Las temporadas, como todo en la vida, se guían por los diferentes objetivos que cada uno se va planteando. Y el Club Atlético de Madrid no es menos. Cuando comenzó el 2023, los objetivos del conjunto colchonero eran recuperar la regularidad y clasificar para la siguiente edición de la UEFA Champions League. Durante el verano, tras cumplir con dichos objetivos, los de Simeone se plantearon los retos del nuevo curso pero, siempre, bajo el mantra del "partido a partido". 

Obviamente, estas metas a largo plazo necesitan una reevaluación de vez en cuando y el parón de Navidad se antoja un punto clave en la temporada. Un descanso en esta vorágine de partidos oficiales que permite a todos los clubes evaluar su situación y en el Atleti son bastantes optimistas.

Tras un primer tramo de temporada que se podría calificar como notable, el equipo madrileño ha cogido una posición ventajosa en la parrilla de salida para afrontar, en la segunda parte de la temporada, los retos más complicados.

Empezando por LaLiga, el Atleti marcha tercer clasificado, por delante del F.C. Barcelona y a tres puntos del Athletic Club, equipo que marca la zona Champions. Por encima, los rojiblancos divisan a Real Madrid y Girona a siete puntos, siendo curiosamente el conjunto catalán el próximo rival liguero en la que será una complicada salida.

Por otro lado, en la Champions League, los colchoneros hicieron su trabajo al quedar primeros de grupo y deberán afrontar una complicada empresa en la preciosa eliminatoria que deparó el bombo de Octavos de Final contra el Inter de Milán.

Por último, en el mes de Enero, el Atleti comenzará su andadura por las otras dos competiciones que debe de disputar este curso que no son otras que la Copa del Rey, donde se enfrentará al Lugo en dieciseisavos de final, y la Supercopa de España, que se disputará de forma integra a mediados de mes y donde el Atlético deberá disputar, al menos, el partido de semifinales contra el Real Madrid.

Simeone, que pone sus miras en el partido a partido, sabe que los objetivos están en camino. Certificar la presencia en Champions un año más es prioritario y competir hasta el final en la máxima competición europea y en los campeonatos coperos debe ser obligatorio . Y siempre con la ilusión, que no la obligación, de volver a tocar el metal.