Tanto los italianos como los serbios vienen de hacer partidos muy irregulares en cuanto a intensidad defensiva y continuidad ofensiva. Son equipos muy parejos, dependen de dos figuras: Marco Bellinelli (17,8 puntos por partido) por parte transalpina y Bogdan Bogdanovic (19,3 puntos por partido) por parte balcánica. Ninguno de los dos técnicos ha sido capaz de dotar a su plantilla de alternativas efectivas a estos dos cañoneros, que están cuajando un Eurobasket magistral. Ni Djordjevic ni Messina han logrado que sus equipos plasmen ideas ofensivas claras sobre las que cimentar un buen ataque y dar continuidad al juego. De la misma manera, tampoco han dado las armas a sus respectivos combinados nacionales para ser sólidos en defensa y tener una cierta seguridad protegiendo el aro. 

Activos más valiosos

Son dos equipos que se asemejan mucho, pues ambos viven de la calidad de sus componentes. Italia se basa en las acciones que crean Bellinelli y Luigi Datome, que es la segunda espada de la azurra. Tras ellos, hay una diferencia abismal respecto al resto del equipo, de hecho, tan solo Nicolo Melli supera los 10 puntos de media a lo largo del campeonato con 10,5 ppp, frente a los casi 18 de Bellinelli o a los 15 de Datome. A los actuales subcampeones del mundo les sucede una cosa similar, pero disponen de unas pocas alternativas más. Bogdanovic está secundado por Boban Marjanovic (13 ppp) y Milan Macvan (10,3 ppp), pero hay otros que, aún lejos de los dobles digitos de anotación, aportan lo que pueden como es el caso de Stevan Jovic, Ognjen Kuzmic y Vladimir Lucic, que rondan los 7 ppp. En el conjunto de Ettore Messina, Melli, Hackett y Aradori cumplen esta función de ayudar a los tres pilares ofensivos del equipo, pero ninguno de los tres está cuajando un gran torneo e Italia se resiente de los 6 puntos por partido que promedian cada uno de ellos.

Por estos mismos motivos, el partido que les enfrentará es muy peligroso para ambos, pero, a la vez, incrementa las amenazas de cada equipo. El que lo gane, obtendrá una inyección de confianza que convertirá, bien a Italia, bien a Serbia, en una selección capaz de colarse en la final y ser una escuadra muy peligrosa. Para ello, deberán implicar a más activos para tener más armas y poder ser más amenazantes para su rival, puesto que en el caso de que Bogdanovic, Bellinelli, Datome o Marjanovic no tengan un buen día, la selección que lo sufra se verá reducida a un único jugador que suponga una amenaza real. 

Claves del partido

La clave del partido, probablemente, resida en el juego interior balcánico, puesto que es muy superior, tanto física como cualitativamente. Jugadores de la talla de Marjanovic o Kuzmic, no deberían encontrar demasiada oposición en pívots como Marco Cusin o Paul Biligha que les costará mucho bailar con hombres tan grandes como los serbios, ya que los italianos no tienen la calidad ni el físico del que disponen los perros grandes de Djordjevic. De la misma manera, el base que mejor se encuentre en el partido (los titulares, claro está), el que más implica al resto de sus compañeros, ora Daniel Hackett, ora Stevan Jovic, será el que pueda dar a su equipo más opciones de llevarse el partido.

La última vez que se enfrentaron estas selecciones fue en el Eurobasket de 2015, donde Serbia se alzó con el triunfo por casi 20 puntos de ventaja 101-82. En este campeonato, ambos conjuntos llegan con sensaciones muy similares, no están siendo capaces de mostrar todo su potencial, pero el equipo que consiga llegar a las semifinales del Eurobasket, va a acabar siendo muy peligroso para cualquier equipo que tenga delante. 

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Sobre el autor
Gorka Zaldivar
Cosecha de 1997. Estudiante de periodismo en la Universitat Autònoma de Barcelona. Apasionado del baloncesto y amante de la cultura. Colaboro en Diario Fotofinish y Revista Rambla.