Alfonso Alonso llegó el pasado verano a Vitoria con el objetivo de hacer olvidar a Velimir Perasovic y su Final Four de Berlín. El técnico no ha podido repetir la gesta de su antecesor, pero ha logrado hacer de un equipo, prácticamente, nuevo, un bloque sólido. Durante los meses de diciembre y enero, el que el equipo desplegó todo su potencial, con todos sus jugadores en buen estado físico, y llegó a esperanzar a los aficionados baskonistas, pues creían que el conjunto podía aspirar a algo esta campaña. El entrenador baskonista llegó a ser considerado como el segundo mejor entrenador de Europa, según encuestas de la Euroliga en diciembre. 

La temporada de Sito comenzó con muchas dudas, ya que hubieron muchas lesiones al comienzo de la temporada (Beaubois, Bargnani...). Sin embargo, con la incorporación de los hombres que habían faltado durante los primeros partidos de la temporada, con la plantilla completa, empezó a verse el estilo de juego que ha predominado toda la campaña 2016-2017. Lo que más le costó al técnico español en los primeros meses de competición fue integrar a Andrea 'Il Mago' Bargnani, ya que para disputar minutos con Sito había que tener actitud en defensa, intensidad y movilidad en ataque, pero el italiano no aportó ni una de todas ellas. 

En general, la temporada de Baskonia no ha sido fácil a nivel de lesiones y a Sito Alonso le ha costado encontrar una rotación estable. Pero en múltiples ocasiones, la gestión de la plantilla de Alonso no ha sido la correcta. Sucedió en varios encuentros que un jugador importante como Larkin o Hanga se lesionaba, salía cojeando del campo y a los pocos minutos volvía a estar en el terreno de juego. En alguna ocasión podían justificarse esos minutos, pero en otras situaciones, Baskonia tenía el partido cerrado o casi cerrado y había un jugador arrastrándose por la pista y uno fresco y sano en el banquillo. Por mucho que Sito haya querido dar mucho poder a sus jugadores, hecho muy difícil de ver en Europa y que hay que darlo como positivo, hay momentos en los que el entrenador debe imponerse y mandar a una de tus estrellas al banquillo. Por supuesto que los jugadores quieren jugar los 40 minutos de todos los partidos de la temporada, pero es labor del entrenador saber gestionarlos y hacer que lleguen en el mejor estado físico posible al final de la campaña. 

Una de las cosas que más ha llamado la atención esta campaña del entrenador es el trato que ha dado a los jóvenes de la plantilla: Tadas Sedekerskis e Ilimane Diop. Hasta navidad, aproximadamente, Sito Alonso no dio oportunidades a ninguno de los dos, jugaban muchos menos minutos de los que parecía que merecían. Pero al final, hizo progresar mucho a ambos jugadores. Diop ha acabado siendo el pívot de referencia para los gasteiztarras, si bien no en ataque, en defensa se ha convertido en un muro. En la recta final de la temporada, ha resultado ser la referencia en la pintura vasca y ha sido muy importante en el juego baskonista. Por otro lado, Sedekerskis no ha podido disfrutar de tantos minutos como el pívot senegalés, pero se ha notado un cambio importante en su juego. En su primer año como sénior, ha pasado de ser el niño del equipo a ser un jugador duro, inteligente y de ciertas garantías. Puede que el técnico no viese al alero lituano con capacidad para disputar minutos de calidad esta temporada, pero le ha hecho madurar y progresar mucho. 

Igual que le sucedió a Perasovic, la plantilla ha acabado la temporada arrastrándose. Hombres como Hanga, Larkin o Beaubois han llegado al tramo final jugando lesionados y, en gran parte, ha sido culpa de Sito Alonso, como en su día lo fue del técnico balcánico. La rotación baskonista ha sido, en general, corta. 8 han sido los jugadores de confianza de SitoLarkin, Beaubois (hasta abril), Hanga, Budinger (desde febrero), Shengelia, Voigtmann (hasta marzo) e Ilimane Diop (desde marzo). El técnico madrileño no ha dado demasiadas oportunidades a sus hombres menos habituales. El caso más claro es Jaka Blazic. El esloveno comenzó la temporada a un nivel muy alto, parecía que sería un jugador importante esta campaña, hay que tener muy presente el partido de Euroliga que gana Jaka en el Palacio de los Deportes al Real Madrid. Sin embargo, en cuanto Rodrigue Beaubois estuvo sano, le comió la tostada por completo al escolta esloveno. Rafa Luz necesitó tener una mínima competencia para espabilar, que fue la llegada de Pablo Prigioni a Vitoria, pero el brasileño siempre ha aportado lo que ha podido al equipo. Está claro que llegó como tercer base a Baskonia, pero en ciertos momentos merecía más tiempo de juego. Otro jugador que no ha contado con tantos minutos, porque no ha realizado tan buena campaña como se esperaba, es Kim Tillie. Aún así, cuando el francés encadenaba dos partidos recordando al Tillie del año anterior, no ha tenido la continuidad esperada. 

La peor sensación que ha dejado el Baskonia de Sito Alonso, han sido la gestión de los finales ajustados. Cuando los gasteiztarras llegaban a los últimos minutos con un marcador apretado, los aficionados temblaban. Se ha visto en las series frente a CSKA y Valencia Basket. En estas situaciones, el equipo babazorro buscaba liquidarlo por la vía rápida, se precipitaba, el equipo entero se descontrolaba si no entraban las canastas. Los pocos finales ajustados que ha ganado Baskonia, como el del Real Madrid comentado anteriormente, han sido debido a la calidad individual de los hombres baskonistas, en especial de Rodrigue Beaubois, que cerró varios partidos a falta de segundos en el crono. En definitiva, el mérito de estas victorias no ha residido en la capacidad del entrenador para solucionar los partidos, sino en la habilidad de sus jugadores. 

A modo de conclusión, Sito Alonso ha hecho una buena campaña en Baskonia, los aficionados al baloncesto han disfrutado mucho del juego del equipo, pero toda la temporada baskonista ha sido un overpromise. Desde verano, con las incorporaciones de Bargnani, Larkin, Beaubois, Voigtmann... se esperaba mucho del equipo. Cuando se vio el estado real de 'Il Mago', parte de esas esperanzas se disiparon. Por otro lado, cuando la plantilla comenzó a jugar como quería Sito (defensas muy duras y agresivas y mucho ritmo en ataque), el baskonismo volvió a creer en el conjunto. Por desgracia, tocó un mal cuadro en la Copa del Rey de Vitoria (Madrid en semifinales), por dos partidos tontos el equipo cayó al séptimo puesto y se enfrentó al CSKA en el Top8 de la Euroliga y ha llegado fundido al Playoff de la ACB, donde ha competido contra todo un equipazo como Valencia Basket, pero no ha podido dar más de sí. 

El equipo alavés está logrando volver a la élite como ya llegó en su momento: lento, haciendo bien el trabajo para establecer un gran proyecto y fracasando mientras tanto. Josean Querejeta ha conseguido volver a hacer de Baskonia una amenaza a nivel europeo en las últimas dos temporadas, pero le está faltando ganar un título al equipo. Lo que necesita el club ahora mismo para poder establecerse unos años en la élite de la Euroliga no es fácil, pues necesita retener a sus jugadores importantes y conseguir que un entrenador pase más de un año en Vitoria y seguir arriesgando y acertando con los fichajes (Bourousis, Larkin, Adams, James, Beaubois, Budinger...). 

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Sobre el autor
Gorka Zaldivar
Cosecha de 1997. Estudiante de periodismo en la Universitat Autònoma de Barcelona. Apasionado del baloncesto y amante de la cultura. Colaboro en Diario Fotofinish y Revista Rambla.