Corría el mes de febrero de 2023, hace ya un año de esto, y las alarmas saltaban en el Atlético de Madrid. En el derbi frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, Reinildo Mandava se echaba la mano a la rodilla y pedía el cambio, poniendo en vilo así a toda la hinchada colchonera.

Y no era para menos, el defensa más en forma del club colchonero, que cargaba en sus espaldas con un sinfín de duelos ganados y de carreras infinitas superando al delantero rival, se rompía el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y tendría que pasar de forma obligatoria por el quirófano.

Tras un periodo de recuperación de 10 meses, el futbolista mozambiqueño de 30 años, recibía el alta médica. Sin embargo, Simeone decidió no arriesgar con el chico, que tenía la Copa de África a la vuelta de la esquina.

Tras la competición internacional, cierto es que Reinildo ha vuelto a entrar en los planes del Cholopero se puede observar de forma preocupante como alterna acciones defensivas brillantes con otras no tan buenas y que para nada acostumbraba a ver el hincha del Metropolitano.

Sin ir más lejos, la ida de Semifinales de Copa y de Uefa Champions League ha llevado su nombre en clave atlética y no precisamente por dejar aspectos positivos. Dos errores groseros (por partida doble ante el Athletic) ha provocado que el Atleti esté obligado a darle la vuelta a sendas eliminatorias, primero en San Mamés y, posteriormente, en el Metropolitano frente a la escuadra italiana.

Se esperaba que los continuos y sonrrojantes errores cometidos por la zaga rojiblanca esta temporada, motivo por el cuál algunos tachan al Atlético de Madrid de equipo anticompetitivo en grandes citas, se solucionará con la vuelta del defensa africano pero las dudas que está dejando no hace más que echarle leña a un fuego que, ya de por si, estaba muy vivo y que sigue siendo un quebradero de cabeza para Diego Pablo Simeone.