápido posible. Dispuso de algún que otro disparo peligroso desde la lejanía, aunque ninguno acabó encontrando puerta. El San Roque cayó en la voluntad sevillista de provocar faltas, parar el frenético ritmo que el encuentro había cogido con el inicio de la segunda parte, e intentar que lo poco que ocurriese fuese en terreno visitante para tratar de lograr el gol de la tranquilidad. 

Sin embargo no tuvo el final calmado que hubiesen deseado los de la carretera de Utrera. Un pase en el minuto 84 a la espalda de la defensa dejó sólo al hombre colocado en banda del equipo huésped, que chutó sin encontrar portería para fortuna de los sevillistas. La imprecisión de los locales para sacar el balón y retenerlo le dio esperanzas a su rival de cara a sacar al menos un punto de su visita a la ciudad deportiva del Sevilla FC. 

El desenlace fue un claro "quiero y no puedo" para el CD San Roque. Con balones largos, querían llegar rápidamente al área sevillista, donde esperaban todos los anfitriones para defender con uñas y dientes los tres puntos claves que habían luchado. El tiempo de descuento fue un sufrimiento constante y excesivo para todos, con balones colgados que ponían en tensión a todos en la grada. Fue Ibra Sow, introducido como suplente, el que tras una buena salida de pelota, se dirigió a la esquina del contrincante para decir "aquí no se juega más". Inteligencia pura que le sirvió a los suyos para perder alrededor de un minuto, lo necesario para que el San Roque quedase con sólo una ocasión más de igualar el partido.

No lo logró, y el Sevilla consiguió llevarse tres puntos que valieron para ser aún más candidato al ascenso directo, sobre todo contando con la derrota de su perseguidor en la tabla, el Yeclano, que se queda así a cinco puntos, con 12 tan sólo por jugar. Lo ganado hoy por el Sevilla Atlético ha sido una final, que ha ganado con esfuerzo, trabajo y mucho mucho mérito.