No era una tarde cualquiera. La región de Campania se vestía de gala. 29 años después, se volvía a disputar un derbi campani en la máxima categoría del fútbol italiano. El último sería un Napoli - Avellino. Hoy, una de esas mismas esuadras precisamente, los azzurri, recibían en el templo de San Paolo al rookie Benevento. Una pereja de baile inédita. Pero no hace tanto de que se vieron las caras (2004/05), cuando el Napoli vagaba moribundo por las catacumbas del Calcio. Fue en Serie C -Tercera División-. No obstante, el héroe del conjunto 'embrujado' lo es también, a la vez, de los napolitanos. Marco Baroni fue el goleador del partido frente a la Lazio que dio al Napoli su segundo Scudetto en 1990. 

En el bando local, Maurizio Sarri no se la jugaba y apostó por el once de gala. Después del aluvión de críticas que recibió con la derrota en Járkov frente al Shakhtar Donestk,en el estreno de Champions League, por la política de rotaciones. Para paliarlo, volvían a partir de inicio así Allan, Jorginho y Mertens. Tres jugadores a los que, sin duda, se les notó su ausencia el pasado miércoles en Ucrania. Entre ceja y ceja estaba conseguir el pleno de victorias y seguir liderando la tabla de Serie A junto a Juventus e Inter.

Mientras que en el Benevento de Baroni, con un mal arranque de temporada (tres derrotas y cero puntos), pisaba Nápoles con hasta seis novedades en la alineación con respecto al duelo en el que cayeron ante el Torino. Sorprendentemente -quizás por el duelo que hay entre semana-, dejaba en el banquillo a jugadores como Letizia, Ciciretti, Cataldi, Memushaj, D'Alessandro o Iemmello.  Como dato, solamente hay dos 'supervivientes' del once del ascenso: Luicioni y Chibsah

Baroni y Sarri durante el partido. / Foto: sscnapoli.it
Baroni y Sarri durante el partido. / Foto: sscnapoli.it

El martillo de goles napolitano sentencia

Paradojas de la vida que, en menos de tres minutos, el Napoli empezaba golpeando primero ante los casi 50 mil espectadores (un millar de los visitantes) que se citaron en San Paolo. Los protagonistas, dos de los suplentes el otro día. Mertens disparó duro desde dentro del área, el cual despejó Belec, pero en el rechace, Allan empujaba el cuero al fondo de la portería. Un inicio inmejorable después de lo acontecido. En el caso de las stregoni, siguiendo en caía libre en su debut en la categoría reina. Por si fuera poco, Armenteros se hacía una brecha tras un choque con Albiol. 

Conforme avanzaban los minutos, los partenopei empujaban cada vez más hacia dentro al Benevento, quienes no eran prácticamente capaces de hilar dos pases seguidos en terreno rival. Un duelo que también tenía como aliciente el papel de una figura, nada más y nada menos que la de Marek Hamšík. El capitán (a tan solo dos goles de igualar el récord de goles de Maradona) ha sido sustituido el primero en casi todos los partidos de esta temporada. Muchos apuntan a su bajo nivel en este inicio. Otros a unas molestias físicas. Pero lo que parece es que Sarri quiere protegerle lo máximo posible y llegue lo más fresco a la fase clave. 

En un cuarto de hora, el Napoli ponía muy de cara el derbi. Ghoulam entregaba el cuero desde la izquierda a Insigne, situado dentro del área. Y la vespa napolitana, de espaldas a la portería, se gira y saca un disparo precioso con rosca que acaba colándose en el arco defendido por Belec, quien sigue el balón con la mirada. Pero, sin todavía llegar a la media hora, Insigne cambiaba de papel y tiraba de libreto para poner en liza la jugada clásica. Su balón en diagonal, que suele rematar Callejón, pero en esta ocasión sería Dries Mertens el encargado de empujar ese balón. El Benevento no estaba siendo rival en San Paolo. Además de la endeble y tierna defensa, era incapaz, no solamente de llegar al área de Reina, sino de cruzar la línea divisoria. El gran problema residía en la separación que había en el bloque, provocando el abuso del balón largo para conectar esas líneas de pase. 

Insigne celebra su gol. / Foto: sscnapoli.it
Insigne celebra su gol. / Foto: sscnapoli.it

No obstante, todavía restaba más castigo para los pupilos de Baroni -hoy sufriendo a su Napoli-. Ghoulam ejercía nuevamente de asistente para entregar un balón a Callejón. El de Motril, desde el punto de penalti, fulminaba a Belec por cuarta vez en apenas 32 minutos. Casi todas las llegadas napolitanas se contaban por gol. Se prolongaban las malas noticias en los visitantes con la lesión de Antei (entró en su lugar Letizia).

Prosigue el monólogo en San Paolo

El segundo tiempo fue una continuación del monólogo napolitano. Apenas un minuto, y Belec ya estaba sacando un balón bajo palos tras un remate a bocajarro de Callejón. Baroni trató de dar aire a los suyos con la entrada de Cataldi, pero sin modificar el dibujo. El ex laziale se situaba como volante izquierdo, moviendo a Lombardi a la zona de ataque. Mientras que Sarri, con un ojo en el partido del miércoles ante la Lazio, también daría minutos a Giaccherini (entró por Insigne), Ounas (Callejón) y Rog (Allan). Así, Hamšík finalizaría el encuentro sobre el verde. El primero en esta temporada. 

Justo fue el extremo de la Toscana quien provocó el penalti que transformó Mertens para firmar la 'manita'. Un partido que agonizaba lentamente con las transiciones rápidas del Napoli. En una de esas, Hysaj con una bella jugada individual (caño incluido) finalizó con un potente disparo del albano, siendo desviado por Belec (lo cierto es que el portero esloveno evitó que la goleada fuese aun mayor). Aunque, cuando se cumplía el 90, sería Ounas esta vez quien caía dentro de la zona de castigo. Y de nuevo, Mertens marcó desde los once metros, sellando su hat-trick. Set y partido para los napolitanos. Pleno de victorias en lo que va de Serie A. Mientras que a las brujas de Benevento, de momento, les está fallando ese néctar de la nigromántica que les aupó en el ascenso.

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