El Atlético de Madrid se marchó al parón de selecciones con un sabor agridulce. Por un lado, por no poder disputar su encuentro en el Metropolitano frente al Sevilla por el temporal que azotaba Madrid y, por otro lado, la última vez que los muchachos del Cholo Simeone pisaron el verde de LaLiga fue para endosar un 0-7 al Rayo en Vallecas que disparó la ilusión de la afición colchonera y no sin motivo, pues se convertía en la mayor goleada a domicilio del Atlético de Madrid en la historia del campeonato doméstico.

Ahora, a pocas horas de la vuelta de la competición, el Atleti se encuentra con un panorama complicado. La primera parada será Valencia, donde el conjunto ché, plagado de jugadores muy jóvenes está teniendo un inicio de temporada aceptable, así lo reflejan los seis puntos de doce posibles obtenidos. Todos ellos, eso sí, en los dos primeros partidos del curso.

El segundo plato, tres días después, será el inicio de la Champions League. Una competición que dejó un sabor más que amargo el año pasado y en el que no se quieren repetir errores. El Atlético visitará Roma para afrontar, en teoría, el partido más duro de la fase de grupos contra la Lazio, con el objetivo de sumar de a tres. Ya lo consiguió el año pasado cuando ganó al Oporto en el Metropolitano pero luego el grupo se torció. El objetivo este año es enderezar el rumbo del grupo desde primera hora.

Pero es que lo viene después no se queda atrás. El mes de septiembre concluirá con el derbi madrileño en el Metropolitano y una visita a Osasuna. Dos empresas más que complicadas para cerrar el mes.

Sin duda, estos cuatro partidos marcarán el inicio de temporada y de ellos dependerá la dinámica generada en el propio equipo. Se vienen curvas pero en el vestuario lo tienen claro. Partido a partido, como siempre.